Después de mucho debatir e investigar, las mentes más brillantes que estudian y trabajan con el desarrollo de la Inteligencia Artificial y la Robótica, coinciden en señalar que el gran problema por el que la conducción autónoma total parece inviable, es la combinación entre el hombre y la máquina en un mismo lugar.
Los progresos han sido muy sustanciales hasta llegar al Nivel 3 de Asistencias a la conducción en los vehículos, pero los últimos dos escalones hasta llegar a la autonomía absoluta son retos que pueden llevar mucho más tiempo del imaginado.
En Sillicon Valley, California, probablemente uno de los lugares del mundo con mayor desarrollo tecnológico del mundo, han decidido intentar otro camino, literalmente por otro camino. Así como en las ciudades se pueden ver bicicendas o ciclovías por un lado, y Metrobus por otro para el transporte público de pasajeros, lo que harán será construir calles independientes y exclusivas para este tipo de movilidad sin conductor.
La noticia dice que la ciudad de San José tomó la decisión autorizar un plan para desarrollar una red de automóviles autónomos que necesitarán sus propias carreteras dedicadas. El sistema es conocido como PRT, la sigla de las palabras en inglés Personal Rapid Transit, y consta de modernos módulos eléctricos para cuatro pasajeros que transportarán a sus ocupantes en el trayecto de 3 millas que une el Aeropuerto Internacional San José Mineta con la Estación Diridon central de la ciudad, que sirve como centro de distribución del tránsito regional.
Estos vehículos autónomos tienen la particularidad también de ser muy angostos, miden tan sólo 1,2 metros de ancho, lo que les permitirá ocupar una vía de cuatro metros entre las manos de ambos sentidos de circulación. El fabricante se llama Glydways, una startup nacida en 2016 a partir de la inquietud de uno de sus fundadores, Mark Seeger, quién tenía la inquietud de crear un medio de transporte público confortable y económico, que no tenga que padecer con los embotellamientos del tránsito que cada día son mayores y más tediosos.
El sistema funcionará del mismo modo que actualmente lo hacen plataformas como Uber o Cabify, es decir a través de una reserva que se puede hacer desde una app en el teléfono celular. La diferencia está en el recorrido, porque los Glgyways sólo funcionarán en tramos predeterminados. Las estaciones tendrán los vehículos estacionados a 45° y una vez contratado el viaje, el pasajero podrá subirse habilitando la apertura de las puertas con el mismo Smartphone, e incluso seleccionar una música para el trayecto.
Los PRT no son una novedad absoluta, aunque sí lo es el hecho de ser autónomos. Hoy existen sistemas similares en el aeropuerto de Heathrow, en Londres y en Dubai. Pero lo que resultará un diferencial de este sistema respecto a los que está desarrollando Waymo o Cruise también en California, que se componen de automóviles de conducción autónoma que ocuparán un lugar en el tránsito convencional mientras el Glydways circulará por sus propios trayectos, es el costo.
Según su fundador, el costo de traslado será el mismo de un metro pero con la comodidad y la seguridad de ir sentado en un asiento de cuero como en un Uber. La capacidad de una red como la que funcionaría en el trayecto de San José, podría movilizar unas 10.000 personas por hora, pero la ventaja económica no sólo será para los consumidores, sino para las propias ciudades, ya que este sistema, con los vehículos incluidos, costaría menos de la mitad de la inversión que demandaría la construcción de un metro, un subte o incluso una vía de transporte público de gran escala como las actuales.
“Los vehículos autónomos resuelven el problema individual pero empeoran mucho el problema social”, dijo el multimillonario Vinod Khosla, propietario de la compañía Khosla Ventures, que ha confiado en este proyecto para hacer la inversión inicial que permitiera el desarrollo. Para luego asegurar que este sistema “puede hacer que el transporte público sea más barato, más rápido, no programado y bajo demanda las 24 horas del día, los 7 días de la semana”.
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