Hace pocos días, Simon Erhard, director de energía, rendimiento y vida útil de sistemas de propulsión de BMW y experto en baterías para autos eléctricos de dicha marca fue terminante al señalar que las baterías de iones de litio de electrolito líquido, como las actuales, están en cuenta regresiva y que el futuro de la movilidad eléctrica, no solo de los automóviles sino de todo tipo de transporte que utilice esa tecnología, cambiará completamente cuando las baterías de estado sólido ingresen masivamente a la industria.
Pero mientras esto ocurre, autos, monopatines, bicicletas y motos deben seguir cargando electricidad en las baterías masivas, que son las primeras en aparecer en el mercado y que, a pesar de las mejoras continuas en las unidades de control que administran su funcionamiento, siempre tienen un “halo” de riesgosas por ser inflamables a altas temperaturas.
Los accidentes que han ocurrido son mínimos en comparación con la cantidad de baterías que el mundo entero utiliza a diario en todo tipo de dispositivos, incluso más allá de un medio de transporte, en los propios teléfonos celulares o las computadoras portátiles, pero la mala publicidad que causa un incendio de una batería y muchas veces la explosión que causa como consecuencia, son algo con lo que la tecnología debe lidiar constantemente, por lo que las investigaciones no cesan.
Los investigadores del Laboratorio Nacional de Aceleradores SLAC en California, han logrado un avance que podría cambiar la historia para las baterías de iones de litio, y que consta en bajar su inflamabilidad gracias a una nueva composición de sus materiales.
Rachel Z Huang, estudiante de posgrado de la Universidad de Stanford, y un equipo de 19 investigadores, querían lograr un electrolito a base de polímeros que pudiera ofrecer rendimiento y seguridad. Huang decidió agregar una sal de litio (LiFSI) a un electrolito y obtuvo resultados sorprendentes. Las sales añadidas también actuaron como anclas de moléculas solventes, evitando que se evaporen y se enciendan. En general, menos del 50 % del peso de un electrolito basado en polímero es sal, pero la investigadora llevó esa cifra al 63%.
“Este nuevo hallazgo señala una nueva forma de pensar para el diseño de electrolitos basados en polímeros. Este electrolito es importante para desarrollar futuras baterías que tengan alta densidad de energía y sean seguras”, señaló el profesor Zhenan Bao, quién es asesor de HUang en la Universidad de Stanford.
“Este electrolito de batería nuevo y emocionante es compatible con la tecnología de celdas de batería de iones de litio existente y tendría un gran impacto en la electrónica de consumo y el transporte eléctrico”, agregó Yi Cui, profesor de SLAC y de la Universidad de Stanford, confirmando que este descubrimiento se podrá aplicar a la movilidad eléctrica para mejorar la seguridad de las baterías actuales.
Pero si este desarrollo de electrolito parece una gran noticia a nivel de seguridad, esa no es la única razón por la que hay tanto entusiasmo con los resultados obtenidos. Es que, todo parece indicar que los fabricantes de automóviles podrán empaquetar las baterías más juntas sin preocuparse por el sobrecalentamiento de las celdas, lo que daría lugar a colocar más unidades en el mismo espacio y por lo tanto, aumentar el rendimiento y la autonomía de los autos eléctricos.
Este desarrollo de electrolito ha sido denominado SAFE (Solvent-Anchored non-Flammable Electrolyte) y representa una excelente noticia para la industria de la movilidad eléctrica, que hace apenas unas horas ha recibido también con mucha ilusión, el resultado de las investigaciones publicadas por el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de EE.UU., por el cual, después de 60 años de intensas experimentaciones, por fin han conseguido lograr una fusión nuclear controlada que generó más energía de la que consumió para ser realizada, poniendo por primera vez a la energía nuclear como la forma posible de producir energía eléctrica barata, sostenible e inagotable.
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