En la era de la conversión de autos que funcionan con combustibles derivados del petróleo a autos que se mueven con electricidad u otras opciones de energía sustentable, una de las discusiones más comunes de encontrar entre quienes defienden una y otra alternativa, está dada por el precio del litro de combustible versus el precio del kW, y el tiempo que demanda llenar el tanque de gasolina versus el tiempo que demora una batería en tener su carga al 80%, que es lo que comúnmente se completa para seguir viaje.
Y el debate se ha puesto intenso últimamente, con una gran cantidad de defensores de la vieja tecnología, que no están contra de la descarbonización, sino en contra de recibir mensajes equivocados o incompletos para que más personas decidan cambiar su auto petrolero por uno a baterías, más allá del costo superior que estos últimos tienen en su precio de compra.
Y el costo no es un tema simple de resolver, porque muchos dicen que si bien el auto eléctrico es más caro para comprarlo, luego ese sobreprecio se amortiza cuando se ahorra en cada recarga comparando el precio de la electricidad con el de la gasolina.
Lo que ocurre es que el precio de la electricidad ha subido notablemente con la crisis energética que se ha producido en Europa a raíz de la Guerra en Ucrania y el racionamiento del gas ruso, pero el combustible ya venía subiendo desde antes, con lo que hoy, casi podría decirse que ambos han incrementado su valor.
Si un auto mediano cubre 600 kilómetros con un tanque completo, un auto eléctrico equivalente no tiene esa misma autonomía, pero sin ir a tanto sobre los detalles de la capacidad de las baterías y los tanques, se puede separar el tema por partes. Hablando de dinero en primer lugar, sin considerar si esos kilómetros se hacen en un solo viaje o hay que detenerse, vale la pena estudiar como la situación no es igual en todos los países, sino más bien todo lo contrario, muy diferente.
Así, unificando los precios a euros por un tema de practicidad ya que hay más países que usan esa moneda y comparten la movilidad de autos térmicos y eléctricos como para hacer comparaciones, y unificando también galones a litros para tener una referencia adecuada, usamos como fuente de consulta a globalpetrolprices, y podremos ver que en Estados Unidos, la gasolina tiene un costo de 0.909 centavos de euro el litro, por lo tanto un tanque de 55 litros cuesta casi 50 euros, así que gastando un promedio de 7,5 litros cada 100 km, con ese depósito lleno se hacen los 600 kilómetros y sobran unos pocos litros.
En Europa el litro de combustible derivado del petróleo es mucho más caro. En España, el precio es de 1,64 euros el litro, por lo tanto llenar el mismo tanque requiere 90 euros. En Inglaterra, el litro cuesta 1,68 y el tanque 92 euros, mientras que en Alemania el precio del litro es 1,74 y del depósito completo es de 96 euros. En Italia y Francia, con precios muy similares para la unidad, el tanque completo asciende a 99 euros en el primero y a 101 euros en el segundo.
En los algunos países escandinavos como Suecia y Finlandia, los valores son similares con el litro a 1,84 euros, pero donde más autos eléctricos circulan como Dinamarca y Noruega, el precio del litro es mucho más alto con 1,98 euros en el primero y 2,13 euros en el segundo, por lo tanto, completar la carga de 55 litros cuesta 109 y 117 euros respectivamente.
Dicho esto, para poder comparar el costo entre combustible y electricidad, es más sencillo recurrir a la reducción de la ecuación en 100 km de consumo. Considerando que un auto puede gastar unos 7,5 litros cada 100 km, las cuentas son las siguientes. En España son unos 12,3 euros, en Inglaterra 12,6 euros, en Alemania hacer 100 km cuesta aproximadamente 13 euros, en Italia y Francia cerca de 13,5 euros, en Suecia o Finlandia unos 13,8, en Dinamarca serán 14,8 y en Noruega 16 euros.
Es entonces cuando entra en la comparación el costo de recorrer 100 kilómetros con un auto eléctrico, aunque hay que hacer la salvedad de la potencia con la que se carga la batería. Si se lo carga en el domicilio particular con la potencia convencional, la carga es muy lenta y muy económica, entonces, según el precio del kW en cada país, se podrán gastar desde unos 2,5 euros cada 100 kilómetros en los de precio más bajo hasta casi 7 euros en donde la electricidad es más costosa. Pero si en cambio se enchufa el automóvil a un puerto de carga rápida, el precio será de unos 6,5 euros cada 100 km en los países más con electricidad más barata y de casi 17 euros en los de precio más alto.
También hay precios diferentes según los horarios y hasta existen puntos de carga gratuitos, aunque con la velocidad más baja con la que podría necesitarse hasta un día para cargar una batería de 60 kWh.
Entonces, según el país, podría verse que en general, hacer 100 km con un auto eléctrico puede costar aproximadamente la mitad que hacerlo con uno de combustible derivado del petróleo, pero ahí es donde entra en juego el uso del automóvil.
Muchos de los detractores del auto eléctrico señalan que no es conveniente viajar a distancias superiores a los 400 kilómetros con esta tecnología, porque sin la autonomía para salir y llegar sin tener que detenerse a recargar, el tiempo de viaje puede ser tan variable, y hasta más costoso si no se encuentra un punto de recarga libre y hay que esperar mucho tiempo para poder seguir camino, que no vale la pena intentarlo. Pero aun consiguiendo un punto libre, el tiempo de recarga puede ser de hasta 3 horas según la potencia y costo elegidos. Entonces entra en juego la variable del tiempo disponible versus el dinero que se pretende gastar.
El auto eléctrico, por lo tanto, es mucho más conveniente que el de motor térmico para recorridos urbanos o suburbanos relativamente cortos, porque se puede enchufar en las horas en las que no se utiliza el vehículo, incluso encontrando el mejor precio de acuerdo al horario y la tarifa.
Después empieza la última ecuación, que es relacionada al mayor costo de compra de un auto eléctrico y la amortización de ese diferencial de precio a lo largo del tiempo. Se puede hacer la cuenta pensando solamente en el dinero y allí contarán los kilómetros de uso que cada uno haga del auto, pero tomando un promedio de 30.000 kilómetros al año, equilibrar las cuentas del precio extra con la del ahorro en combustible puede llevar entre 6 y 8 años, según el modelo de auto elegido y su precio.
Si en cambio consideramos el costo del daño al medioambiente de una y otra tecnología, ese es un terreno en el que cada persona tiene su propia valoración.
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