El mundo del auto está dividido en dos. Efectivamente, ahí también existe una grieta. De un lado están los convencionales o “petroleros” y del otro los eléctricos. Y aunque el futuro ya esté escrito y la hoja de ruta diga que los combustibles fósiles desaparecerán, quedará el concepto de marcas históricas que remitirán indefectiblemente a la tecnología actual que todavía domina el mercado, y que se diferenciará de las marcas de la nueva era.
En esa comparación de unos y otros, bien podría decirse que Ferrari representa la más alta expresión de la vieja guardia y Tesla a los “new age”. Pero aunque difícilmente hubiera muchas personas que eligieran un Model 3 en lugar de un Purosangue, la realidad es que quien tiene un enorme desafío por delante es la marca italiana y no la compañía de Elon Musk.
El año pasado, durante el Market Capital Day, Benedetto Vigna, en funciones como CEO de Ferrari desde septiembre de 2021, anunció que en 2025 llegará el primer Ferrari 100% eléctrico, que en 2026, solo un 40% de la producción será únicamente de motores de combustión interna y que en 2030 habrá un 40% de eléctricos puros, un 40% de híbridos y solo un 20% de Ferrari propulsadas por petróleo.
Entonces, el gran desafío que tienen por delante en Maranello es entrar a la era de la electricidad y seguir siendo Ferrari, sin convertirse en un Tesla italiano. Cómo lo harán es la pregunta que ellos, y todos los fabricantes históricos de autos sofisticados se están haciendo en este tiempo que vive la industria a nivel global.
Vigna no suele dar entrevistas personales, pero recientemente lo hizo con Bloomberg, mostrando sus cartas y su visión de este tema que cruza transversalmente al mundo del automóvil.
“¿La gran contribución que ha hecho Tesla a la industria automotriz? Fue una llamada de atención. Las cosas solían suceder demasiado lentamente. Tesla sacudió la industria y aceleró procesos y decisiones. Ellos fueron más rápidos y ágiles”, respondió el principal ejecutivo de Maranello.
Pero no demoró mucho en trazar una línea clara entre los autos eléctricos generalistas como bien podrían considerarse a los que fabrica Elon Musk, con los que vendrán del lado de Ferrari.
“Hay autos funcionales que tienen el objetivo de mover personas del punto A al punto B, emitiendo cero dióxido de carbono (CO2). No importa su marca; lo que de verdad importa es que te traslade. Por separado, hay autos emocionales que te brindan una experiencia de conducción única, como los Ferrari”, destacó. “Para mí, (Tesla) es un coche funcional. Está destinado a ir de un punto a otro”, concluyó.
Todo pasará por encontrar el modo de diferenciar un tipo de autos de otro cuando todos sean eléctricos. Sin motores V6, V8 o V12 como los tradicionales de Ferrari, cuando la propulsión sea similar, el sonido sea similar y la electrónica comande todo, desde el movimiento del vehículo hasta el giro de la dirección, ¿Cómo se podrá seguir siendo un Ferrari?
Vigna se asegura de marcar el terreno con conceptos claros. “La electrificación es una nueva forma de brindar a nuestros clientes una experiencia de manejo única, y no tengo ninguna duda de que nuestros sistemas de propulsión eléctricos brindarán a los clientes la misma emoción que los motores de combustión. El punto es cómo extraer la mejor emoción del uso de esta tecnología, dando algo único a los clientes. La emoción de conducir es una combinación de factores: aceleración longitudinal, aceleración lateral, sonido, cambio de marchas y frenado. Esto no cambia si el tren motriz es eléctrico”, asegura.
La visión del CEO de Ferrari respecto a los sistemas eléctricos de movilidad coincide con la de otros líderes de compañías automotrices respecto a su origen y desarrollo. “Algunos gobernantes, en cierto momento, decidieron que la comunidad debería entrar en la electricidad, equivocados o no. Y es así. Esto va a suceder. Pero la electrificación es solo una parte del pastel y, de hecho, hay demasiada publicidad sobre ella, así como sobre el software y el debate sobre la necesidad de consolidar la cadena de suministro. La mayoría de las personas se fijan demasiado en la tecnología en sí, por lo que hay personas que hablan de cosas como el flujo axial, el flujo radial y la densidad de potencia, y sin embargo, lo más importante es la percepción del cliente”, reflexiona.
“Electrificar autos es relativamente fácil desde el punto de vista tecnológico. El punto real es cómo extraer la mejor emoción por el uso de esta tecnología que desea proporcionar al conductor. La tecnología es solo una herramienta, y creo que se invierte demasiado dinero en esto, pero eso se debe a que hay una falta de conocimiento profundo”, dice Vigna, alertando respecto a un nivel diferente de compromiso respecto a la nueva tecnología y sus cualidades.
Más allá del nuevo camino hacia las baterías, Ferrari sigue generando sus vehículos clásicos como el Purosangue, el SUV al que no quieren llamar SUV y que fue presentado en septiembre pasado sin opción electrificada, ni total ni parcial. Vigna asegura que eso demuestra que “todavía hay espacio para una combinación de tecnología. Hemos llenado la cartera de pedidos cuatro veces más rápido que nuestro plan original. Aun así, puedo reiterar que la contribución de Purosangue a nuestras entregas no superará el 20% durante el ciclo de vida del modelo”.
Por lo visto, Ferrari seguirá siendo Ferrari y Tesla seguirá siendo Tesla. Habrá que ver de qué lado se paran los otros fabricantes con el paso del tiempo.
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