Hay costumbres que se pierden con el paso del tiempo o con el recambio generacional. Las multiplataformas, los medios digitales y los teléfonos inteligentes, han llegado para cambiar la comunicación y han desplazado a otras formas tradicionales.
En muchos restaurantes, por ejemplo, se exhiben carteles que fomentan la comunicación “cara a cara”, y en otros que van más al extremo aun, se invita a los asistentes a dejar sus teléfonos móviles en la entrada y olvidarse de ellos durante un par de horas.
Y así como las conversaciones en una mesa se han reducido en cantidad y extensión, hay toda una generación que ha dejado de conversar y solo envía mensajes de audio o texto vía Whatsapp. Una llamada telefónica es algo del pasado.
En los autos pasa algo similar. Prácticamente todos los modelos tienen una interfaz que permite vincular esos mismos teléfonos al centro de infoentretenimiento de a bordo, con lo cual es cada vez más frecuente que lo que se escuche sea una playlist o un podcast proveniente del celular conectado al auto vía bluetooth y no tanta radio.
Pero incluso quienes deseen escuchar radio, cada vez optan más por las emisoras de FM, en gran parte a causa de la cantidad de interferencias que la “vida moderna” genera con tanta electrónica en las ciudades, y que hacen inaudibles o muy molestas las estaciones de AM.
Por esta razón, muchos modelos nuevos de automóviles que proceden de Europa ya no tienen en sus opciones de audio la posibilidad de escuchar radio AM.
En Argentina esa es una situación que para muchos es un verdadero problema, porque escuchar radio AM es algo cultural que aún perdura, especialmente en situaciones como la actual de un Mundial de Futbol, donde reemplazar una radio AM por una App de esa misma radio en el teléfono, tiene un “delay” que puede ir desde los 30 segundos a más de un minuto.
Y el panorama es aún más desolador para los puristas de la radio tal cual nació en 1887, porque en los autos del futuro, los eléctricos, la radio AM ya no existe. Y las razones no tienen que ver con el consumo eléctrico como se podría suponer, sino con las cualidades mismas de un auto que funciona a batería, porque no son interferencias externas sino las que genera el propio campo electromagnético de los motores eléctricos, el que hace imposible la recepción de las emisoras en AM.
El primero fue BMW, en 2015, al lanzar al mercado su i3 despojado de una radio con frecuencia de amplitud modulada (AM), pero de a poco esa decisión técnica se convirtió en una tendencia, y no solo en los autos eléctricos sino en los híbridos o híbridos enchufables también.
En Europa, a partir de 2020 se han instalado otro tipo de radio receptores llamaros DAB, sigla de digital audio broadcasting, que no es otra cosa que un equipo de recepción de transmisiones digitales, pero solo es para emisoras que emitan en ese formato, por lo que la gran mayoría de los fabricantes, al producir autos para otros continentes, no las reemplazan por una radio de AM/FM.
Pero en países como los de Latinoamérica, la radio es también servicio. La cobertura de telefonía celular no es completa, hay muchas zonas rurales o de frontera, muy alejadas de las ciudades, donde no existe la señal siquiera en formato 3G, la más básica. Y como se sabe, la FM tiene mucha mejor calidad de sonido pero muy poco alcance.
Perder las radios AM, por lo tanto, implica aislar a muchos usuarios y a miles de pobladores que solo encuentran en esos equipos, muchas veces heredados de sus padres o abuelos, una forma de mantener el contacto con el resto del mundo.
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