Quedan 14 días para que venzan los tres meses de vigencia del actual impuesto interno, más conocido como impuesto a los autos de lujo, que rige desde el 1 de junio pasado. Durante este tiempo, la industria automotriz argentina tuvo que hacer “malabarismos” para mantener sus modelos por debajo del primer límite, llamado escala 1, que fue fijado en $8.400.000, porque sino debían sumar un 20% al valor de venta. También hay otro límite, el de la escala 2, que aplica un 35% de impuesto a los autos con valor superior a los $15.500.000.
Las maniobras con los precios fueron de tal magnitud, que varios modelos quedaron “topeados” en todas sus versiones con el mismo precio, casi en el borde del límite, generando la inédita situación de tener el modelo de acceso con menor equipamiento, en el mismo valor que el modelo más equipado de la línea.
Esta situación fue generada por dos factores: el de la inflación de cada mes, cercano al 7% mensual para redondear aproximadamente en un 25% a lo largo de todo el trimestre de vigencia de esos valores del impuesto, y el del nuevo impuesto PAIS agregado sobre los bienes importados, que se aplicó el 26 de julio pasado con un 7,5% adicional. El nuevo impuesto trajo una segunda lista de precios de todas las marcas, tanto para vehículos nacionales, por su alto porcentaje de componentes importados, como para vehículos provenientes de otros países, tanto desde Brasil como de México o Europa, Estados Unidos y Oriente.
La suma de ambas variables generó que muchas listas de precios muestren una gran cantidad de vehículos, incluso de distintos modelos, exactamente con el mismo precio, que en general va desde los $8.100.000 a los $8.300.000.
Pero la devaluación del lunes pasado volvió a cambiar las condiciones, y cuando la mayoría había decidido “topear” sus autos y dejar algunas versiones en precios inferiores para competir con alguna ventaja al menos en esos modelos, la mayoría tuvo que salir a remarcar otra vez.
Hasta el momento, sólo Toyota y Ford no modificaron sus precios en absoluto, aunque ambas empresas siguen monitoreando la situación hora a hora. El resto ya aplicó nuevos valores, algunos a partir del miércoles y otros en el día de hoy.
Stellantis movió hacia arriba los precios de los Peugeot 208 que todavía estaban abajo del tope dejando a todos en igual precio. Fiat hizo lo propio con el Cronos, el auto más vendido de la marca y del mercado. Algo similar ocurrió con las versiones más económicas del Citroën C3. También subieron un 6% los furgones Berlingo y Partner, y un 8% el Citroën C4 Cactus Shine, que estaba ya dentro de la escala 1, pero más lejos del límite. Ahora está en el borde de pasar a la escala 2.
Renault aplicó un aumento promedio de 7,9%, que se vio especialmente reflejado en Sandero, Kangoo y Alaskan que un aumento del 10,5%. Otros modelos aumentaron menos para mantenerse fuera de ambos topes y por eso el promedio de ajustes es menor.
Volkswagen lanzó una nueva lista de precios que rige desde ayer en la que modificó un 10,8% el precio de algunos vehículos. Toda la línea Amarok, que se fabrica en General Pacheco, mantuvo sus valores pero en cambio hubo un aumento en algunas versiones de otros modelos. El Volkswagen Polo Track, el modelo más accesible de la marca, pasó de los $7.152.500 que tenía hasta este martes, a un nuevo valor de $7.724.700. Algo similar ocurrió en el Polo Trend, el Nuevo Polo GTS, con las versiones más equipadas de Nivus y T-Cross, y con la menos equipada de Taos, y todo es debido al impuesto interno que segmenta en escala 1 y escala 2. En los modelos que se aumentó la versión de acceso es porque tenían margen para llegar al tope de la escala, y en los modelos más equipados, porque ya habían pasado la escala 1 y tenían margen para llegar al tope que los mantiene en ese segmento sin pasar a la escala 2.
Nissan también actualizó sus precios, pero sin modificar los vehículos que ya estaban “topeados” como el Versa, que se mantiene debajo del impuesto interno con casi todas sus versiones en $8.100.000. Chevrolet, que sólo fabrica el SUV Tracker y las versiones sedán y hatchback de Cruce en su planta de Alvear, cerca de Rosario, y trae tanto los Onix como los Equinox, Montana y S10 desde Brasil, también actualizó sus precios que en promedio se movieron un 10%.
En general, podría decirse que es un buen momento para comprar autos cero kilómetro como resguardo de capital para quienes tengan la posibilidad de hacerlo, ya que al estar “topeados” los valores de los modelos más accesibles, el nuevo límite habilitará el subir el precio desde el primer día de septiembre y aumentarán como mínimo un 20 o un 25%.
Todo parece indicar que el nuevo tope para no pagar el impuesto a los autos de lujo sería en el orden de los $10.500.000, con lo cual, si se consiguen vehículos por menos de los 8,5 millones actuales, será un buen negocio. El problema es encontrarlos, porque muchos concesionarios los venden pero con un sobreprecio que los lleva casi dos millones por arriba del precio de lista sugerido por las fábricas.
La otra opción es intentar comprarlo por plan de ahorro, donde rige el precio de lista, y así, licitando con el total de cuotas algunas semanas después de la operación, se aseguraría el precio actual. Pero en ese caso, la demora en la entrega es el contrapeso que probablemente se termine pagando.
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