El avance en el diseño de los sistemas de climatización para los automóviles ha conseguido que aquello que hace 50 años era una palanca lateral que pasaba de frío a calor, y de los pies al parabrisas, se convirtiera en una compleja instalación interior en el tablero de los autos, que se comanda presionando un botón virtual en una pantalla digital o uno físico en la consola central.
Hoy, el sistema de climatización de un habitáculo no cumple solo la función de calentar o enfriar el ambiente, sino también asegurarse que no se empañen los vidrios y que el aire que entra desde el exterior llegue lo más limpio posible a los pasajeros. Por eso los autos actuales tienen filtro de polen y un botón que muchos usuarios no terminan de entender completamente para qué sirve: el recirculador de aire.
Frecuentemente ubicado en la parte central del tablero, suele identificarse con el dibujo de la silueta de un automóvil con una flecha que gira 180° en su interior, que efectivamente representa que el aire es el mismo y no proviene desde el exterior. Aunque la mayoría apela a ese esquema casi universal, hay marcas que han decidido señalizar el sistema de recirculación con una rueda compuesta por tres o cuatro flechas, más parecida al símbolo del reciclaje, pero que de todos modos se entiende sin mayores dificultades.
La principal función de este comando es aislar el habitáculo de olores o impurezas del exterior, por lo que frecuentemente se utiliza cuando se está circulando o detenido detrás de algún auto que emana gases de escape fuera de lo común, ya sea por consumo de aceite o quema de combustible crudo, que suele irritar las vías respiratorias y la vista de quienes están expuestos a esas emanaciones tóxicas.
La segunda ventaja, especialmente en verano, cuando la climatización se usa para enfriar el interior con el aire acondicionado, es que el recirculador no trae aire desde afuera con la temperatura ambiente exterior, y por lo tanto se consumirá menos combustible porque el enfriamiento será más rápido. Como es sabido, el equipo de aire acondicionado de los automóviles, requiere una energía que aumenta el consumo de gasolina.
El tercer beneficio tiene relación con el punto anterior. Y es que, tanto en invierno como en verano, al cerrar el acceso del aire desde afuera del habitáculo, la climatización que hayamos seleccionado actuará más rápidamente, porque el aire que toma el sistema para reenviarlo por los ductos es el mismo que ya está adentro, y que por lo tanto, ya está a una temperatura más adecuada a lo requerido por el usuario. La ganancia entonces es doble, en tiempo y en economía de consumo.
De todos modos, este efecto es breve, porque al recircular el aire, también se recircula la humedad del mismo, y entonces, en pocos minutos, mientras se consigue la climatización interior, también se produce el empañado de los cristales del auto, especialmente en invierno, cuando la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior es muy grande y se genera el cambio de estado del aire, al condensarse.
Entonces, si el empañamiento ya ha comenzado, lo que hay que hacer es encender el aire acondicionado en invierno, regulando la temperatura hacia valores de calor entre 22° C y los 24° C, y desconectar el recirculador en verano, para que el aire comience a ingresar desde el exterior.
Más allá de si se empañaron los vidrios o no, y de lograr que se desempañen como se ha dicho o conectando los desempañadores eléctricos de parabrisas y luneta, la recirculación de aire no debe utilizarse por más de diez minutos. Es muy importante que en un ambiente reducido, especialmente si hay más de dos personas, el aire se renueve periódicamente, de manera de mantener una pureza para la respiración.
El ser humano, al respirar, aspira oxígeno y exhala dióxido de carbono, por lo tanto, después de varios minutos de mantener el recirculador conectado, el aire comenzará a ponerse “enrarecido”, pesado, y posiblemente por eso causará somnolencia y dolor de cabeza, y más allá de sentirnos más o menos confortables, es peligroso para viajes prolongados, especialmente en ruta. Si eso llega a ocurrir, abrir las ventanas delanteras y traseras para que el aire circule más rápidamente es lo primero que hay que hacer, además de desconectar el recirculador.
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