Aunque la mayoría de las personas que inician sus vacaciones de invierno y deciden viajar a destinos del interior del país lo hacen en auto, no son pocos sino cada vez más, quiénes se animan a salir a la ruta en una motocicleta. Pero como desde hace algunos años, el crecimiento del parque de motos en Argentina es exponencial con el aumento del precio de los autos, y esto se incrementó más aún con la pandemia, muchos usuarios han optado por dejar las cuatro ruedas y movilizarse con dos en sus vidas cotidianas. Así hay cada vez más motociclistas en las calles, y muchos de ellos, los que adquirieron motos de mayor cilindrada, también en las rutas.
La diferencia entre tener una moto o un auto no se limita solamente a manejar sus dimensiones y su conveniencia para el tránsito urbano, la sensación de velocidad en el cuerpo y un menor gasto en combustible. Manejar dos ruedas requiere un cuidado y una habilidad mayor, y además tener conocimientos mecánicos mínimos de mayor profundidad.
“Una persona que se moviliza en auto en general llama a la grúa para resolver el problema. En cambio el usuario de moto suele estar acostumbrado a resolverlo –previo conocimiento y cuidados, por supuesto– con las herramientas que tenga a disposición”, dijo Martín Montenegro, Instructor de Safety de Honda Motor de Argentina, a quien consultó Infobae para hablar de esta situación y de lo que significa viajar en moto.
“Cada persona que se sube a una moto necesita de información para resolver cualquier conflicto que pueda suceder; incluso necesita realizar una serie de chequeos previos si va a salir a la ruta. Por ejemplo, entre algunos factores que inciden al manejar motos se encuentran las condiciones del clima o las condiciones de la ruta a tomar. Este es un punto muy importante, porque todas las condiciones externas terminan influyendo, como la lluvia, el barro o el ripio”, explicó Montenegro, entrando directamente al punto de trazar un viaje en dos ruedas en época invernal.
El clima es algo que afecta a una motocicleta mucho más que a cualquier otro vehículo por el sólo hecho de ir en constante equilibrio. El viento, la lluvia o incluso la nieve en zonas de montaña como las que se suelen elegir en vacaciones de invierno, son condicionantes de la estabilidad, y por lo tanto, de la seguridad de quien va a bordo. “Hay que estar muy atentos porque en esas condiciones la adherencia es muy distinta. Es recomendable tomar el doble de distancia para tener un frenado seguro además de conducir de una forma más precavida en general. También se aconseja señalizar mejor las maniobras y estar más concentrado ya que el camino puede cambiar al modificarse el clima”, agregó.
“Es muy importante entender el clima, el tipo de ruta y condiciones que se van a enfrentar, y si es de noche hay que tomar los recaudos necesarios para poder identificarse, como el chaleco y la indumentaria clara y refractaria. También influye la correcta característica y la sujeción del equipaje, porque puede afectar la estabilidad. De todas maneras, se debe intentar llevar la menor cantidad de equipaje posible, y colocar las herramientas e instrumentos de auxilio en las valijas”, dice el experto.
“Pero también hay que tener en cuenta otras cosas como el cansancio. El movimiento de la moto cansa mucho y uno suele tensionarse, así que es ideal realizar paradas cada una hora o una hora y media aproximadamente. Es importante estirar los brazos, caminar, desconcentrar la vista y la mente. Esto permite que una vez recuperado, puedas subir a la moto con las energías renovadas para continuar con el viaje”.
La indumentaria es fundamental también en esta época del año, porque además de la protección natural que ofrecen los trajes para viajar en motocicleta ante una caída, mantener el cuerpo en un rango de temperatura adecuado y evitar que se moje si aparece la lluvia, son dos cosas que se deben considerar.
Siempre es importante recordar que es obligatorio utilizar el casco para reducir el riesgo de lesiones en la cabeza ante un impacto o una caída, y para proteger la visión frente a posibles elementos que estén en el aire como residuos de otros vehículos, pequeñas piedras, tierra e insectos. Pero además de usar casco, éste debe quedar ajustado a la cabeza y tener protección ocular, ya sea visera o antiparras.
“Se deben proteger los hombros y brazos, las manos y los pies, usando una campera y pantalón de cuero, cordura o tela resistente. Si es posible, usar camperas que incluyan forro térmico y aquellas de colores claros que permiten una fácil visualización en el tránsito. El uso guantes adecuados permite tener mejor agarre además de proteger los dedos contra roces y condiciones climáticas como sol, lluvia y viento. En los pies, las botas o zapatillas con suela de goma son la mejor opción. Yo siempre aconsejo llevar ropa de lluvia en todo momento para evitar sorpresas”, detalló Montenegro.
Por último, algunas recomendaciones muy útiles para contribuir a un viaje más seguro y descansado son tener una buena alimentación antes de emprender el viaje. No ingerir comida pesada que reste energía, y “tomar mucho líquido, porque eso obliga a parar en una estación de servicio y de esa forma ayudar a descansar el cuerpo para seguir viaje en otra condición”, es la sugerencia.
Lo que no puede faltar antes de salir a la ruta
En cuanto a la documentación, lo que siempre hay que llevar en la moto, es DNI del conductor y sus acompañantes, licencia de conducir y cédula verde o azul, y comprobantes del seguro y de la Verificación Técnica Vehicular (VTV).
Se debe realizar una verificación técnica preventiva para garantizar el estado general de la moto. Se deben controlar el desgaste y la presión de los neumáticos y los comandos de conducción. Si la moto tiene freno a tambor verificar la existencia de juego libre tanto en la manija como en el pedal de freno, que debe ser de entre 10 y 20 mm. Si tiene freno a disco, se debe chequear que líquido esté en el nivel adecuado tanto en el depósito delantero como el trasero.
En el embrague se debe comprobar que el juego libre sea de 10 a 20 mm. En el acelerador, el juego libre de la empuñadura debe ser de 3 mm, y con el motor apagado, se debe comprobar que gire suavemente de totalmente abierto a cerrado.
Además, no hay que olvidarse de observar el funcionamiento de las luces altas, bajas, guiños y balizas, freno y la de la matrícula o patente. Algo que parece obvio pero no siempre se lo tiene en cuenta al armar el viaje es llevar una rueda de repuesto y el kit para cambiarla.
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