El fin de semana próximo vuelve a ser XXL debido al 25 de mayo y feriado puente ideado para fomentar el turismo dentro del país. Por esa razón, desde la tarde noche del miércoles seguramente habrá largas filas de automóviles saliendo de las grandes ciudades en busca de destinos cercanos para descansar estos cuatro días en pleno otoño.
Esa es precisamente una condición que no se puede minimizar. En esta época del año, la claridad del sol se puede apreciar después de las 7 de la mañana, y antes de las 19 ya prácticamente no hay luz natural. Y siendo que hay pocos días de descanso y pocas horas de luz diurna, es muy probable que muchos automovilistas tomen la decisión de iniciar el viaje de noche.
Entonces, además de los controles de rutina de aceite, fitros, líquido refrigerante y frenos que siempre hay que hacer, se deben tomar otras precauciones adaptadas a la situación, que tienen más que ver con las condiciones que se pueden encontrar en la ruta, tanto sea por luz natural o falta de ella, como por la climatología que también es diversa respecto a la de los viajes del verano. El auto tiene que estar preparado para esas condiciones, que pueden incluir lluvia, niebla o mucha humedad en el piso.
Así que el primer paso es controlar el estado de los neumáticos. Hay dos inspecciones que no necesariamente requieren ir a una gomería o centro de atención integral del automóvil, aunque siempre es recomendable hacerlo porque tienen el conocimiento y las herramientas adecuadas para estos controles. Lo que se debe verificar es el desgaste del dibujo y la presión de inflado.
El dibujo debe mostrar la profundidad suficiente, y esto se puede comprobar con los “testigos” que todas las cubiertas tienen en el interior de las ranuras. Si esas protuberancias de caucho están al mismo nivel que la superficie de apoyo del neumático, el desgaste es el máximo aceptable y hay que reemplazar la cubierta. Además, se deben verificar es la uniformidad del desgaste, porque por distintas razones como una mala alineación o un amortiguador defectuoso, se pueden gastar más del lado interno que el externo, y entonces los testigos de un lateral estarán en buen estado pero los del lado opuesto no.
Otra forma de detectar si el auto no está bien alineado es prestar atención al momento de doblar en una esquina a una velocidad normal de unos 20 km/h. Si se escucha algún “chillido” de los neumáticos, esa será una señal que indique que el auto está desalineado. El ruido significa es que hay al menos una rueda que está arrastrando al doblar y eso genera un desgaste irregular. En ese caso definitivamente hay que ir a una gomería para que pongan las cuatro ruedas derechas en línea paralela al sentido de circulación del vehículo.
La presión de inflado es más sencilla de controlar en una estación de servicio. Es importante saber que todos los autos tienen en el manual del usuario, o en el interior del marco de las puertas delanteras, una etiqueta con la presión recomendada de acuerdo al peso que transportan.
Otro de los puntos que se debe verificar si se piensa viajar de noche, es la correcta regulación de las luces delanteras y el funcionamiento de todas las luces posteriores. Las ópticas son nuestros ojos, tienen que iluminar lo suficiente como para ver lo más lejos posible, pero sin que encandilen a los automovilistas que pueden venir en sentido contrario.
En la ruta es recomendable tratar de viajar siempre con las luces bajas y sólo subir a las altas cada tanto y sólo cuando no vengan autos de frente o no estemos demasiado cerca de otro auto que nos preceda. Muchas personas no prestan atención al posible encandilamiento de quién va adelante en su mismo sentido de marcha, pero deben entender que si le colocamos las luces altas en sus espejos retrovisores, quizás le podamos causar el mismo efecto que si se lo encandilara de frente. Circular con las luces bajas, además, es bueno para generar acostumbramiento al campo visual. Quienes viajan siempre con luz alta, cuando tienen tránsito fluido de frente y no las pueden aplicar, corren el riesgo de sentir que no ven nada y esa es una condición en la que es conveniente no estar al volante.
El uso de las luces bajas no sólo es para la noche. De día, un auto que tiene las luces encendidas se percibe a mucha mayor distancia que uno que no lo hace. Si el auto es de color claro la diferencia es mayor aún, porque las luces harán que sea visible mucho tiempo antes que si las lleva apagadas.
Por último, el estado de las escobillas de limpiaparabrisas. Un auto que no evacúe correctamente el agua de la lluvia o no pueda limpiar la suciedad del vidrio delantero, es doblemente peligroso de noche, porque las luces de los otros vehículos hacen un efecto de destello que impide divisar el punto exacto en que se encuentran esos otros automóviles. Si las escobillas están resecas no funcionarán bien y es necesario cambiarlas. Pero además, hay que asegurarse de salir a la ruta con el depósito del lavaparabrisas lleno, de ser posible con detergente para vidrios diluido en agua, ya que por sus cualidades, además de limpiar bien, deja seca la superficie. No se debe utilizar el detergente de la cocina, porque genera una capa grasosa que puede ser peor que el agua común misma.
Si todo esto está en condiciones. Hay que revisar que en el auto estén las balizas, el chaleco reflectivo, la rueda de auxilio y el gato para una eventualidad detención por una goma pinchada, el matafuegos y el botiquín de primeros auxilios. Y en la guantera o el portadocumentos, la licencia de conducir habilitante, la cédula verde, o azul para el caso de los conductores que no sean titulares del vehículo, el certificado de cobertura de seguro al día, la oblea de la VTV en fecha, comprobante de pago de la última patente.
En el estribo, casi saliendo de viaje, dos consejos finales que nunca vienen mal. El primero es que si el tránsito está pesado y lento, no se debe circular por la banquina, ya que además de ser una infracción vial, puede causar accidentes, discusiones e incluso más demoras en el embotellamiento. Cada vez que un auto que viaja por la banquina intenta subir a la calzada, obliga a todos a frenar.
El segundo, es que las matrículas estén en condiciones, sean legibles y no tengan tapado ni parcial ni totalmente alguno de sus números o letras. Les ahorrará un dolor de cabeza si los detienen, y pagar una multa mucho más cara que la de ir por la banquina…
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