“Beyond your Dreams” es el significado de BYD, la sigla con la que se comercializa una de las marcas de autos más importantes de China, y que sin embargo no es tan antigua como otras, ni mucho menos. BYD comenzó como una compañía proyectada para fabricar baterías de teléfonos celulares, pero coincidió con los primeros atisbos de electrificación de automóviles, y casi como una obligación del destino, en menos de diez años, en 2003, se convirtió en productor de vehículos a través de BYD Auto Co., Ltd. En poco tiempo, el nombre de la marca pareció hacerse realidad, personificando la idea de perseguir los sueños.
A pesar de una visión ecologista del mundo, y de tener como objetivos esenciales “Cambiar la forma en la que consumimos energía”, tal como expresó desde el inicio de las operaciones de BYD su creador, Wang Chuan-Fu, los primeros pasos en la industria del automóvil fueron con vehículos de combustión interna. Sin embargo, apenas tres años después, en 2006, con el BYD F3, apareció el primer auto eléctrico, que proyectó a la marca hacia las nubes en el mercado interno de China primero y a otros países de Asia poco tiempo después.
No contento con el éxito del primer auto a baterías, Wang Chuan-Fu fue por más dos años después, creando otro negocio que volvió a elevar el valor de la marca, el primer bus eléctrico, que tenía la particularidad de medir 12 metros de largo y ofrecer una autonomía de 250 km.
Con esos dos pilares, salieron al mundo, y en 2015 se convirtieron en el mayor fabricante de autos eléctricos del mundo, lugar que perdieron con Tesla recientemente, pero que aspiran a recuperar, porque la expansión a nuevos mercados gracias a la proliferación de fabricantes globales de autos eléctricos, es el campo propicio para hacerlo.
Y mientras en Europa muchos fabricantes ven a BYD como una verdadera amenaza por su tecnología y bajos costos que le permiten ofrecer vehículos eléctricos a precios casi imposibles para las marcas de la comunidad, ahora han decidido avanzar también a la región al anunciar la instalación de su primera fábrica fuera de Asia, que estará en Camaçari, en el Estado brasileño de Bahía.
Las instalaciones no serán nuevas sino las que quedaron cerradas en 2021, cuando Ford terminó su operación en Brasil. El Polo industrial todavía pertenece a la marca norteamericana, y mientras avanzan las gestiones para la compra por parte de BYD, el gigante industrial chino anunció que hará una inversión de 3 mil millones de reales, equivalentes a unos USD 624 millones, con los que se espera generar 5.000 nuevos empleos en la región. Las obras en las fábricas deberían estar terminadas para septiembre del año próximo y la producción comenzaría en octubre de 2024.
Qué productos saldrán de esas tres unidades fabriles es la segunda parte interesante de la noticia. En la primera se fabricarán automóviles híbridos y eléctricos; otra nave estará dedicada exclusivamente al producir camiones eléctricos y chasis de autobuses. Esto último ya ocurre con BYD en Brasil, que ensambla buses en una planta situada en Campinas (San Paulo); en tanto la restante estará reservada para procesar fosfato de hierro y litio para exportar. La idea de la compañía es establecer un centro desde el cual abastecer a toda América Latina.
La capacidad de producción de la planta de automóviles será de unas 150.000 unidades anuales, pero los planes de la compañía es duplicar esa cifra en el futuro. Los modelos híbridos que se podrían producir inicialmente en Brasil serían el automóvil compacto BYD Dolphin y el SUV BYD Song Plus, en su versión PHEV (híbrido enchufable), en tanto el vehículo 100% eléctrico elegido para producir en Camaçari podría ser el compacto BYD Seagull.
La apuesta de BYD es de gran envergadura para la región. El monto de inversión es similar al que Ford, casualmente la marca cuyas instalaciones utilizará en el Estado de Bahía, acaba de reinaugurar el Centro Industrial Pacheco para producir la nueva Ford Ranger para toda la región, con una inversión de USD 660 millones.
Las plantas de BYD en Camaçari tienen, además, el enorme beneficio del puerto de Aratu, en el que el gobierno hará una gran inversión para optimizar su funcionamiento a nivel logístico, de modo de hacer más efectivo el transporte de vehículos y componentes como los que BYD podrá exportar.
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