Si bien hay casos como el del francés Kylian Mbappé no tiene licencia para conducir por lo que se maneja con choferes en cada viaje que hace en su vida cotidiana y llega a los entrenamientos del PSG con una Van, ese es un caso típico que aplica a “la excepción que confirma la regla”.
A horas del choque final por la Copa del Mundo de Qatar 2022 entre Argentina y Francia, el contraste entre Mbappé y Lionel Messi, compañeros en el club francés pero rivales en el Mundial, no está dado solo por los colores de la camiseta que lucirán, sino por interés o desinterés por los autos.
A Messi, cultivador de un perfil extremadamente bajo, se le han conocido muchos vehículos verdaderamente valiosos. Más allá del contrato que tenía el Barcelona FC con Audi, y que permitió que el rosarino accediera a modelos tan distintos como un Audi RS 6 Avant Quattro con un motor biturbo V8 de 4.0 litros y 605 CV de potencia, o un Audi R8 Spyder V10 de 620 CV, Messi ha tenido en su garaje modelos que lo han representado como un Maserati GranTurismo MC Stradale, una Ferrari F430 Spider de 500 CV, un Mercedes SLS AMG de 570 CV ala de gaviota, o un enorme SUV Cadillac Escalade V8 de 6,2 litros y 420 CV de potencia.
Pero como ocurrirá en el partido entre Argentina y Francia, Messi no jugará solo contra Mbappé, así que es bueno repasar algunos de los autos que los otros jugadores de la Selección Argentina de fútbol.
A Julián Álvarez se lo ha visto en un Mercedes-Benz A200 en su último año en River Plate, un auto mediano con un motor de 4 cilindros que entrega unos 160 CV de potencia.
Pero desde su llegada al Manchester City no se le conoce un auto en el que se haya lucido, quizás por el poco tiempo que lleva en Inglaterra. De él, en cambio, se hizo famosa la historia relacionada con otro auto, el Renault Kangoo que le regaló a su entrenador de Calchin, Rafael Varas, que luce en el portón trasero un “Gracias”, acompañado de una araña.
Lautaro Martínez es uno de quienes no perdió el tiempo, y siendo que juega en el fútbol italiano, se compró un Lamborghini Urus, el SUV que fue éxito de ventas en 2021 para la casa de Sant’Agata Bolognese y que tiene un motor V8 de 4 litros biturbo, capaz de erogar 650 CV de potencia, acelerar de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y alcanzar los 305 km/h de velocidad máxima.
Pero no quedó ahí, porque hace unos meses volvió a la fábrica cercana a Bologna para encargar un nuevo Urus, aunque esta vez totalmente personalizado por el departamento Lamborghini Ad Personam Studio.
Rodrigo de Paul ha ido por un auto alemán. El jugador del Atlético de Madrid utiliza para sus recorridos diarios el sedán deportivo de lujo de Porsche, un inmaculado Panamera negro, capaz de alcanzar los 315 km/h de velocidad y acelerar hasta los 100 km/h en apenas 3 segundos.
Pero además, de Paul ha tenido un BMW Serie 2 y un Range Rover.
Ángel Di María supo tener un Chevrolet Corvette Stingray en sus tiempos en el fútbol inglés, ese auto, que le dio el Manchester United en 2014, quedó en las islas británicas cuando el jugador argentino emigró al PSG.
A diferencia de muchos de sus compañeros y colegas “Fideo” no utilizó un deportivo italiano como un Ferrari o Lamborghini, ni tampoco un alemán como podría ser un Porsche. Prefirió comprarse un Rolls-Royce Cullinan, el SUV de lujo de la marca inglesa que ahora es propiedad de BMW, que incluso conserva en su nuevo equipo, la Juventus.
En cambio, a pesar de jugar también en la Juventus, quién sí optó por una Ferrari fue Leandro Paredes. Lo hizo cuando todavía jugaba en Paris Saint Germain, y el auto en cuestión es una Ferrari F8 Tributo de color rojo, con la que el argentino deslumbró al aparecer en los entrenamientos pospandemia en 2020, dejando asombrados a muchos de sus compañeros.
El ámbito genera esas situaciones, no solo el gusto por los autos más o menos lujosos, deportivos o exclusivos. El caso de referencia es el de Sergio “Kun” Agüero, quién en sus años en Inglaterra un día decidió comprarse un auto deportivo porque “mis compañeros me cargaban”, tal como confesó varias veces en notas en las que siempre sale de lo habitual y habla de su vida un poco más personal.
En aquel momento, el Kun había prometido comprarse o una Ferrari o un Lamborghini si el Manchester City se consagraba campeón. “Pero vi la película ‘Batman, el caballero de la noche’ con un amigo y cuando vi el auto, me convencí. Quiero ese.
Era un Lamborghini Aventador y lo encargué lo más parecido al de la película que fuera posible. Pero cuando lo recibí, lo usé muy poco. El auto iba como saltando, era muy incómodo, así que no lo usé más. Yo soy más de las camionetas, por eso me compré un Range Rover, y el Lamborghini quedó parado hasta que me fui del club, lo vendí con casi 1.800 km de uso, nada. Pero no me gustó”, confesó en los últimos días en un reportaje subido a su canal oficial de YouTube.
En cambio, Paulo Dybala se transformó en flamante embajador de Lamborghini, y utiliza ese modelo que no le gustó a Agüero aunque en una versión extrema, ya que tiene un Aventador Radster S de casi 500 mil dólares, que tiene un motor V12 de 740 CV de potencia, acelera de 0 a 100 km/h en 3 segundos y alcanza los 350 km/h.
Pero lo que más llama la atención del auto del jugador de la Roma, es su color. “Un Lamborghini tiene que ser amarillo. Me encanta lo impactante que se ve y me identifico a la perfección con él: es joven y transmite fuertes emociones”, dijo el delantero cordobés. Si le toca entrar a jugar en el Estadio de Lusail, que esa fuerza se transmita también en su juego es lo mejor que se puede desear para la final de la copa del mundo.
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