El fenómeno de los autos solares no está reapareciendo por un capricho de la industria ni por la nueva conciencia ecológica que hay en el mundo y que tiene en una permanente revolución a la industria automotriz. Han regresado con otro formato y con una nueva tecnología, incluso con otra utilidad a la que siempre se pretendió de ellos.
La realidad es que la única manera que tenía un auto para moverse exclusivamente gracias a la luz del sol era ser sumamente liviano, lo que incluye transportar la menor cantidad de peso también y estar completamente cubierto de paneles solares solo para tener un poco de autonomía a muy baja velocidad. Esto hizo que, por décadas, los proyecto de autos solares fueran grandes extensiones de carrocerías muy planas con apenas una burbuja por la que pudiera sobresalir la cabeza del conductor para poder ver el camino. Eso disuadió a tantos investigadores que poco a poco quedaron en el olvido o como simples pruebas de laboratorios.
Pero la tecnología les ha dado una nueva oportunidad desde dos distintos ángulos de ataque. Por un lado, las baterías de iones de litio que han llegado a la industria y que alimentan a los autos eléctricos que antes no existían, les dio un lugar donde almacenar mayor cantidad de energía para propulsión, y por otro, nuevos desarrollos de materiales han permitido lograr membranas fotovoltaicas capaces de absorber luz solar incluso si no están horizontales en el techo o capó de los autos, sino también en los paneles de puertas y guardabarros.
Hoy, los paneles solares cumplen otra función. Ya no son los que deben generar la electricidad que mueva un auto, sino la que permita que los elementos y equipos a bordo no consuman la batería cargada a través de la red eléctrica o simplemente extiendan esa autonomía si su energía no se ha consumido con info-entretenimiento o climatización.
Por eso aparecieron nuevos proyectos que recuperan la invalorable calidad de la energía solar y la incorporan nuevamente a los autos en algunos modelos específicos.
Lightyear 0
Probablemente sea el más acabado ejemplo del uso de la energía solar como extensor de autonomía. Este auto diseñado y construido en Países Bajos carga su gran batería de iones de litio a la red eléctrica convencional o de alta velocidad, pero una vez que está funcionando, consigue su autonomía se extienda hasta los 650 km y que sea capaz de funcionar por unos 70 km diarios únicamente gracias al sol.
De hecho, sus fabricantes anuncian que con una media diaria que no supere los 25km, el auto podría circular sin enchufarse a la red durante casi 7 meses.
Hyudai Ioniq5
Este icónico modelo de la marca coreana es el último en incorporar paneles solares como extensores de rango. Anteriormente, esta misma tecnología se había aplicado al Hyundai Sonata Hybrid de 2020, donde los paneles en el techo panorámico extendían la autonomía de la pequeña batería de la hibridación hasta los 1.100 km.
El Ioniq5 los incorpora también aunque es para aumentar la eficiencia de un auto completamente eléctrico, que según el fabricante asegura, extiende unos 1.500 km al año su autonomía.
Mercedes EQXX
Este es el otro gran auto que utiliza la energía fotovoltaica para extender su capacidad eléctrica. Si bien aún no se fabrica en serie, la casa alemana asegura que el auto de producción no será muy diferente a este modelo que ya ha superado dos veces los 1.000 km sin detenerse para recargar su batería. Gran parte de ese desempeño se debe a los 117 paneles solares que lleva entre su techo y vidrio trasero.
También hubo un antecedente solar previo de Mercedes en el año 2002, cuando se incorporó una pequeña superficie de paneles solares en los modelos Clase E W211, que al ser un vehículo con motor térmico, usaba la energía fotovoltaica para reducir el consumo de los dispositivos eléctricos del equipamiento de confort.
Sono Sion
Es un SUV accesible y compacto que pretende cambiar completamente el escenario de la movilidad sustentable. Los alemanes que lo fabricarán si consiguen la financiación que están gestionando en este preciso momento, son quiénes desarrollaron la tecnología antes mencionada de una membrana sumamente flexible y resistente, que permite que toda la carrocería del auto se pueda recubrir con ellas. De ese modo, el Sono Sion logra una autonomía solar para alimentar su motor eléctrico de 30 kilómetros diarios sin necesidad de conectarse a una red eléctrica. Pero si lo hace, gracias a esas 248 células fotovoltaicas, puede hacer hasta 300 km sin detenerse.
Aptera
Este es un vehículo muy particular, ya que por su forma tiene más aspecto de un modelo futurista que de la actualidad, especialmente porque no tiene cuatro ruedas sino tres y una forma de gota de agua muy particular. Sin embargo ya se está produciendo, aunque no vendiendo todavía, con dos opciones de potencia eléctrica, una de 136 CV y otra de 200 CV. La capacidad del Aptera es de 64 km de autonomía diaria y sus desarrolladores dicen que podría alcanzar los 1.600 km si se usa como extensor de carga de la batería cargada desde la red.
Otros antecedentes
Nissan utilizó un pequeño panel solar en la cola del techo en su primera generación del eléctrico más antiguo de producción global, el Nissan Leaf. Su energía se usaba solo para alimentar dispositivos eléctricos del equipamiento interior, y no se volvió a aplicar en las siguientes generaciones del Leaf.
Audi utilizó también el tragaluz del techo panorámico para colocar paneles solares en su modelo A8 de 2002. La función que cumplía era dar alimentación a un ventilador superior que mantenía más baja la temperatura cuando el auto estaba detenido mucho tiempo a la alta temperatura exterior.
Toyota también usó células fotovoltaicas en el Prius de la generación anterior a la actual. Era un extensor de autonomía para el modelo híbrido enchufable que le permitía aumentar unos 45 km diarios. En la última generación no se utilizó el sistema, pero en la que se comenzará a vender en 2023 vuelve a aparecer cumpliendo la misma función de ampliar la capacidad de la batería del sistema híbrido.
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