Peaje, hora pico en la gran ciudad. Autos que se acumulan y empiezan a generar largas filas porque son más los que llegan que los que avanzan. En cuestión de minutos, la escena se convierte en una gran sinfonía de bocinas que se enciman unas a otras, con conductores que prefieren la protesta por la espera por sobre la molestia auditiva del caos que está ocurriendo.
Y si bien en las mismas estaciones de peaje está expresamente aclarado a través de carteles, que el uso de la bocina está prohibido, la mayoría de los que deciden acudir a ese modo de queja lo hace asumiendo que es la infracción más difícil de constatar, y que servirá para que los concesionarios del peaje liberen el paso debido al caudal de tránsito de ese momento.
¿Pero saben los conductores que no siempre está permitido usar la bocina? Una vez más, el Observatorio de CECAITRA, la Cámara que nuclea a las empresas productoras de software vial, generó un informe a partir de una encuesta telefónica en más de mil hogares de CABA y el Gran Buenos Aires para consultar al respecto.
Esta vez, en el sondeo se les dio a los encuestados una lista de afirmaciones con la consigna de evaluar el conocimiento de los automovilistas respecto a la legislación.
“¿En cuál de las siguientes situaciones está permitido el uso de la bocina?” fue la pregunta, y las respuestas recibidas demostraron que 7 de cada 10 personas contestaron correctamente.
El 65,3% afirmó que su uso correcto es para evitar una situación peligrosa o un siniestro vial, y el 5,9% aseguró que está permitido en zonas rurales. Del resto de los encuestados, un 10,8% dijo que estaba permitido para anticipar una maniobra, el 6,9% que que se usaba para avisar al conductor de adelante el cambio del semáforo en caso que estuviera distraído, 6,7% eligió la opción de “no sabe/no contesta”, y finalmente el 4,5% de los encuestados sostuvo que la bocina se usaba en todas las situaciones nombradas.
Lo que dice la ley vigente
El artículo 30 de la Ley Nacional de Tránsito plantea entre los requisitos para los automotores la obligatoriedad de una “bocina de sonoridad reglamentada”, como parte del equipamiento mínimo de seguridad de los automóviles. También expresa en su artículo 48, que está prohibido “usar la bocina o señales acústicas; salvo en caso de peligro o en zona rural”.
Si se tienen en cuenta las edades de los encuestados, se pueden apreciar algunas diferencias en determinadas respuestas. 5 de cada 10 personas menores de 29 años eligieron la idea de que “la bocina sirve para avisar una situación peligrosa o un siniestro vial”, y la tasa aumentó a 7 de cada 10 encuestados que eran adultos de entre 30 a 64 años.
También, el 11,4% de los más jóvenes sostuvo que la bocina se utilizaba para avisar al conductor de adelante el cambio de semáforo; pero el porcentaje bajó al 4,4% en los conductores de entre 30 a 49 años, lo que muestra de algún modo la ansiedad mayor de los más jóvenes para desenvolverse en el tránsito.
“Si bien podemos ver que la mayoría de los conductores respondió correctamente, también resulta llamativo que casi el 30% de los mismos desconoce la norma o responde de manera errónea”, dice Facundo Jaime, vocero de CECAITRA e impulsor del estudio.
“El desconocimiento de la ley sobre el uso de la bocina se ve a diario en las calles. En la mayoría de los casos, es utilizada con el propósito de apurar a los demás conductores, y termina generando una alteración del tránsito, cargado de ruidos que dificultan la conducción. Que 1 de cada 10 jóvenes suponga que la bocina se utiliza para avisar que el semáforo cambió, es un dato que debe alertarnos”, finalizó Jaime.
Claro que siempre hay excepciones justificadas. Muchas veces, la bocina se utiliza para alertar a otros automovilistas respecto al acercamiento de una ambulancia o un camión de bomberos, de modo de colaborar para que se abra un paso rápido para esos servicios de emergencia. Y por supuesto, los festejos por la obtención de la Copa del Mundo de Fútbol han sido la causa más justificada para el uso y abuso indiscriminado de la bocina, pero salvo muy contadas excepciones, a nadie se ocurrió cuestionarlo, al menos por un par de días en Argentina.
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