Manejar una Ferrari es probablemente uno de los sueños que todo aquel que gusta de la conducción deportiva desea cumplir alguna vez en su vida. La mayoría no lo cumple y queda siempre en el mundo de la fantasía, otros consiguen cumplir ese deseo en alguna ocasión muy especial, y muy pocos logran comprarse un auto del “Cavallino Rampante”.
Lo que es casi una certeza, es que estos últimos querrán llevar su auto a un circuito en algún momento, donde cualquiera sea el modelo, todos los Ferrari pueden expresar su potencial al 100%. Para ellos, la marca italiana ha decidido desarrollar nuevos sistemas de asistencia a la conducción, pensandos únicamente para uso en pistas de carreras, porque es allí donde la mayoría de los propietarios de vehículos de este tipo, se encuentran con limitaciones propias de un conductor normal.
En un circuito no hay leyes de tránsito y no hay carriles, las únicas limitaciones son las que marca el final del asfalto, pero “andar por lo gris” no significa hacerlo correctamente, y mucho menos cuando al hundir el pie derecho en el acelerador, se da rienda suelta a unos 500 CV de potencia.
Hasta ahora, las asistencias a la conducción estaban dadas por luces en el tablero que se encienden a medida que las revoluciones se acercan al punto en el que hay que pasar de cambio, y por las ayudas electrónicas como el control de tracción, de estabilidad y de frenado. Sin embargo, en Ferrari creen que ayudas hápticas y visuales, que generen vibraciones e iluminación sobre la pista, y elementos como un pedal del acelerador resistivo, se pueden lograr mejoras notables para corregir errores de trayectorias o prevenir el temido sobreviraje o “sacada de cola” a la salida de una curva.
El desarrollo tiene mucha similitud con elementos virtuales que se pueden encontrar en los juegos de consola o en los simuladores de carreras
El desarrollo tiene mucha similitud con elementos virtuales que se pueden encontrar en los juegos de consola o en los simuladores de carreras, y es precisamente de donde proviene la idea. El concepto es que el conductor, en este caso piloto, tenga la vista completamente dedicada a mirar el circuito, y que toda la información que reciba provenga de señalizaciones en el parabrisas y de vibraciones en el volante y el asiento, para que pueda mejorar su rendimiento sin distracciones.
La patente que ha descubierto CarBuzz en la Oficina de Marcas y Patentes de los Estados Unidos, detalla el modo en que la marca de Maranello pretende hacer que sus superdeportivos reemplacen a los instructores de manejo humanos por un sistema propio basado en electrónica e Inteligencia Artificial.
Para Ferrari, incluso las luces de cambio en el volante o el cuadro de instrumentos requieren que el conductor desvíe la mirada de la línea ideal de tránsito en una pista. De hecho, aseguran que buena parte de los errores se producen cuando el piloto mira el velocímetro o el cuentavueltas para saber la información de esos dos valores.
Buena parte de los errores se producen cuando el piloto mira el velocímetro o el cuentavueltas
Por otro lado, un instructor de manejo también puede distraer, por lo que Ferrari dice que la mejor enseñanza se obtiene con más tiempo sentado conduciendo, y traza la comparación con un estudiante al decir que aprenderá más rápido y retendrá mejor las lecciones si es educado a su propio ritmo.
Así es que la propuesta tecnológica de Ferrari está en la integración de luces LED en la parte inferior, superior y/o lateral del parabrisas. También se agregan dispositivos de seguimiento, ya sea de corto alcance como una radio, de largo alcance como un GPS, o un sistema de seguimiento por láser como los del tipo LiDAR. La misma patente asegura que a bordo deberá haber un dispositivo que pueda detectar la orientación espacial del vehículo, como puede ser un giroscopio o una brújula electrónica de tres ejes.
Así, utilizando sistemas avanzados de asistencia al conductor o una base de datos con las pistas precargadas, será el propio automóvil el que identificará una trayectoria óptima de cada curva, determinando las entradas ideales de dirección, frenado y aceleración.
Con toda esa información, el conductor podrá saber que está cerca de tener sobreviraje o subviraje, y por lo tanto saber también si debe acelerar a fondo o no, y qué eventuales correcciones de dirección debe hacer para ir más rápido en la siguiente vuelta.
El uso de las luces LED también tendrá protagonismo en ese aprendizaje, ya que, por ejemplo, en el punto donde la fuerza máxima de frenado es más eficiente parpadearán en rojo, y a medida que sea necesario aliviar la presión sobre el pedal de freno, podrán cambiar a color amarillo, hasta colocarse en verde cuando ya es tiempo de acelerar.
El sistema contempla también que las luces podrán segmentarse para indicar zonas de frenada o tiempo de aceleración, y que con esa indicación el conductor pueda preparar su próxima acción sobre los controles.
En función de dejar una enseñanza, lo que sería un “aprobado, lo has hecho bien” de un instructor, el mismo sistema de asistencia demarcaría con otro color, por ejemplo azul, cuando se ha tocado el ápex de una curva en el lugar adecuado, y contrariamente con otro color cuando no se ha hecho la maniobra en el punto exacto de la curva.
En cuanto a los controles hápticos, la patente menciona que estos estarán situados a uno o ambos lados del asiento y/o el volante, vibrando para indicar que está subvirando y necesita girar a la izquierda o sobrevirando y necesita corregir a la derecha. Estas vibraciones se podrán configurar para mostrar que debe girar más en una dirección o también que no se debe hacer tan pronunciada esa maniobra, lo que lo ayudará a perfeccionar la línea de carrera para la siguiente vuelta.
En cuanto al uso del acelerador, Ferrari dice que un pedal resistivo, similar al gatillo resistivo del mando de una consola de videojuegos, también ayudaría a indicar al conductor que está presionando demasiado el pedal, y que si no alivia la presión, el auto entrará en tendencia sobrevirante. El objetivo de estos sistemas es animar a más potenciales compradores de estos autos deportivos de alta perfomance, teniendo en cuenta que, según parece, muchos no se animan a comprar una Ferrari por temor a no poder conducirla como es debido.
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