Poco tiempo antes que se presentara el esperado SUV Ferrari Purosangue, se conoció una patente que había registrado la marca italiana para poner en sus futuros autos, especialmente en los eléctricos, un sistema de climatización interior dedicado, esto es, casi a elección y necesidad de cada pasajero individualmente.
El sistema funciona a través de sensores y cámaras térmicas que miden la temperatura corporal de, al menos una parte, del cuerpo de los ocupantes dentro del habitáculo, y transmite esa información al sistema de aire acondicionado para que regule los distintos dispositivos de ventilación de modo de distribuir la climatización dentro de la cabina.
Con la llegada del Volkswagen ID.7 recientemente presentado en el CES Las Vegas 2023, la marca alemana acaba de dar un paso en una dirección similar, aunque con sus propios modos y sistemas, con el mismo objetivo de generar una atmósfera interior agradable en el menor tiempo posible para los pasajeros.
Es muy importante este último punto por tratarse de un auto eléctrico, ya que todos los consumos de energía de los sistemas de confort y entretenimiento influyen directamente en la autonomía del vehículo. Siempre que se especifican los valores de distancia que una carga completa de batería puede dar con cada modelo de auto eléctrico, se lo hace bajo estrictos controles de esa clase de consumos.
Calefacción, aire acondicionado, música o navegador satelital y GPS funcionan con la misma fuente de electricidad, por lo tanto afectan el rendimiento de la batería al estar encendidos.
Climatizar un auto en menos tiempo y luego solamente mantenerlo, por lo tanto, es un factor que influye en la capacidad de rendimiento del auto, y sobre ese principio de la física es que Volkswagen ha desarrollado este sistema que incorpora en el nuevo ID.7 que comenzará a entregarse a los usuarios durante este año en Europa.
El principio de funcionamiento de este climatizador inteligente es distribuir el aire frío o caliente en las zonas donde más se necesita. Por esa razón no tiene las conocidas “persianas” que se regulan manualmente para redirigir el flujo del aire en una u otra dirección como se suele ver en los autos comúnmente. En cambio, las salidas de aire están distribuidas en todo el tablero y la orientación es interna y electrónica.
El sistema comienza a funcionar cuando el auto detecta la llave de apertura que está en el radio de alcance del auto, de modo que al abrir las puertas para ingresar, la climatización ya ha comenzado. Luego, en base a la cantidad de personas que ingresan y a las puertas que se han abierto, la dirección del aire va hacia esas fuentes de calor en verano o de frío en invierno, de modo de hacer un corte de esa temperatura no deseada en el habitáculo.
En cambio, si solo es una persona la que ha ingresado al automóvil, los sensores dirigirán toda la climatización hacia ese punto, el asiento del conductor, con movimientos oscilantes hacia arriba y abajo, del mismo modo que los viejos ventiladores de pie distribuían el aire en la casa de nuestros abuelos.
Además, el sistema se puede personalizar, de modo de especificar las preferencias de uno u otro usuario, con lo que el auto se adaptará automáticamente a esa persona y su modo de climatizar el interior del vehículo.
Gracias a la Inteligencia Artificial que está conectada a todo el dispositivo, aun cuando no se seleccione un perfil de usuario determinado, el auto aprenderá de los ajustes de temperatura que se hacen sobre él, y luego de comprobar repeticiones de patrones de conducta, comenzará a hacerlas por sí mismo como una propuesta que hace a los ocupantes.
Finalmente, por la misma tecnología de aprendizaje, a medida que el auto circula por las calles o rutas, los sensores detectan la posición del sol y dirigen el flujo de aire frío en la dirección de las ventanas o el techo solar desde donde proviene más calor.
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