“La gente está desesperada, vienen todo el tiempo, muchos con el dinero para hacer la reserva, y quieren cerrar la operación ya mismo”. La frase se repite una y otra vez en las concesionarias de autos. No es la primera corrida cambiaria ni aumento acelerado del dólar o como se lo quiera llamar.
El argentino, lamentablemente, está acostumbrado a estos sacudones de la economía y a improvisar rápidamente para no descapitalizarse. Salir a comprar un automóvil 0 kilómetro ante un aumento de la divisa norteamericana es un resguardo de capital, especialmente para quienes tienen pesos y saben que la moneda nacional pierde valor cuando eso ocurre.
Sin embargo, a diferencia de otras oportunidades en las que ocurrió algo similar, hay una situación excepcional del mercado automotriz argentino por la escasez de unidades que impide asegurar operaciones en gran parte de los modelos que se comercializan en las redes de concesionarias.
Esto hace que comprar un auto nuevo sea una tarea muy compleja aún para quién tiene el dinero en efectivo. Para hacer un negocio razonable, hay que recorrer o llamar a muchas agencias en busca de precio y disponibilidad de unidades.
Infobae salió a la calle a hacer el ejercicio de buscar el resguardo de capital en la compra de un 0 kilómetro. La búsqueda apuntó a vehículos de acceso masivo, entendiendo que son los que muchos argentinos podrían intentar adquirir como modo de no descapitalizarse. Los autos más caros tienen otro tipo de compradores, que en general no hacen estas operaciones bajo las actuales circunstancias.
“Nosotros, tanto con Fiat como con Peugeot, tenemos mucho volumen de ventas porque con el Cronos y el 208, la gente sabe que puede comprar y tener el auto en pocos días, ya que se fabrican en Argentina. En cambio, otras marcas que traen modelos de Brasil, dependen del cupo y salvo determinados modelos, tienen que esperar quizás unos meses para que les entreguen el auto”, dice el gerente de Ventas de varias concesionarias de marcas del Grupo Stellantis (Fiat, Peugeot, Citröen y otras), quiénes tienen el liderazgo de ventas por modelos en la actualidad.
Y ese es uno de los motivos por los que en marcas que no fabriquen localmente los modelos más accesibles la espera es mayor. En una segunda visita a un concesionario de este tipo, el salón de ventas estaba vacío. La consulta no fue la de un periodista sino la de un comprador que venía con la inquietud de cuidar su patrimonio comprando un auto.
“Sólo algunos modelos, por ejemplo los que tienen caja manual, podemos ofrecerlos con entrega en pocos días, las versiones con caja automática no están entrando. Tenemos uno sólo, versión full, cuyo precio es de 7,8 millones de pesos incluyendo patentamiento, flete y formularios”, pero si le interesa tenga en cuenta que no sabemos cuándo volverá a entrar otro. Hace rato que no llegan, y este auto fue por una operación que se cayó”, dice el vendedor.
La pregunta es por qué no entran autos de Brasil tampoco, ya que lo habitual era que el cupo de SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina) complicaba especialmente a aquellos modelos extrazona que llegaban importados a nuestro mercado.
“No están emitiendo SIRA, el último mes creo que no sacaron ni uno solo porque no hay dólares”, dice el propietario de una concesionaria de gran volumen de ventas de Rosario, Santa Fe. “Es increíble lo que está pasando. Primero no entraban los importados, pero ahora no entran tampoco los de Brasil. Aunque la marca tiene la mejor balanza comercial de exportaciones e importaciones, y el cupo para traer tantos autos como necesite vender, no se los autorizan”, explicó.
En este escenario, la pregunta inevitable es saber qué hacen los concesionarios entonces con las ventas. Vender, retener mercadería, vender con sobreprecio. ¿Cómo se manejan?
“Hay dos cosas que están pasando. El comprador que tiene dólares billete no está tan apurado, el que tiene pesos está desesperado. Pero hay quienes aun con dólares, quieren comprar un auto porque saben que ante la sobredemanda y poca disponibilidad de unidades, el precio va a subir incluso en dólares. En ese caso, si nosotros tenemos el auto ya comprado para reponer el que vendemos, hacemos la operación, pero si tenemos que comprárselo a la fábrica, preferimos no venderlo porque no sabemos a qué precio lo vamos a poder comprar después”, menciona el mismo empresario.
Hay marcas que tienen tal complicación de falta de unidades, que no pueden cubrir los costos de mantener abierta la agencia. “Te mandan 7 autos por mes, con eso no se pueden pagar los sueldos y la cuenta de la luz. Reclamás al fabricante y te dice que no le dejan entrar autos. Es dramático en algunos casos”, comentó el gerente de un concesionario que tiene en su portfolio uno de los autos más baratos del mercado, pero del cual no llegan unidades de Brasil.
¿Aceptan dólares billete?
Nuevamente en el rol de comprador, el periodista consulta por la forma de pago de una unidad para entrega inmediata, que ya sabemos es de unos diez a 15 días en total. El vendedor ofrece la mejor opción que el cliente necesite.
“Sí, aceptamos dólares billete. Es comprensible que no quiera venir con un bolso para traer tanto dinero porque que es llamativo y puede generar intranquilidad. Si usted quiere, podemos tomar una reserva de 200.000 pesos y en los próximos dos o tres días lo esperamos para hacer la operación. Tomamos el dólar al primer valor de la cotización del blue, si está 470 pesos para la compra y 480 para la venta, se lo vamos a tomar a 470. De todos modos eso es en el momento que venga a pagar el auto. Le mantenemos el precio del día de la reserva por unos tres o cuatro días, por si quiere cambiar los dólares en otra parte y venir con los pesos. Pero si su decisión es traer los dólares, puede entrar con su auto hasta nuestro estacionamiento privado y entrar por atrás, para mayor seguridad”, ofrece el vendedor.
Otras agencias consultadas también aceptan el pago en dólares, pero lo toman a un valor menor. Tomando la misma referencia del blue mencionada anteriormente, “si el valor de compra está en 470, lo tomamos a 467 pesos. Es un pequeño reaseguro de no perder”, dice el dueño de un grupo de agencias multimarca.
“Pero no vendemos autos que no tengamos asegurados. Normalmente, la fábrica nos vende el cupo de autos que tenemos asignados y tenemos 30 días para pagarlos al mismo precio. A partir del día 31 nos cobran interés. Entonces, si un auto está en nuestra planilla pero todavía no se nos facturó, la única forma de hacer la operación de venta es sumándole un porcentaje que suele ser cerca del 10% al precio de lista. Se lo decimos al cliente, y él sabe que si al momento de concretar la operación, el auto aumentó un 12%, le cobramos el 2% adicional, y si aumentó un 7%, le devolvemos el 3% de diferencia que quedó a su favor”, explica el mismo empresario.
Comprar un auto es una odisea, no sólo por el precio y por la cotización del dólar, también porque no hay un panorama claro de qué ocurrirá mañana.
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