Cuando se dice que este tiempo es el más vertiginoso de la historia del automóvil, no es una exageración. Todo ocurre más rápido que nunca a niveles tales de desconcertar hasta a los expertos. Hace 45 días se conocía la posición de Alemania oponiéndose a firmar el plan de descarbonización de la industria automotriz propuesto por la Comisión Europea. Dos semanas después, ya había acuerdo y estaba redactada la nueva ley que contemplaba los combustibles sintéticos para que Alemania dijera que sí.
En esa misma semana, Carlos Tavarez, CEO de Stellantis decía que los combustibles sintéticos debían demostrar su neutralidad real pero no cambiarían el curso de la historia, y a los 20 días, Stellantis comunica que los está probando en autos actuales, con motores térmicos, incluso en modelos del año 2014. No. El mundo no se ha vuelto loco, pero hasta pareciera que la Tierra girara más rápido.
Que Porsche haya sido el pionero en explorar y apostar con fuertes inversiones a los e-fuels no sorprende a nadie. Es una marca de autos deportivos Premium que pretende seguir ofreciendo los motores de combustión interna a su selecta clientela en todo el mundo por muchos años más. Pero que el grupo automotriz con mayor cantidad de marcas en su conformación, comunique que está explorando esta tecnología, debe ser considerado como un auténtico terremoto para la industria y los gobiernos europeos.
La historia dice que apenas el 29 de marzo pasado, en el escenario del primer Freedom of Mobility Forum, Tavares fue consultado respecto a la utilización de los combustibles sintéticos en los autos con motores térmicos más allá de 2035. La respuesta del ejecutivo portugués fue que “la industria tendrá que demostrar que la captura de carbono, por un lado, y las emisiones de carbono del motor por el otro, son neutrales en carbono”, con lo que dejaba caer una suerte de sombra sobre estos combustibles desarrollados en laboratorio sin utilizan derivados del petróleo.
Además, su respuesta terminó con una afirmación categórica, al decir que aun si consiguen demostrar esa neutralidad de emisiones, los e-fuels “no cambiarán significativamente la trayectoria de la industria automotriz”.
Sin embargo, Tavares no se opuso al desarrollo como sí lo hicieron otros fabricantes, y en cambio dijo que “los combustibles electrónicos serán otra dirección tecnológica que se desarrollará”.
Quienes sabían que era lo que todavía no se estaba comunicando, habrán entendido que esa última expresión escondía un mensaje encriptado. Ahora el mundo entero conoce su significado, después que Stellantis ha oficializado la existencia de sus ensayos con e-fuels.
El comunicado es mucho más detallado de lo que se podría haber esperado. Según informan, “Stellantis confirmó hoy que está finalizando las pruebas de e-fuels en 28 familias de motores para ayudar a acelerar el potencial de reducción de emisiones de carbono de los 28 millones de motores de combustión interna (ICE) de Stellantis fabricados desde 2014 (Euro 6) en Europa, mientras mantiene el compromiso de vender sólo automóviles de pasajeros eléctricos (BEV) en la región para fines de la década”.
En pocas líneas se ha dicho mucho. Que se estén finalizando las pruebas significa que han comenzado un buen tiempo atrás. Estos ensayos no son algo que se hace en pocos días, sino todo lo contrario, ya que se deben hacer ensayos prolongados para obtener una mejor muestra de largo plazo. Que se estén haciendo en 28 tipos diferentes de motores de combustión interna, significa que prácticamente se ha probado con cada motorización que tiene el grupo en la actualidad e incluso en un tiempo anterior.
Que se mencionen autos bajo norma Euro 6 fabricados desde 2014, muestra que realmente lo que están buscando es una solución para los millones de autos que seguirán circulando en el mundo más allá de 2035. Que se afirme que la decisión de continuar con el plan de sólo vender autos eléctricos, es coherente con la política para el mercado europeo, pero al mismo tiempo muestra la preocupación por tener cubiertos todos los mercados, también aquellos donde los motores térmicos se seguirán fabricando.
“Al trabajar para asegurarnos de que nuestros motores Stellantis sean compatibles con e-fuels, nuestro objetivo es brindarles a nuestros clientes otra herramienta en la lucha contra el calentamiento global y una que pueda tener un impacto casi inmediato”, dijo Tavares en el comunicado. “Si bien nos mantenemos firmes en la ejecución de nuestra agresiva estrategia de electrificación, también debemos encontrar alternativas inteligentes para abordar las emisiones de CO2 de los 1.300 millones de autos ICE (Internal Combustion Engine) existentes”, completó.
El protocolo de validación de combustibles sintéticos, incluye pruebas de emisiones del tubo de escape, capacidad de arranque, potencia del motor, resistencia de confiabilidad, dilución de aceite, tanque de combustible, líneas y filtros de combustible, entre otros. El uso de e-fuel en los hasta 28 millones de vehículos de la flota de Stellantis, tiene el potencial de reducir hasta 400 millones de toneladas de emisiones de CO2 en Europa desde 2025 hasta 2050.
Esta es la razón por la cual han decidido iniciar este programa, que conceptualmente es algo similar a lo expresado pocos días atrás por parte del nuevo CEO de Toyota Motor Corporation, Koji Sato, en su primera conferencia de prensa tras asumir el liderazgo de la marca el 1 de abril. Si bien Toyota no está trabajando con e-fuels, lo que propone es pensar en las emisiones que hay que reducir en el parque de autos convencionales que están hoy en las calles de todo el mundo, y que seguirán circulando mucho más allá de 2035. Los japoneses hablan de democratizar el uso del litio en más autos híbridos y menos eléctricos, pero la preocupación de fondo es la misma.
Y tanto para el primer fabricante mundial como para el grupo automotriz con mayor cantidad de marcas a nivel global, la amplia adopción de estos combustibles ofrecería a los clientes con vehículos propulsados con la actual tecnología de combustible derivado del petróleo, una opción fácil y asequible para descarbonizar sus vehículos y evitar que la renovación o reemplazo sea la única alternativa.
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