En la era de los motores conocidos bajo el concepto de downsizing, a través del cual los fabricantes recurren a bloques más pequeños, de menor cilindrada, menos contaminantes por utilizar menos material, que generan potencia a través de los turbocompresores, hablar de grandes cilindradas parece algo casi prehistórico.
Al mismo tiempo, las coberturas con las que se tapa el motor en los autos modernos tampoco permite apreciar el tamaño, y en la mayoría de los casos, al retirarlas, la sorpresa es grande precisamente porque el impulsor es verdaderamente más chico que lo que el ojo está acostumbrado a ver.
Pero hubo un tiempo en que tener un motor enorme de gran cilindrada, era el único modo de lograr potencia, y la falta de conciencia medioambiental por un lado, y el bajo costo del petróleo por otro, daban vía libre a verdaderos disparates mecánicos. Dentro de esos desarrollos, hubo motores que no llegaron a ser producidos en serie, pero que dejaron la referencia de hasta dónde se podía llegar en cantidad de cilindros, diámetros y carreras.
Ordenados por capacidad de llenado de sus cilindros, esto es por los centímetros cúbicos que tiene en total, este es un curioso ranking de los motores que sobresalieron a lo largo de la historia del auto petrolero, una “especie en vías de extinción”.
Bugatti Type 41 Royale
Probablemente haya sido uno de los autos más lujosos, imponentes y potentes de su tiempo. Fue una creación del propio Ettore Bugatti, el fundador de la marca que siempre se destacó por la performance desmedida de sus modelos.
El “Royale” era tan caro que había verdaderamente pocas personas que pudieran y quisieran comprarlo. Tanto fue así, que a pesar de ser considerado “el mejor auto del mundo”, solo se fabricaron 6 unidades entre 1927 y 1933.
El Type 41 tenía un motor derivado de un propulsor de avión, con 12,7 litros de cilindrada en arquitectura de 8 cilindros en línea, que lograba entregar nada menos que 300 CV de potencia. También era un auto extremadamente pesado con 3,5 toneladas en total, y un depósito de combustible de 200 litros. Si bien el auto alcanzaba los 200 km/h, la relación entre el peso y las prestaciones no era razonable. El motor era demasiado voluminoso, y por lo tanto pesado también, ya que medía 1,4 metros de largo y 1,1 metro de altura.
Hispano Suiza J12
Algunos años después de la aparición del Bugatti Type 41, la otra marca de lujo de principios del siglo XX era Hispano Suiza. Sus autos eran objeto de deseo de reyes y magnates, y la máxima e expresión de su existencia fue sin dudas el J12, también conocido técnicamente como Type 68, en 1931.
Al lujo de su carrocería e interior, se le adicionaba la magnificencia de su motor, un V12 de 11,3 litros de cilindrada que conseguía desarrollar una potencia de 200 CV y alcanzaba los 150 km/h.
El auto se fabricó después con una motorización más eficiente de 9,4 litros que aumentaba la potencia hasta los 220 CV gracias a su block de aluminio. Se fabricaron unos 120 autos hasta 1938, cuando desapareció la marca francesa que tenía nombre de otros países vecinos por su historia.
Dodge Viper SRT
Saltando muchos años para adelante, la lista de los motores de mayor tamaño y cilindrada llega a 1988, cuando Chrysler intentó recuperar el espíritu del Shelby Cobra y crearon un auto deportivo de altas prestaciones que quedó en el recuerdo de la generación de jóvenes de los años 90.
El motor que le colocaron, en gran parte gracias a que por esos años Lamborghini era parte de Chrysler, fue un V10 de aluminio de 8,4 litros de cilindrada que pesaba 300 kilos, pero generaba 405 CV de potencia a 4.600 RPM.
Ese motor se siguió desarrollando hasta conseguir una potencia de 470 CV en el Viper SRT, que compitió en los campeonatos mundiales de GT en los años 96 y 97. El auto se fabricó hasta el 2006 y fue un verdadero éxito de ventas.
Cadillac Eldorado
Este auto es considerado una de las joyas de la ingeniería automotriz norteamericana. Nació en 1953 y permaneció en el mercado con muchas evoluciones hasta el año 2002. A lo largo de ese medio siglo de existencia, hubo 10 generaciones del modelo que siempre permaneció como un auto de lujo de dos puertas con capacidad para 5 pasajeros.
El motor más grande que tuvo este modelo de la marca de lujo de General Motors fue un V8 de 8,2 litros de cilindrada que entregaba cerca de 400 CV de potencia. Fue en la séptima generación del auto que alcanzó esa motorización, antes de la crisis del petróleo, luego de lo cual su impulsor se redujo a 4 litros y 190 CV.
Bugatti Chiron
Nuevamente un auto de la marca creada por Ettore Bugatti se destaca entre los de motor más voluminoso. El Bugatti Chiron nació, sin embargo, casi 70 años después de la muerte del creador de la marca. Se llamó así en honor al piloto francés Louis Chiron, quién compitió con Bugatti entre 1920 y 1930, y tuvo una producción limitada a 500 unidades hasta la actualidad, cuando todavía se entregan los últimos vehículos.
Pero la gran característica de este súperauto es que tiene el motor W16, es decir doble V8 ensamblados a la par, con 8 litros de cilindrada y cuatro turbocompresores, que le permiten llegar a los asombrosos 1.600 CV de potencia pura con otros 1.600 Nm de torque.
Recientemente se ha subastado el último Chiron que no era parte de los 500 autos previstos para vender a los clientes. Se trata del Chiron Profilée, un auto que combina lo mejor de las tres versiones fabricadas en serie, la Sport, la Pur Sport y la Súper Sport, y que fue subastada por una cifra récord para un auto nuevo, ya que por ese ejemplar único pagaron 10,6 millones de dólares.
Rolls-Royce Phantom II
No podia quedar esta lista sin un “Rolls”, pero aunque a lo largo del tiempo, la marca de origen inglés que más se asocia al lujo, tanto como Ferrari a los autos deportivos, tuvo un modelo que en la década de 1930 marcó la máxima cilindrada de toda su historia.
Se trataba del Phantom II, un auto nacido en 1929 como una evolución del Phantom I, aunque utilizando la misma plataforma o chasis de su antecesor. Sin embargo, lo que lo hizo verdaderamente único fue su motor de 7,7 litros de cilindrada capaz de desarrollar 150 CV de potencia, un valor alto para los autos de lujo de esos años, en los que la fuerza no debía interferir con la elegancia de su andar, ya que era un vehículo pensado para la aristocracia.
Se fabricó hasta 1936, y su éxito lo marcaron la cantidad de unidades producidas, ya que alcanzó a los 1.680 autos que tuvieron por destino los países más exóticos, poderosos y alejados del mundo.
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