Hoy es común ver jugadores profesionales de fútbol que disfrutan tener ingresos económicos muy superiores a los de otros tiempos comprándose los mejores autos del mercado. No solo los futbolistas lo hacen, también ocurre con los más encumbrados nombres del básquet, del golf o del tenis también. Los superautos son una tentación para los jóvenes deportistas, probablemente porque les permiten sentir de un modo distinto, la misma adrenalina que recorre su cuerpo cuando están en la más alta competencia de sus disciplinas.
Los Edson Arantes do Nascimento, Pelé, tenía también su rincón para las cuatro ruedas entre sus gustos personales. Mucho más adelantado a quiénes han marcado muchos años más tarde esa tendencia, como el mismísimo Diego Maradona, “O Rey” tenía debilidad por los autos en un tiempo en el que no existían tantas opciones en el mercado.
“Hoy fui honrado por Rocket League. Un juego que mezcla dos pasiones que siempre he tenido en mi vida: el fútbol y los coches. Por eso les comparto algunas fotos mías de mi juventud, siempre expresando mi amor por las cuatro ruedas. En este momento, cuando cumplo casi 80 años, siempre es maravilloso repasar estas fotos y recuerdos”, dijo Pelé en su cuenta de Instagram octubre de 2020.
“Los autos modernos, con toda su tecnología, son fascinantes, pero el encanto de los autos antiguos es imposible de ignorar. ¿Este conductor merece cinco estrellas?”, posteaba a continuación con una foto suya posando junto a un Mercedes-Benz.
En 1956, cuando Pelé tenía apenas 16 años y ya era jugador del Santos en las inferiores, Volkswagen le obsequió su primer auto para uso particular. Se trataba, como no podía ser de otro modo, de un Escarabajo, el famoso Fusca para los brasileños. El auto fue visto en poder de Pelé por muchos años y no se supo nunca si efectivamente lo vendió como se comentó cuando sus problemas económicos lo obligaron a desprenderse de algunos de sus vehículos.
Luego, con el fútbol profesional como medio de vida, el astro brasileño mostró su gusto por otra marca alemana de automóviles, pero ya no era para un modelo popular y accesible sino por la marca más prestigiosa de esa nacionalidad: Mercedes-Benz. El primer auto que compró fue un 220 Limousine de la generación W111, un auto que tenía un motor 2.2 litros de 6 cilindros que se fabricó entre 1958 y 1969.
Pelé también tuvo un Aero Willys 2600, un auto de lujo de los años 60 que pudo disfrutar luego de ganar su segundo campeonato del mundo, el de Chile de 1962. Aunque los autos alemanes parecían ser su debilidad, porque volvió a usar un Mercedes-Benz con el modelo de 4 cilindros, llamado Mercedes-Benz Fintail.
No fue el único Mercedes, ya que la propia marca le obsequió algunos modelos en sus años dorados, y así pudo tener un 250 W114, el modelo que precedió a la famosa Clase E que llegaría años más tarde, y hasta un Mercedes 280 SE W108, el modelo considerado como el originario del Mercedes Clase S que ha superado todos los límites del lujo y el avance tecnológico durante décadas.
Por si faltaba alguna marca alemana, Pelé tuvo también en su momento un BMW Isetta, el pequeño auto urbano que fue tan exitoso en los años 60 y comienzos de los 70.
Como anécdota curiosa, las tres finales mundialistas en las que Pelé se consagró campeón con Brasil, fueron enfrentando a Italia en México 70, a Checoslovaquia en Chile 62 y al local, Suecia, en el campeonato del mundo de 1958. Nunca se enfrentó en una final con Alemania, su nacionalidad favorita para su segunda pasión: los autos.
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