Parece que hubiera sido planificado y perfectamente ejecutado para que el mensaje no se pierda. Apenas unas horas después de conocerse la noticia del retiro de Akio Toyoda como CEO de Toyota Motor Corporation, tras 13 años de un liderazgo que solo se encontraba muchos años atrás en la industria del automóvil, otro ejecutivo de una empresa japonesa parece dispuesto a plantear las mismas ideas que hasta hace muy poco tiempo enunciaba el nieto del creador del imperio que reina en el mercado a nivel mundial.
Sin embargo, toma más fuerza aún por ser un directivo neerlandés el que lo hace. Se trata de Martijn ten Brink, CEO de Mazda Motor Europe, justamente el continente desde donde provienen aquellas ideas que preocupan a Toyoda y que están vinculadas a la decisión de impulsar fuertemente la movilidad eléctrica y desplazar cualquier otro sistema de propulsión para los autos a partir de 2035.
“La respuesta corporativa es que estaremos preparados para cualquier legislación que se establezca”, le dijo ten Brink a Top Gear hace unos días en una entrevista, para luego profundizar en el concepto que lo aproxima a las ideas del todavía líder de Toyota a nivel mundial.
“Personalmente me resulta extremadamente difícil entenderlo. No porque no me gusten los vehículos eléctricos, pero lo que me parece vergonzoso es que hayamos optado por la tecnología y, por lo general, la mayor innovación surge cuando estableces una meta, pero no le dices a los ingenieros y desarrolladores cómo llegar allí”, enfatizó el ejecutivo.
“Tengo un problema con el hecho de que ellos (en referencia a los políticos) han decidido cómo llegar allí. Y eso es sólo eléctrico. ¿De verdad vas a descartar todo lo demás? ¿Incluso las cosas que aún no sabes que existen? Creo que es una vergüenza de los políticos. Ese no es su trabajo. Su trabajo es exigir un futuro de cero emisiones, pero la forma de llegar allí debe basarse en el espíritu empresarial y la creatividad”, explicó.
El concepto defiende la esencia misma de la ciencia y del desarrollo. Y es en ese punto donde el discurso se unifica con el de Toyoda, que siempre expresó claramente que “el enemigo es el combustible fósil y no los motores de combustión interna”. De una forma u otra, ambos sugieren que hay que proponer metas pero dejar que la industria desarrolle sus ideas para conseguirlas.
Sin ir más lejos, con los híbridos y con el hidrógeno hay dos caminos claramente marcados. Entre los primeros se puede encontrar el tradicional motor de combustión interna que propulsa el auto y carga una batería para que actúe en los momentos de mayores emisiones del impulsor térmico de manera de reducir el consumo de gasolina. Pero no es el único camino, porque Nissan elaboró una propulsión que también utiliza un motor a explosión y uno o varios eléctricos en su sistema E-Power, con la diferencia que el combustible fósil solo se utiliza para cargar las baterías y no para mover las ruedas. Son modos distintos basados en el ingenio de intentar llegar a un mismo punto por diferentes recorridos.
Con el hidrógeno ocurre algo similar. Se puede aplicar a los motores como el gas que entra en contacto con el aire y la chispa en la cámara de combustión, o se puede utilizar para generar electricidad con un sistema de pila de combustible que alimente un motor eléctrico. En cualquier caso, esos vehículos no cargan gasolina en sus depósitos sino hidrógeno, y por lo tanto son vehículos que no generan emisiones de CO2.
Y ten Brinke pone un ejemplo de la vida cotidiana de las personas para explicar su punto de vista incluso fuera de la industria automotriz, al decir que “ahora que se ha decidido que todos tenemos que usar el conector USB C (en los teléfonos celulares), esencialmente ese es el final de la creatividad en torno a la conectividad. Sí, estoy feliz de que no tendremos el desperdicio de cables, pero, ¿qué otras ideas se le podrían haber ocurrido a la gente?”, se pregunta.
Y vuelve a su idea respecto a la movilidad sustentable del próximo tiempo diciendo que “los japoneses también han establecido objetivos neutrales en carbono, pero incluyen ciertos biocombustibles e hidrógeno verde, y están dispuestos a ver cosas que son nuevas pero que aún no están del todo listos todavía”.
En cambio, para la forma de ver del neerlandes que dirige Mazda en Europa, “aquí todo el mundo deja de invertir en esas áreas porque la legislación no lo permite, y creo que eso es un gran error. Creo que vender solo vehículos de cero emisiones para 2035 está bien, pero que tengan que ser eléctricos con baterías creo que es un poco vergonzoso”, finalizó.
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