¿De qué se trata el diagnóstico que ofrecen los talleres previo a salir de vacaciones? ¿Es una suerte de “chequeo médico” del auto? Podría decirse que sí, pero con la sofisticación de tener un dato preciso y no solo una opinión subjetiva. Se hace con un escáner, algo que en otros tiempos no existía pero que ahora es imprescindible para saber cómo funciona un vehículo.
¿Por qué antes no eran necesarios y ahora sí? Es muy fácil de responder: desde que los autos tienen una computadora a bordo, su funcionamiento dejó de ser solo mecánico y se convirtió en electrónico. Y esa electrónica requiere de un dispositivo que pueda revisar sus rutinas de trabajo para detectar los problemas. El responsable de esto es el escáner, un pequeño equipo portátil de un tamaño similar al de una notebook, que se conecta con un cable a un enchufe que todos los autos tienen, generalmente, en el tablero, en el interior del habitáculo.
Para llevarlo a un ejemplo práctico, mientras en otros tiempos había que saber el consumo en base al uso para calcular cuántos kilómetros se pueden hacer con medio tanque de combustible, hoy solo hay que apretar un botón. Y, además de conocer la autonomía restante, se puede saber cuánto se consume instantáneamente al acelerar, cuántos kilómetros se han recorrido desde que se inició el viaje, y hasta modular el estilo de conducción para llegar a un punto determinado con los litros que quedan en el depósito. Todo eso lo hace una computadora que antes no existía.
Sin embargo, todo empezó mucho antes, con la llegada de la inyección electrónica de combustible a los cilindros, que se regula a través de una ECU (Engine Control Unit), que es la computadora que controla el funcionamiento del motor. Con el avance de la electrónica en los autos, pronto se agregaron otras funciones como el control del ABS (sistema antibloqueo de frenos) o de los Airbags, que deben recibir un estímulo captado por un sensor electrónico para activarse, hasta llegar a un punto tal que casi todas las funciones de un auto actual pasan por un módulo o computadora.
Pero un escáner no es solo un equipo que revisa la electrónica. Hay tres tipos de escáner en el mercado: el equipo original de cada marca; el de los fabricantes de estas computadoras o módulos de control electrónico para automóviles; y el genérico. Y cada uno tiene sus ventajas y sus contraindicaciones.
El escáner oficial de cada marca es naturalmente el más completo, pero solamente lo pueden tener los concesionarios oficiales o talleres autorizados para service oficiales. Estos escáneres son los que tienen todas las funciones habilitadas e incluso también programaciones que desde el equipo se le pueden hacer a los vehículos, es decir que es un vínculo de dos vías, no solo recoge información sino que puede programar determinadas tareas o funciones, muchas de ellas, opcionales en el equipamiento de los autos.
Naturalmente, al ser el escáner de cada marca, se mantiene actualizado constantemente con las evoluciones de los modelos nuevos y de componentes que se modifican en los autos de años anteriores.
El caso del escáner desarrollado por los fabricantes de las computadoras de los autos, como Bosch o Magnetti Marelli, es el más efectivo para los talleres mecánicos que trabajan con todas las marcas de vehículos y no solo con una, como los talleres oficiales. Estos equipos tienen las principales funciones electrónicas de los autos, pero no las especiales, que están ocultas y son a las que solo pueden entrar los concesionarios.
En este tipo de equipo, el usuario, mecánico o taller debe pagar una suscripción de uso del equipo, que aunque lo haya comprado no se habilita si no tiene paga la habilitación y las actualizaciones de software y de data, que suelen ser varias a lo largo de cada año. Con el equipo actualizado y habilitado, solo se trata de conectarlo al auto, buscar en el menú la marca, modelo y año del vehículo en cuestión, y una vez localizado, hacer el escaneo del sistema.
Finalmente está el escáner genérico, que no lo fabrica ni la marca del auto ni la marca de la computadora, y que tiene un rango menos profundo de análisis, además de menos actualizaciones de data. Es el más económico, el que quizás detecta un síntoma pero no el problema puntal, y a veces termina siendo solo un motivo para una consulta en un taller oficial o de mejor equipamiento tecnológico.
En todos los casos, cuando el escáner detecta un falla y permite resolver el problema, el equipo accede a la computadora del automóvil y logra que se borren esos registros de error, ya que si esto no se hace, la siguiente vez que se le conecte un equipo de este tipo, el error estará y el técnico podrá interpretar que hay una falla que ya no existe.
“Ya no se puede tener un taller mecánico que no esté equipado con este tipo de tecnología. Al comienzo eran solo los autos de alta gama, y naturalmente no venían a un taller genérico sino a los concesionarios oficiales, pero a medida que los autos empezaron a tener cada vez más electrónica, los talleres tuvimos que adoptar estas herramientas porque de otro modo es casi imposible detectar fallas. El escáner a veces no te dice exactamente qué es lo que está funcionando mal, pero sí te dice qué es lo que detecta el sensor, y ahí está el oficio de los mecánicos para ir directo al problema y resolverlo”, dice Diego Luciano, mecánico que se especializa en inyección y electrónica del automóvil en la Ciudad de Buenos Aires.
“Sin un escáner, un taller tiene una posibilidad en 10 de poder arreglar un auto. Con un equipo como el Bosch, que fabrica buena parte de los módulos de todas las marcas, se puede encontrar el problema de los 10 autos que llegan a hacer un diagnóstico”, finalizó el profesional de la mecánica que, como tantos otros, empezó su formación con autos que solo tenían instalación eléctrica y no electrónica, pero entendieron que el camino es uno solo.
Hoy, los autos tienen módulos de confort o de seguridad por separado. Todas las asistencias a la conducción que tienen en su equipamiento, como el detector de objetos en el punto ciego, el detector de carril, el freno de emergencia o el control de crucero adaptativo se controlan con una computadora y si algo no funciona bien con esos sistemas, el único modo de saberlo es con un escáner, no hay otra forma de hacerlo. Los autos son cada vez más caros por la tecnología con la que funcionan.
Y así como cuando una suspensión en mal estado termina afectando el desgaste prematuro de otras partes como los neumáticos, cuando un auto tiene un problema electrónico es recomendable resolverlo rápidamente, porque genera otras disfunciones y todas son muy costosas.
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