Pikes Peak es la trepada más famosa del mundo, en la que se alcanza la cima de una montaña que lleva ese mismo nombre, luego de una carrera contrarreloj que grandes pilotos y fabricantes de autos de todo el mundo han desafiado a lo largo del tiempo.
El recorrido tiene una extensión de casi 20 kilómetros a través de los cuales se trazan 156 curvas. También se la conoce como “La carrera hacia las nubes”, ya que la línea de salida está a los 2.866 metros sobre el nivel del mar y la llegada nada menos que a 4.302 msnm.
Este año, cuando se largue el 25 de junio, otra vez habrá un fabricante francés que intentará romper el récord para la categoría “Unlimited”, en la que pueden participar autos de diseño libre, tanto a nivel motriz como estructural. Esta clase se inauguró en 1981, y desde entonces, Peugeot ha sido el otro fabricante galo que se ha presentado a correr con prototipos que hicieron historia. La primera vez, en 1986. fue con una primera versión del Peugeot 406 T16, el auto que nunca pudo correr en el Campeonato Mundial de Rally porque el Grupo B terminó antes que fuera presentado como sucesor del Peugeot 205 T16.
El finlandés Ari Vatanen dejó su impronta en la segunda intervención en Pikes Peak en 1998, conduciendo un impresionante auto ahora dotado de enormes alerones que aseguraban su buen agarre al piso, cuando gracias a una película que rodó Peugeot en la ocasión, el mundo pudo ver al piloto doblar con una sola mano, con las ruedas traseras casi en el precipicio, mientras con la otra mano se tapaba el sol que estaba cayendo delante suyo. Su tiempo, récord para el momento, fue de 10m 47s 22/100.
En 2013, con la trepada ya totalmente asfaltada desde un par de años antes, otra vez Peugeot se volvió a presentar en la montaña de Colorado, esta vez con un piloto francés también, nada menos que el multicampeón mundial de rally Sebastien Leob. El auto era un Peugeot 208 T16, y el tiempo que marcó fue de otra galaxia, al detener los relojes en 8m 13s 878/1000.
Ahora será Renault la que intente la hazaña nuevamente, intentando dejar la bandera francesa en lo más alto, aunque, curiosamente o no tanto, al coincidir los colores de la insignia patria gala con los de la bandera de Estados Unidos, la decoración del auto tendrá las estrellas blancas sobre fondo azul, en clara referencia al país en el que se desarrolla la competencia.
El auto no será un Renault, sino un Alpine, la marca que ha tomado definitivamente la posta de los franceses en competición desde hace dos años, dejando que muera Renault Sport, algo que tiene directa relación con el cambio hacia la movilidad eléctrica, y hacia un nuevo concepto de automóviles que el Renault Group quiere mostrar al mundo.
El Alpine para Pikes Peak es un imponente prototipo basado en el Alpine A100 GT4 Evo, que ha sido preparado por Signatech, la compañía que ha desarrollado los prototipos LMP2 de Alpine que participan en el Campeonato Mundial de Endurance (WEC), y que en 2024 pondrán un modelo también en la categoría mayor de Hypercars. El motor tendrá 500 CV de potencia, y el auto apenas pesará 950 kg, lo que permitirá lograr una relación peso/potencia muy conveniente, de apenas 1,9 Kg por caballo de fuerza.
El auto tiene un spoiler acorde a la necesidad de carga aerodinámica delantera, pero además cuenta con un alerón de dos partes separadas en la parte posterior, que está dividido por una “aleta de tiburón”, que corta el flujo lateral y que nace en el techo de la cabina del piloto. En la parte inferior de la cola, un enorme difusor asegurará también una importante carga descendente para que las ruedas traseras tengan tracción y agarre para las más de 150 curvas de asfalto de Pikes Peak.
El piloto encargado de buscar la victoria será Raphaël Astier, habitual piloto de rally de la Copa FIA R-GT con un Alpine A110 Rally, quién además tiene ya cuatro participaciones en Pikes Peak. Pero aparentemente, más allá de un récord que quieren obtener los franceses, lo que hay detrás de la decisión de intervenir en una competencia tan “norteamericana”, es el plan de utilizar la nueva plataforma eléctrica de Renault para intentar penetrar en el mercado automotriz de Estados Unidos.
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