Debe haber pocas sensaciones tan intranquilizadoras a bordo de un auto como la de conducir con todos los vidrios empañados. De algún modo, es como si apagáramos las luces en plena noche, porque prácticamente se trata de adivinar el camino y los objetos del entorno.
En esta época del año, cuando el otoño ya está instalado, el sol sale después de las 7 de la mañana y las temperaturas empiezan a bajar especialmente durante las noches, el escenario de subir al auto, ponerlo en marcha y ver como todos los cristales empiezan a condensar la diferencia de temperatura exterior e interior y se terminan empañando, es una constante, así que hay que estar bien preparados.
Lo primero que hay que decir es que la peor solución es la de limpiar el parabrisas con la mano o un trapo como para poder ver hacia adelante y seguir camino con los vidrios laterales y el trasero empañados. Porque si no se cambia la condición del clima interior, los vidrios se volverán a empañar, y porque bajo esas condiciones, los espejos retrovisores no sirven, ya que no se puede ver lo que reflejan. Un auténtico peligro.
El consejo número uno es salir con más tiempo a la mañana, porque desempañar los vidrios llevará un poco de tiempo, más aún si hace frío y hay mucha humedad ambiente. Aunque no lo creamos, dependiendo de la temperatura interior que queramos tener y de las personas que suban al auto, desempañar llevará más tiempo que si sólo subirá el conductor y no pone la calefacción.
El empañamiento se produce por la diferencia de temperatura que tiene el cristal entre su cara exterior y su cara interior. La sola respiración de las personas genera este fenómeno, y nada mejor que los chicos respirando fuerte sobre un vidrio para hacer un dibujo con el dedo para comprobarlo.
Pero como el empañamiento suele darse a la mañana o por la noche, cuando el automóvil estuvo expuesto a bajas temperaturas y repentinamente recibe el aire caliente de su propio sistema de calefacción y de la respiración humana, es común que en esos horarios no haya mucho tiempo y el apuro pretenda soluciones mágicas.
Hay dos formas de desempañar efectivamente en pocos segundos. La primera es colocar la calefacción en temperatura alta y seleccionar la máxima velocidad del forzador. Además hay que direccionar el aire hacia el parabrisas, pero una vez que empezó a ocurrir el efecto deseado, hay que habilitar la circulación hacia las ventanas laterales para que se desempañen también.
Aunque parezca un contrasentido porque el interior del auto se calentará y eso es lo que hemos explicado que genera el empañamiento, la realidad es que este aire del sistema de calefacción es seco y lo que hará es templar los cristales, de modo tal que adquirirán una temperatura que les permita desempañarse porque se rompe la capa fría exterior.
La otra forma para muchas personas suena a ridícula e inentendible, es la más efectiva y recomendable. Se trata de encender el aire acondicionado del auto, ya que por su propio modo de funcionamiento, tanto en autos como en los hogares, esta forma de climatización es también de aire seco. Así, colocando el regulador de temperatura en un valor agradable, unos 20 grados si es digital o en el inicio de la zona roja si es un comando manual, y dándole también una velocidad alta, los vidrios se secarán y se desempañarán con mucha rapidez.
En cualquiera de ambas situaciones, hay que desactivar la recirculación interior del flujo de aire, porque el desempañamiento no funcionará si lo que fuerza es el mismo aire que está en el habitáculo del auto, ya que es aire húmedo. Lo que hace falta es aire del exterior que pase por el sistema de climatización.
Si no hay un sistema de aire acondicionado en el auto, o si este no funciona, recién entonces el único remedio es bajar levemente las ventanas, si es posible de manera cruzada, es decir con la delantera izquierda y la trasera derecha, por ejemplo, de modo de generar una corriente de aire más fluida.
Las leyes de la física son siempre las mismas, por lo tanto, cualquiera de esas formas debería funcionar, pero si por alguna razón no funciona, quizás porque los filtros del habitáculo están muy sucios, el aire acondicionado no está cargado y te sofoca la calefacción, hay algunos trucos caseros que se pueden probar también.
Mezclar dos partes iguales de vinagre blanco y agua, humedecer un paño limpio y seco con esa solución y frotar los vidrios, es una de las más famosas fórmulas. Lo que se consigue es que se forme una fina película protectora sobre el cristal, que impedirá que se forme el vaho en la superficie. El mismo efecto se consigue con alcohol, porque tiene propiedades de secante, e incluso cortando una papa al medio y frotando la parte interior contra los vidrios.
Si aun así no funciona nada, en las casas de repuestos y accesorios para el automóvil y en los grandes supermercados o estaciones de servicio, se venden productos específicos para rociar la superficie acristalada de un auto. Pero lo que no se debe hacer nunca es salir a conducir con la visibilidad obstruida por los vidrios empañados. Por el bien propio y el de los demás.
Seguir leyendo