Una de las grandes ventajas que presenta la movilidad eléctrica por sobre la convencional de un motor de combustión interna, es la simplicidad de su funcionamiento y el menor tamaño de la unidad de potencia. Con el desarrollo de nuevos materiales y tecnologías, ese tamaño se sigue reduciendo cada día más, a punto tal que hoy ya existen motores eléctricos que se pueden alojar dentro mismo de la rueda de un auto.
Muchas veces se habla de un motor por rueda, especialmente en los hypercars, estos autos eléctricos de alta performance como los Rimac Nevera, que tienen 2.000 CV de potencia y que tienen cuatro ruedas y cada una dispone de su propio motor, pero una cosa es un motor por rueda y otra cosa es un motor dentro de una rueda. La diferencia no es semántica sino conceptual.
Schaeffler, una de las empresas alemanas más importantes de provisión de autopartes de la industria automotriz, acaba de anunciar que su diseño de motor en rueda comienza a la producción en serie para equipar a los primeros vehículos.
Se trata de un motor de buje que se instala directamente en la llanta, lo que ahorra espacio en el resto del vehículo y permite mucha más libertad para el diseño y el aprovechamiento del espacio interior. Y este es uno de los grandes beneficios que esta tecnología puede ofrecer, porque cuánto menos espacio ocupe la mecánica, menos voluminoso será el vehículo para alojar a la misma cantidad de pasajeros o carga, lo que, finalmente, redundará en un vehículo más económico por la sola razón de utilizar menos materiales en su construcción. Otro beneficio adicional es que, con un vehículo más pequeño, la maniobrabilidad y su desempeño en el tránsito urbano serán mejores.
Se trata de una llanta con un diámetro mínimo de 14 pulgadas en la que se incorporan partes del motor eléctrico, sólo el rotor y el estator, una transmisión de engranajes y un freno mecánico. En cambio, el inversor, que es el encargado de controlar los motores, debe quedar fuera del conjunto y debe ubicarse en otra parte del vehículo. Lo que hace que un motor eléctrico sea voluminoso es su operación en bloque, que aunque sigue siendo de menor volumen que un motor de combustión interna, termina ocupando un espacio relativamente similar. Al separar el rotor del inversor, se puede colocar dentro de la rueda y por lo tanto se gana ese espacio, porque además se evita el eje de transmisión entre ambas.
La propuesta inicial de Schaeffler es la de un vehículo de uso municipal urbano, con solamente dos motores, que tanto pueden ser las traseras como las delanteras. Cada motor tiene una potencia de entre 7 y 26 kW, es decir entre 9,5 y 35 CV, y alcanzar picos de hasta 60 kW o 82 CV.
Algunas de las ventajas de este tipo de tecnología se encuentran en su esencia. Al no tener vinculación entre las ruedas, tampoco es necesario que exista el sistema de dirección mecánico. La dirección por cable permite controlar el ángulo de las ruedas, pero además, el motor puede girar en el sentido que se desee, de manera tal que el vehículo puede ir tanto para adelante como para atrás sin tener que girar 180°, y si quiere rotar sobre su eje vertical, con dejar un motor girando en un sentido y el otro en el contrario, el vehículo hará la maniobra en mucho menos espacio.
El anuncio de la compañía alemana viene como consecuencia de un acuerdo realizado con el fabricante suizo de vehículos de servicio urbano Jungo, que será la primera en ponerlos en funcionamiento en una barredora de calles.
“El motor en la rueda elimina los cambios de aceite y mejora significativamente el desempeño de nuestros vehículos, ya sea en términos de eficiencia, de relación peso/potencia, de seguridad, de manejo y de frenado”, dijo Nicolás Jungo, fundador de la marca.
Con esta nueva tecnología de propulsión, Schaeffler asegura que se podrán cubrir las necesidades de los vehículos de trabajo para ciudades y municipios, pero también para fábricas y áreas donde operan vehículos de logística, en puertos, en grandes estacionamientos y en aeropuerto.
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