A pesar de la sequía que azota a Argentina en los últimos dos años, los fenómenos climáticos repentinos como el que vive hoy buena parte de la Pampa húmeda y parte del Litoral, pueden provocar fuertes lluvias que sorprendan a los conductores en sus de viajes de vacaciones.
Siempre vale recordar que el buen estado de conservación, desgaste e inflado de los neumáticos, y el normal funcionamiento de las suspensiones y sistema de frenos de un auto, son vitales para hacer un viaje seguro, pero es importante saber que todo eso se magnifica ante la presencia de lluvia en el camino. Por lo tanto, si el usuario no está seguro de tener el auto en condiciones y sabe que tendrá piso mojado en su viaje, es recomendable retrasar la salida o si ya está en camino, detenerse hasta que el fenómeno termine y el piso vuelva a ser seguro.
Pero si todo está bien y se toma la decisión de salir a la ruta, es importante revisar las escobillas de limpiaparabrisas y el depósito de agua del lavaparabrisas, porque ambos serán fundamentales para mantener la buena visibilidad. Cuando se viaja con lluvia, cada vez que se cruza un auto en sentido contrario, o al acercarse a uno más lento que va por delante, el cristal se llena de agua y evacuarla lo más rápido y eficientemente posible, y lavar el parabrisas si quedó sucio de barro, es fundamental.
Ahora sí, es momento de salir a la ruta, teniendo en cuenta algunos consejos para que el viaje sea mejor, pero sobretodo más seguro y relajado. A la lluvia hay que respetarla pero no temerle, y si sucede eso, el primer consejo que se puede dar es abandonar el camino en un lugar seguro como una estación de servicio.
1. Usar las luces más que nunca
A pesar de ser una práctica que debe hacerse siempre, haya lluvia o no, viajar con las luces bajas encendidas significa aumentar considerablemente la capacidad de ser vistos por los demás. Cuando hay spray en el aire levantado por los neumáticos de todos los autos que van transitando el camino, la visión se reduce notablemente, y hay momentos en los que yendo detrás de otros vehículos de gran porte como camiones o buses de larga distancia, esto es peor aún, por lo tanto, hacerse ver por todos, los que van en el mismo sentido y los que vienen de frente, es muy importante para tener un viaje seguro.
Del mismo modo, usar la luz de giro para marcar que se inicia una maniobra de sobrepaso cobra más importancia cuando hay menor campo visual para quiénes vienen detrás. Se debe usar siempre, pero con lluvia es fundamental para alertar a los otros y evitar que tengan que hacer una maniobra repentina con baja adherencia.
2. Evitar el empañamiento
Una de las cosas que suele suceder en días de lluvia, es que todos los vidrios del auto se empañan repentinamente, generando un peligro muy alto porque además de reducir la claridad de la visión hacia adelante, también deja inutilizados los espejos retrovisores por empañamiento de los cristales laterales y trasero.
Todos los autos tienen su función de desempañador, pero no siempre esta alcanza para quitar el vapor depositado en los vidrios y es muy común que en la desesperación por mejorar la situación, se empiecen a hacer todo tipo de experimentos o a bajar los vidrios. Lo mejor que se puede hacer en estos casos es prender el aire acondicionado y subir la temperatura hasta el valor que los pasajeros toleren sin sentir frío. Por su modo de funcionar, el aire acondicionado quita la humedad de los ambientes, por lo tanto, el desempañamiento será rápido y total, aún con la temperatura puesta a temperaturas más altas de lo normal.
3. Distancia con los otros autos
Así como en la vereda hay que caminar con más cuidado para no resbalarse cuando llueve, en la ruta es igual. La distancia que recorrerá un auto para frenar es mayor porque aunque el auto tenga sistema ABS (antibloqueo), los metros que recorrerá para aminorar o detenerse por completo, aumentan inevitablemente.
Pero la distancia no solamente servirá para frenar seguros en caso de necesidad, sino también para tener un rango mayor de visibilidad. Al girar sobre piso mojado, los neumáticos evacúan el agua a través de las ranuras de su dibujo y la despiden hacia atrás por el sentido en el que giran las ruedas. Esas gotas de agua forman una nube que reduce la visibilidad para los autos que están detrás, de modo que tomar distancia permite que esa nube baje por las propias leyes de la física y mejore la situación.
4. Adelantamientos
En una ruta mojada, lo ideal es evitar sobrepasos por varias razones. La primera es que se debe pasar al carril contrario por el que pueden venir autos sin luces que se verán a muy corta distancia. La segunda es que al acercarse al auto que será superado, la nube de agua que despiden sus ruedas, complica la visión en el momento en que es más necesario tenerla. Y la tercera es que se está subiendo la velocidad en una condición de poca adherencia.
Pero si el vehículo de adelante va muy lento y se lo quiere adelantar, hay que acercarse subiendo la velocidad del limpiaparabrisas al máximo para que la mayor cantidad de agua que llegará al cristal se vaya rápido, y si no se tiene buena visibilidad, esperar a tenerla. Nunca se debe confiar en una señal que provenga del vehículo que está por ser sobrepasado, porque es muy peligroso, y esto merece una explicación, porque hay una mala costumbre en los conductores de Argentina que va exactamente en contra de la Ley Nacional de Tránsito.
El artículo 42 de la norma nacional especifica que la responsabilidad de un sobrepaso es exclusivamente del conductor que hace esa maniobra y no depende de ninguna seña que pueda hacerle quién lo precede a través de las luces de giro. Es frecuente que en la ruta, pero especialmente en día de lluvia en los que la visibilidad es mala y muchos automovilistas dudan si hacer o no el sobrepaso, quién está por delante coloque la luz de giro izquierda indicando que se puede pasar. Eso es justo lo contrario de lo que dice la ley. La luz de giro indica que el auto de adelante va a doblar hacia esa dirección, por lo tanto, hacer una maniobra de superación a partir de recibir ese mensaje visual es un error y puede terminar en un accidente.
De modo que ante esa situación, especialmente detrás de vehículos de gran porte que desplazan mucha agua hacia atrás impidiendo ver con claridad el panorama, hay que tener mucho cuidado en hacerlo, guardando un margen para frenar y abortar la maniobra. Es confuso y peligroso. Si el apuro no es tan alto, el mejor consejo es quedarse atrás hasta que superar sea seguro.
5. Charcos o huellas con agua
Lamentablemente, muchas rutas argentinas no están en buen estado de conservación por pozos, pero especialmente por profundas huellas que se producen con el paso de transporte pesado de cargas durante todo el año y por muchos años sin un reasfaltado de mantenimiento como deberían tener.
Cuando llueve, esos pozos y huellas se convierten en trampas para los neumáticos de los autos que circulan y hay que saber cómo tomarlos. Lo más importante es no asustarse, no volantear y no clavar los frenos. Al verlos, si notamos que traemos demasiada velocidad para enfrentarlos, lo que se puede hacer es pisar el freno suavemente como para no transferir el peso hacia adelante pero bajar un poco la velocidad, y después soltar el freno, tomar fuertemente el volante para evitar que el agua saque el auto de la huella, y no acelerar, esperando a que pase el peligro.
Frenar arriba del agua quitará control de la dirección y provocará, incluso con ABS, que el auto se mueva sobre una superficie resbaladiza, acelerar hará un efecto conocido como aquaplaning, por el cual las ruedas pierden contacto con el asfalto separadas por esa capa de agua entre medio, y tratar de sacar el auto de la huella, puede ocasionar que se pase a la mano contraria en un instante con el peligro que eso representa.
En los autos con control de tracción y estabilidad, todos esos problemas son mucho más sencillos de enfrentar, ya que el auto compensa electrónicamente la tracción y dureza de suspensión ante el patinamiento. Si se viaja con un auto dotado de esa tecnología, no hay que relajarse creyendo que todo estará bajo control automático, siempre reducir la velocidad permite que esos dispositivos funcionen correctamente, porque hay un límite para todo, que son las leyes propias de la física también.
Y siempre, el mejor consejo es general, pero aplica más aún cuando las condiciones climáticas son adversas, por lluvia, por niebla o incluso por otros fenómenos como granizo o fuertes ráfagas de viento. Si no se siente que el viaje se desarrolla con condiciones de seguridad que se pueden controlar, incluso bajando la velocidad, lo mejor es detenerse. Y si esa es la decisión, hacerlo también con mucha prudencia.
Parar en la banquina es peligroso porque otros autos pueden tener problemas de visibilidad o control y terminar en un impacto, hay que hacerlo en extensiones de suelo firme alejadas de la ruta, como una estación de servicio. Jamás se deben usar balizas para circular con poca visión, eso significa que el auto está detenido, de modo que si se va a hacer una parada, lo que hay que hacer es colocar la luz de giro y bajar del camino lo antes posible para evitar que quienes vienen detrás tengan un sobresalto.
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