Los ingleses podrían aplicar un inesperado impuesto a los autos eléctricos y una vez más, ir contra la corriente, del mismo modo que hacen con tantas otras cosas, como manejar por la izquierda en lugar de ir por la derecha. No se trata de combatirlos, porque al mismo tiempo mantienen los incentivos fiscales e impositivos para fomentar la fabricación y la compra, sino de adaptarse a una nueva movilidad que tiene características propias y distintivas.
El impuesto que proponen los especialistas del Centro de Estudios de Políticas (CPS) del Reino Unido, es gravar con una tasa determinada a los vehículos eléctricos debido a su peso, que es superior al de los modelos similares con motores de combustión interna. Según los expertos, ese sobrepeso es en promedio de un 33%, por lo cual el daño que ocasiona al estado de los caminos, tanto urbanos como rurales, generará un costo de mantenimiento mayor a medida que más usuarios adopten este tipo de movilidad.
Pero los ingleses no son los primeros en pensarlo. Este mismo año, el país que más autos eléctricos (EV) tiene en relación con su tasa de población, Noruega, además de evaluar el impacto de un crecimiento tan rápido de los autos eléctricos, tomó decisiones concretas. El Gobierno Laborista Socialista decidió primero retirar la eximición del IVA (que en ese país es del 25%) a todos los autos eléctricos que superaran las 500.000 coronas noruegas, lo que equivale a unos 45.000 euros. Como la mayoría de los EV tienen un costo superior a ese valor, quedaron muy pocas opciones en el mercado para adquirir con beneficios impositivos por su condición de ser vehículos sustentables.
A causa de esa medida, algunos fabricantes como Hyundai, tomaron la decisión de bajar el precio de entrada de algunos de sus modelos para que queden dentro del cupo al que no se le aplican los impuestos. Así, tanto el Ioniq 5 como el nuevo Ioniq 6, ambos declarados “Car of the Year” en 2022 y 2023 respectivamente, tienen un precio para su modelo más accesible que está por debajo de las 500.000 coronas noruegas. Tan curiosa es la situación, que el Ioniq 6 cuesta ahora 469.000 coronas, cuando hace apenas 3 meses su precio era de 514.000 unidades de la moneda local.
Pero esa no fue la única medida que afectó a los propietarios de autos eléctrificados, porque adicionalmente, se agregó un impuesto al peso para todos los automóviles, que tiene una similitud notable con el planteo de los especialistas británicos de las últimas semanas. El impuesto al peso aplicado en Noruega, sin embargo, no es para los autos eléctricos únicamente sino para todos por igual, salvo los pequeños modelos de hasta dos pasajeros para uso exclusivamente dentro de las ciudades.
El impuesto grava con 12,5 coronas noruegas (unos 1,12 euros) cada kilo adicional a un peso base de 500 kg que se estableció con la idea de promover la micromovilidad. Y aunque es para todo tipo de tecnología de propulsión, la realidad es que afectó especialmente a los autos eléctricos y a los híbridos, porque ambos tienen un sobrepeso a causa de sus baterías, que puede ir desde los 400 a los 600 kilos en los primeros, y entre los 150 y los 300 kilos en estos últimos.
Como en el caso inglés, la razón de este impuesto está en el mayor desgaste de las calles y rutas con un caudal de tránsito de autos más pesados que circulen cada año. La medida no fue bien recibida por los consumidores y así lo expresó la Secretaria de la Asociación de Vehículos Eléctricos de Noruega, Christina Bu, al decir que “Los compradores de automóviles no pueden soportar más sorpresas como el impuesto al peso que recibimos el otoño pasado. Por el contrario, los políticos en el presupuesto nacional revisado deben estar preparados para hacer ajustes para garantizar que la proporción de autos eléctricos siga siendo alta”.
La venta de autos eléctricos nuevos se vio afectada en Noruega, y podría implicar que no se cumplan los objetivos de vender sólo autos eléctricos 0 kilómetro a partir de 2025 como el gobierno anterior había proyectado. De hecho, en marzo la tasa de autos eléctricos nuevos fue del 86,8%, en abril bajó al 83,2% y en mayo se volvió a reducir hasta el 80,7%. Este retroceso proyectado, hace pensar que llegar al 100% en un año y 7 meses no será sencillo. “Para alcanzar el objetivo de 2025, la proporción de vehículos eléctricos debe alcanzar el 90 % este año y el 95 % el próximo, tanto para turismos como para furgonetas ligeras”, dice Christina Bu.
En el Reino Unido, este es un proyecto que no tiene tratamiento parlamentario todavía, pero que debe ser considerado en contexto. Los gobiernos actualmente están subvencionando la compra de autos eléctricos, recaudando menos dinero en impuestos porque están eximidos de pagar algunas tasas que sí pagan los autos con motores térmicos, pero además hay que construir una red de cargadores públicos cada vez más extensa, mantener los caminos y estudiar qué ocurrirá con los estacionamientos de más de un piso, porque en función del aumento del peso promedio del parque automotor, sus estructuras podrían no estar preparadas si se construyeron hace más de diez o 15 años, cuando los autos eléctricos no eran una parte sustancial del mercado automotor.
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