Si hay que identificar a James Bond con un auto, la respuesta inmediata de cualquier persona que haya visto suficientes películas del agente 007, será un Aston Martin. Tal vez a alguien se le ocurra mencionar a un BMW Z4, o al recordado Lotus Espirit S1 anfibio, pero probablemente nadie mencionaría a un Citroën 2CV.
Sin embargo, en “Solo para sus ojos”, la película estrenada en 1981, Roger Moore tuvo algunas escenas de acción a bordo de un 2CV de color amarillo, que preparó especialmente la marca francesa para la ocasión, y que tenía un motor más potente que el original del auto más popular que tuvo Citroën en su historia, reemplazándolo por un cuatro cilindros de un Citroën GS, que tenía 1.3 litros y lograba una potencia de 65 CV.
Haciendo el mismo planteo de James Bond pero con la más clásica historieta francesa de todos los tiempos, Astérix y Obélix, la pregunta sería mucho más compleja para responder.
Es que en la época en la que está ambientada la historia de estos dos luchadores galos a los que el ejército romano tenía terror cada vez que se los cruzaba, no existían los autos. ¿Entonces cómo sería posible imaginar a ambos viajando en algún tipo de automóvil si se quiere llevar la historia al cine?
Se pueden tomar dos caminos, o distorsionar la historia completamente y adaptarla a los tiempos modernos, o imaginar algún tipo de movilidad acorde a ese tiempo, 50 años antes de Cristo, en el norte de Francia, por entonces la Galia, el único territorio que permanecía sin poder ser conquistado por Julio César.
Citroën aceptó el reto, y por ser una marca francesa y orgullosa de aquella resistencia que Astérix y Obélix encabezaban con toda la aldea, y gracias a la poción mágica que el Druida Panoramix, decidió diseñar un carruaje inspirado en un Citroën 2 CV para que los dos héroes galos pudieran hacer una larga travesía como significaba llegar hasta China, tal como ocurre en la película “Astérix y Obélix, el Reino Medio”, que se estrenará el 1 de febrero de 2023 en Francia.
Los equipos de diseño de Citroën estuvieron implicados en este proyecto desde el comienzo, y lograron diseñar y construir el carruaje en tan solo 3 meses, algo que contrasta completamente con otros proyectos similares, para los cuales se demora casi un año.
Es cierto que no hay electrónica ni mecánica de por medio, pero el trabajo de crear el prototipo pensando en el tipo de materiales disponibles hace 2.000 años lo convirtió en un gran desafío.
Así, intentando interpretar el estilo Astérix y mantener los valores esenciales de la marca de confort, tecnología y estilo audaz, pero adaptados a aquel tiempo, se obtuvo un vehículo con una línea característica y reconocible de todas las demás, con suspensiones hechas de estómago de jabalí, techo solar, faros inspirados en los cascos galos que se activan con luciérnagas impulsadas con la poción mágica de los galos, y ruedas hechas con escudos reciclados e incorporando los famosos chevrones de Citroën, cuyo rediseño reciente del logo, se adaptó a la perfección a las líneas rústicas de aquellos siglos.
La historieta de Astérix nació en 1959 en el periódico Pilote, guionada por René Goscinny con ilustraciones del dibujante Albert Uderzo. Hasta la fecha se han vendido 385 millones de álbumes en 111 idiomas y dialectos de todo el mundo.
La primera adaptación cinematográfica de una historia de Astérix fue en 1967, “Astérix el Galo”, luego de la cual se rodaron otras 14 películas y dibujos animados que han atraído a más de 25 millones de espectadores en Francia y a más de 70 millones en todo el mundo.
El viaje de Astérix y Obélix a China tiene otro punto en común con la marca de autos francés, ya que recuerda la misión Centro-Asia de Citroën, que unió Beirut con Pekín del 4 de abril de 1931 al 12 de febrero de 1932.
Aquella fue la tercera expedición de este tipo hecha en auto por iniciativa de Citroën, tras la travesía del Sáhara y el Crucero Negro.
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