“Yo siempre defendí la caja manual por sobre la automática. Soy corredor de autos, hacer cambios estaba en mi naturaleza, pero un día me compré un Jaguar automático y me di cuenta que estaba equivocado. Ahora soy fanático de la caja automática”. Palabras más, palabras menos, las dos cosas más importantes de esta frase, son que fue dicha por un piloto de competición muy famoso y que no es reciente sino de comienzos de siglo, allá por el año 2002.
El piloto es nada más ni nada menos que Juan María Traverso, uno de los más grandes pilotos argentinos de todos los tiempos, quién por entonces era piloto todavía en actividad en Turismo Carretera y TC2000. El mensaje retumbó en quienes estaban presentes en la charla. En esa época, en Argentina, las cajas automáticas todavía tenían muy poca oferta en el mercado automotriz porque los autos que las equipaban eran mucho más caros que uno similar con caja manual, y porque arrastraban el peso de la historia. “Si se rompe, arreglarla es carísimo y además el motor gasta mucho combustible”, se decía.
Pero en 20 años pasaron tantas cosas a nivel tecnológico, que las cajas automáticas no solamente no consumen más combustible sino que tienen más marchas y por lo tanto pueden escalonar mejor la curva de potencia del motor, de modo de tener un cambio acorde a la velocidad que el auto circula, y gracias al escalado de producción, su costo es mucho más acorde al precio del automóvil.
Pero la tecnología contribuyó especialmente a una más precisa lectura del modo de uso del acelerador por parte de quién está al volante, y así se ha conseguido que con algunos kilómetros de práctica urbana y en ruta, los conductores entiendan un funcionamiento muy sencillo, que permite hacer los cambios con el solo uso del pedal derecho, tanto acelerando más o menos, como haciendo una suave “levantadita” del pie para que se ponga el cambio inmediato superior a ciertas velocidades.
Y aparecieron las cajas CVT, que también hicieron una gran contribución al andar más progresivo y suave de los autos automáticos. Se las consideran automáticas porque no se hace cambio alguno y no hay pedal de embrague, pero en realidad, estas cajas no pasan los cambios por sí mismas sino que no tienen cambios. El sistema CVT (“Continuously Variable Transmission”), consta básicamente de dos conos colocados uno al lado del otro en sentido opuesto, y unidos por una correa. Esta va subiendo hacia la sección más ancha del cono que está vinculado a las revoluciones del motor, mientras baja hacia la sección de menor tamaño en el que está vinculado a los giros de las ruedas. Cuando ambos conos están con la corre en el medio, la relación es la equilavente a 1:1, o como se la menciona en los autos con caja manual, la “directa”, ya que tanto el motor como las ruedas van a la misma velocidad.
La ventaja de las cajas CVT, y que las ha hecho muy populares entre los fabricantes, es que son menos costosas para fabricar y por lo tanto para transferir ese costo al precio del auto, y son más ecológicas en términos de consumo, ya que al no haber cambios, el motor gira a las revoluciones que manden las ruedas.
El único problema que tienen las cajas CVT es que si se quiere hacer una conducción deportiva, la sensación de acelerar y que se genere la inmediata respuesta del auto a ese pedido, demora más de la cuenta. El motor sube de RPM pero el auto demora en reaccionar por el simple mecanismo que transmite la orden a las ruedas, que no dispone de un engranaje más corto para usar y que la respuesta sea mayor. Pero eso se ha corregido con la electrónica en las CVT más modernas y si bien el “efecto babosa” aún perdura, el motor tiene una especie de corte y una variación de revoluciones similar a las de una caja común hasta que los conos tengan la corre en la posición adecuada a la velocidad requerida.
Para quienes quieren usar el auto como un medio de transporte sin mucho ruido y sin sobresantos en el paso de cambios, el sistema CVT es perfecto y cada día lo será más gracias a las ayudas de la electrónica.
Pero tener un auto con caja automática convencional, con engranajes que se activan solos sin que haya que hacer nada más que acelerar, requiere saber algunas cosas importantes:
Las letras P, N, D y R son las tradicionales, que significan Parking, Neutral, Drive y Reversa. Como lo dicen las palabras, la función Parking es para detener el auto y dejarlo “en cambio”. La mayoría de los vehículos de nueva generación, no permiten que se apague el motor si la palanca no está puesta en “P”, incluso por razones de seguridad, ya que detener el motor en “D” o “R”, aunque se colocara el freno de mano, sería muy peligroso al momento de volver a encenderlo, porque si no se pisa el freno, se movería hacia adelante y atrás.
La posición de Neutral no tiene ningún cambio asociado, es la gran diferencia con Parking, pero no es recomendable usar la “N” para ir con el envión en un equivalente a “Punto muerto”, porque se pierde el efecto del motor y se dejaría libres a las ruedas, lo que inevitablemente genera mayor uso de los frenos para detener el auto. Neutral, más allá de ser el paso obligado entre ir hacia adelante y cambiar a ir hacia atrás, se usar para casos en los que hay una espera prolongada con el motor en marcha, y evitar un desgaste innecesario de la transmisión por tener acoplada una marcha. No es necesario poner “N” en los semáforos, las cajas están preparadas para esperas cortas con el cambio colocado.
Drive es lo mismo que decir avanzar. Es la función en la cual la caja automática da marcha hacia adelante al auto cambiando entre sus marchas. Y finalmente, Reversa es la marcha atrás que todos conocen con la misma letra incluso en los autos con palanca de cambios y caja manual.
También hay otras dos letras que aparecen en algunas cajas. La “S” significa Sport y es un modo de tener una caja automática que haga los cambios a más altas RPM. Suelen tenerlos los motores de mayor potencia y autos con algún aire de deportividad.
La otra letra es la “L” y representa lo que sería Low o Baja. En general, esta función acopla un cambio más corto que la primera marcha y se suele utilizar en vehículos tipo SUV que puedan necesitar pasar por algún terreno de baja adherencia, donde el motor requiera potencia a menores revoluciones.
En ningún caso, pasar de una marcha de movimiento a una de estacionamiento o de cambio de dirección se hace con las ruedas girando. Tanto para pasar de Drive a Parking o de Reversa a Parking, o de Drive a Reversa o de Reversa a Drive (por ejemplo estacionando), se debe frenar y una vez que el auto está detenido, recién hacer el cambio. Forzarlo a hacerlo en movimiento en algunos modelos puede funcionar (en la mayoría no se puede hacer porque está inhabilitado técnicamente), pero esa práctica lo único que hará es llevar el auto al taller con costo de reparaciones muy elevado.
También alrededor de las letras existen en muchos vehículos, una posición lateral para la palanca, en la que hay dos posiciones. Una con un símbolo “+” (más) y un “-” (menos), y son los que representan subir y bajar de cambios para una conducción manual. En ese caso, se suben las marchas moviendo la palanca hacia el signo positivo y se bajan hacia el negativo, con una pequeña demora causada por ser una caja automática sin embrague. Suele ser muy útil para rutas con subidas y bajadas, o con mucho viento de frente, porque permite al conductor elegir en qué cambio ir y consumir menos combustible. Hay circunstancias en la que la caja automática no puede decidir por una marcha de acuerdo al esfuerzo que debe hacer el motor y la presión del conducto en el pedal de acelerador. También se usa el modo manual en las pickups con caja automática, para hacer recorridos fuera de camino incluso en tracción integral colocada.
En otros vehículos automáticos, la función manual se acopla sin mover la palanca sino presionando un botón con la letra “M”. Esto es en los autos que tienen bieletas detrás del volante, que permiten hacer el cambio con las manos derecha para subir las marchas e izquierda para bajarlas.
En cualquier caso, siempre que se quiera cambiar de auto y pasar a uno con caja automática, lo mejor es probarlos antes de decidir. La electrónica y el tipo de caja automática varía por marcas y modelos, y no todos los conductores se sienten cómodos con cualquier tecnología.
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