Tengan un motor a gasolina convencional o diésel, sean híbridos, híbridos enchufables o eléctricos, la mayoría de los autos nuevos de todo el mundo tienen una característica que, hasta poco tiempo atrás, parecía casi imposible de imaginar: conectividad e internet. Y lo más apasionante de este servicio, es que el alcance que puede tener es casi inimaginable.
Pero, para entrar en tema, lo más importante es describir los distintos tipo de conexión que puede haber sobre un automóvil. El más básico es el de un sistema de info-entretenimiento que se vincula con el teléfono celular de uno de los pasajeros. Tanto los sistemas operativos de Apple como de Android tienen sus aplicaciones, llamadas Apple CarPlay y Android Auto, que se manejan desde la pantalla de un automóvil. En ellas se puede encontrar un menú bastante similar al del propio teléfono móvil, con servicios idénticos, o al menos similares, en la mayoría de las funciones.
Solo es cuestión de descargar la aplicación del sistema operativo que se posea y conectar el teléfono al automóvil al ingresar al mismo a través de Bluetooth. Desde ese momento, además de usar un GPS como Google Maps, Waze o similares, y hacer llamadas telefónicas con la agenda propia, se puede incluso enviar mensajes de WhatsApp y recibirlos, con un traductor que convierte a audio los mensajes escritos.
Este es el servicio de conexión más común de encontrar en el mercado, en el cual el auto no tiene internet sino que se conecta a la red de un teléfono y brinda un acceso más cómodo, pero sobre todo más seguro para que quien está al volante no tenga que quitar la vista de la zona en la que se despliega el camino.
Otro modo de conexión es similar al de un teléfono, pero está instalado en el automóvil. Es decir que tiene una tarjeta SIM con un número, al que se le cargan datos, créditos o simplemente se utiliza su número para suscribirlo a un proveedor de internet, del mismo modo que las personas se suscriben a un abono para su celular personal.
La diferencia con los autos que tienen su propia internet es que no se utiliza solamente para conectarse a la red como un teléfono, sino que además provee de red a los ocupantes del auto, según el abono y el servicio, y eso permite que mientras estén a bordo no consuman sus datos y tengan mejor señal, ya que el auto tiene una mejor antena para recibir internet.
Pero pensar que solo es esa la función de internet en el automóvil es quedarse en el tiempo, porque así como ocurre en los teléfonos, en los hogares o en las empresas, el acceso a la conexión con la nube tiene, en los automóviles, un sinfín de utilidades, y esto es literal porque no se sabe cuál será el límite realmente. Lo que se podría decir hoy, es que el punto al que se intenta llegar actualmente es que cada auto cuente con una conexión que le permita conducirse solo en un ecosistema de vehículos autónomos, básicamente porque emite y recibe información de todo lo que lo rodea.
Se los llama automóviles con tecnología IoT, que significa “Internet of things”. Es decir: Internet de las cosas. Y los servicios que ofrecen van mucho más allá de solo comunicar el interior con el exterior a través de sistemas convencionales. En Argentina, General Motors ha sido una de las precursoras con su sistema OnStar, por el cual, cada auto tiene su propia conexión a internet para dar servicios a sus pasajeros, pero también para que estos se puedan comunicar 24x7 con una central de información y asistencia con solo presionar un botón ubicado en el espejo retrovisor. A ese servicio se le puede solicitar desde un auxilio mecánico o sanitario, hasta un determinado tipo de comercio en las cercanías al que se deba concurrir.
Toyota también utiliza este servicio para dar cobertura y asistencia a los usuarios de autos de alquiler temporal de su marca Kinto. Desde el momento en que se retira un vehículo de una concesionaria hasta que se lo devuelve, el auto está conectado directamente con una central en la que se monitorea on-line el normal funcionamiento, pero fundamentalmente, funciona como un soporte en caso de emergencias. El sistema detecta si el auto se está moviendo sin tener el motor en marcha, lo que puede significar que está siendo acarreado o transportado sin funcionar, y también detecta un impacto que pueda haber sufrido, en cuyo caso, inmediatamente se generará una alarma según la magnitud del accidente, ofreciendo asistencia mecánica o médica a los ocupantes del vehículo.
La finalidad de estos sistemas de conexión son los de dar un mejor servicio al usuario gracias a la red más grande del mundo que es Internet. Hoy, grandes marcas están registrando los datos de geolocalización de un automóvil, para poner en funcionamiento aquel principio con el que nació Google Earth cuando no era un programa de Google sino Terravision, un invento de dos jóvenes alemanes que imaginaron el mundo como un gran supermercado del futuro al que se podría acceder desde cualquier punto del planeta.
Hoy, con los autos conectados del mismo modo que las personas, no solamente se puede tomar el camino menos congestionado para demorar menos tiempo en llegar de un punto a otro gracias a la ubicación y velocidad del tránsito en el entorno, sino también se podrá saber que en determinado comercio similar al que se está intentando ir, hay más lugar para estacionamiento, e incluso mejores ofertas para aprovechar.
Todo empezó con internet 3G, pero mejoró con la tecnología 4G y se espera que tenga su verdadero éxito y masividad con la comunicación 5G que ya se extiende por todo el planeta. Probablemente en poco tiempo sea común encontrar autos a los que haya que insertarles una memoria SIM para cargar un abono de internet, por ahora, es un acceso algo limitado, pero un buen dato para tener en cuenta al momento de elegir entre un modelo u otro de un mercado que se expande a gran velocidad con propuestas de servicio más completas para las personas.
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