A pesar de la turbulencia generada por tener que retirar de las calles más de 360.000 vehículos de todos sus modelos por una directiva de los controladores del tránsito norteamericanos, Elon Musk no se detiene un minuto. Su apuesta es siempre anunciar nuevos desafíos, emprendimientos e inversiones, incluso algunas más políticas que industriales.
La última novedad se produjo esta semana, y fue el anuncio de la inauguración del nuevo centro tecnológico en la antigua sede de Hewlett-Packard, en California, lo que implica una señal completamente opuesta a la que significó que Tesla, y su propio CEO también a nivel personal, se mudara de ese estado donde nació, a Texas a mediados de 2021.
Pero mientras se prepara el “Día del inversor de Tesla” para el próximo 1 de marzo, en el que se espera que además de presentar la nueva plataforma con la que se construirán los nuevos modelos, pueda hacerse algún anuncio relacionado con el esperado auto accesible de la marca, algunas fotos espías publicadas en China, en la que se aprecia un aparente Tesla con forma de Mazda XC-30, han generado mucho interés y algo controversia en los últimos dos días.
La primera imagen que se conoció mostraba el auto completamente camuflado descendiendo de un camión de transporte individual, y el único motivo que permitía pensar que se podía tratar de un nuevo Tesla eran sus llantas, en las que no solo se veía el diseño de la marca americana, sino el propio logo en el centro de las ruedas. Las luces traseras también tienen alguna similitud con las de Tesla, aunque eso puede ser menos indicativo.
Lo que resultaba curioso y extraño o contradictorio, era que el paragolpes trasero mostraba también el orificio para la salida del caño de escape, algo que en los autos eléctricos, naturalmente no existe. El cuerpo del auto es prácticamente idéntico al del SUV Mazda XC-30, por lo que para muchos, solo se trataba de un auto japonés con llantas Tesla solo para despistar o generar confusión.
Pero una segunda fotografía, de la misma situación en el camión grúa, permite ver que el frente y las luces delanteras efectivamente son muy similares al diseño habitual de Tesla, por lo que la teoría de un trabajo conjunto entre ambas marcas tomó fuerza con algo más de sentido.
Como se sabe, bajar el costo de un auto eléctrico requiere un esfuerzo de producción muy grande, probablemente apelando a baterías de bajo rendimiento y autonomía, o una decisión de “romper el mercado” asumiendo pérdidas, y apostando a una ganancia eventual en el crecimiento del volumen. Por lo tanto, el camino más lógico para conseguir que un auto eléctrico tenga un precio inferior a los 25.000 dólares, como prometió Musk, solo podría conseguirse bajando costos.
Una de las cualidades que ha destacado a Tesla sobre la competencia en su proceso de producción, por el cual fabrica grandes piezas evitando así más robots, más puntos de unión, y menos material de desecho. Pero sí aún con esa política no ha conseguido poner en el mercado un auto más accesible, quizás la forma sea cambiando algo más.
Una de las teorías de los expertos en la industria internacional, indica que tal vez un modo de bajar el costo del nuevo auto que quieren lanzar, sea utilizando parte de un modelo ya existente. No sería la primera ni la última vez que se hace esto, aunque lo llamativo es que sea un Mazda que no ha sido concebido como un auto 100% eléctrico sino multipropulsión.
De cualquier modo, en palabras del propio Musk, el auto compacto que piensa producir, sería fabricado exclusivamente en la Gigafactoría de Shanghai, y las fotos espía provienen de China también, donde además, el CX-30 de Mazda ya se vende en versión eléctrica luego de algunas modificaciones necesarias para adaptar la batería en la parte inferior de la carrocería.
Las dudas deberían despejarse el próximo miércoles, cuando al anunciar las cualidades de la nueva plataforma, probablemente se pueda saber qué es de la vida del proyecto anunciado ya en 2020, y que tantos usuarios esperan ansiosamente para poder acceder finalmente a un Tesla.
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