Así como están los Precios Justos o estuvieron los Precios Cuidados, entre este miércoles y el próximo jueves, empieza a correr la última semana de “precios topeados” en el mercado automotriz argentino. Se trata de los automóviles que se encuentran por debajo de los 8,4 millones de pesos en sus precios de lista oficiales, y que por lo tanto, no se ven afectados por el impuesto interno, más conocido como el impuesto a los autos de lujo.
El 1 de septiembre termina el trimestre con los valores vigentes, que deberían actualizarse por dos variables simultáneas: la inflación y el impuesto PAIS adicional que el Ministerio de Economía lanzó el 26 de julio pasado, que gravó con un 7,5% a todos los productos importados de la industria que ingresan al país, tanto vehículos terminados como insumos o autopartes para fabricar en las plantas argentinas.
A lo largo de estos dos meses y 22 días, la evolución de los precios fue mostrando cómo la inflación distorsionó los valores. Un repaso marca por marca puede mostrar cómo se movieron los modelos más accesibles antes del 13 de agosto y qué pasó a partir del 14, tras las PASO y la devaluación posterior del 22%.
Citroën había aumentado un 19% el modelo de acceso del Nuevo C3 porque estaba lejos del tope. Con la actualización posterior a las elecciones primarias, un nuevo aumento del 8% subió el precio hasta el borde del impuesto.
Fiat aumentó el Cronos más accesible un 18% en los tres meses, pero sumó un último aumento el 14 de agosto, por lo que el precio llegó al tope con un 10% adicional. En las versiones que ya estaban más cerca del límite, el aumento fue del 9%.
Chevrolet aumentó el Onix Joy el 1 de agosto un 20%; sin embargo, con la actualización de mediados de este mes, ese precio volvió a subir un 10% más, pasando de costar 4,9 millones hace 2 meses y medio a 6,6 millones para esta última semana. Vale la pena mirar qué sucedió con el SUV Tracker, porque entre junio y agosto había aumentado un 24%, sin embargo, con la última actualización de precios, hubo en este vehículo, el único SUV que se fabrica en Argentina, un aumento de un 20% más, equivalente a la devaluación de la moneda argentina.
Renault y su modelo de acceso, el Sandero Life 1.6, aumentó en los tres meses de vigencia del tope a los autos de lujo, un 21%. Pero con la última actualización, ese precio volvió a cambiar con un incremento de un 10% adicional para mantenerlo en un precio competitivo.
Nissan, con su nuevo Versa 1.6 Sense aumentó un 35% en los tres meses de vigencia del impuesto interno, pero a mitad de agosto, cuando decidieron retocar los precios por la devaluación, aumentaron un 12% los que estaban arriba del tope, pero el Versa se quedó en el mismo precio para no pasar la categoría a escala 1.
Peugeot aumentó un 22% El 1 de agosto el 208 New Like 1.2, que es el auto más accesible del modelo que se fabrica en Palomar, pero al llegar a los 8,1 millones de pesos, no pudieron aumentarlo el 14 de agosto nuevamente como sí ocurrió con otros modelos. Pero el Allure Tirptronic, que ya estaba cerca del límite, sólo se aumentó un 6% en tres meses, mostrando la distorsión que tiene el mercado a partir de este impuesto a los autos de lujo.
Volkswagen, mientras tanto, con su nuevo Polo Track, actualizó el precio desde junio a agosto en un 21%, y en la actualización del 14 de agosto subió un 8% más para quedar fuera del impuesto.
Toyota, la única marca que no retocó su lista de precios, mantuvo su Etios con una evolución de precio del 18% en los tres meses y no lo modificó a mitad de mes. Ford no entra en la ecuación ya que todos sus productos están por sobre el límite de los autos de lujo.
La pregunta es inevitable: ¿Cuánto costarán los autos más baratos a partir del 1 de septiembre, cuando el nuevo tope para los autos de lujo suba, presumiblemente hasta los 10,5 millones de pesos?
En términos teóricos, los autos más accesibles tendrían que aumentar el monto de inflación oficial del 6,3%, más el 7,5% del impuesto a los autos importados o sus autopartes importadas para ser producidos en Argentina. Pero estos datos quedaron atrasados porque un día antes de ser publicados, el 15 de agosto, se produjo la mencionada devaluación del 22%.
Podría decirse que el precio de los autos que estaban en los 8,1 a 8,3 millones de pesos, deberían ser actualizados entonces un 22% para quedar cerca de los 10 millones de pesos y mantenerse dentro del tope. El problema es que con ese 22%, no se recupera el atraso acumulado de ir manteniendo la distancia con el tope durante junio, julio y agosto, más la actualización que llegó el 14 de agosto último.
Pero además, ese aumento dejaría esos modelos otra vez muy cerca del tope, si es que finalmente lo dejan en los diez y medio millones de pesos, y todavía queda recorrer todo el trimestre completo con una inflación proyectada de dos dígitos, al menos para la próxima medición que se publicará a mitad de septiembre.
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