Hace casi un año y medio, una de las primeras grandes marcas en anunciar su conversión total a la electricidad fue Mercedes-Benz. Lo hizo a través de su CEO, el sueco Ola Källenius, quién anunció en julio de 2021 una inversión de 40.000 millones de euros exclusivamente para desarrollar las plataformas eléctricas que le permitieran tener ya en 2022 al menos un modelo eléctrico en cada segmento en los que tienen productos, y desde 2025 solo lanzar nuevos autos bajo esa tecnología. El anuncio decía que desde 2030, Mercedes solo venderá autos a batería en Europa.
En Volkswagen sucedió algo similar, aunque con la fecha puesta en 2033 como momento en el cual ya no se fabricarán nuevos modelos que no sean eléctricos para el continente europeo. Pero el proceso de la casa madre del VW Group fue un poco más traumático, porque en medio de su expansión digital, con los exitosos ID.3 e ID.4 en las calles, debieron pasar por un cambio de mando al cesar la función del CEO que impulsó la electrificación acelerada, Herbert Diess, y ser reemplazado por quién ocupaba esa misma función en Porsche, Oliver Blume.
La apuesta de ambas compañías alemanas fue muy clara hacia la nueva movilidad a baterías, pero incluso adelantándose al plazo que la Unión Europea les planteó a los fabricantes, quienes ya no podrán vender autos con motores térmicos desde 2035. Sin embargo, aunque los números son bueno, ninguna de ambas compañías parecen haber conseguido cumplir con el objetivo para 2022 en materia de autos eléctricos.
La situación económica de los países europeos se ha visto afectada por una inflación inesperada y por una crisis energética de magnitud, lo que plantea un escenario en el que muchos usuarios han decidido postergar por precaución o directamente no han podido alcanzar sus objetivos personales, lo que los ha llevado a optar por automóviles de marcas más accesible en lugar de dar el salto a los costosos eléctricos a nivel general.
Si bien un año atrás, los dos productos eléctricos de VW se posicionaban fuertemente frente a la avanzada de Tesla, la realidad parece indicar que hoy son el cuatro grupo en ventas de autos con esta tecnología, por detrás de la marca de Elon Musk, la china BYD y de la norteamericana General Motors. De hecho, recientemente se ha conocido la noticia de una casi segura postergación del ambicioso proyecto Trinity, la plataforma ultramoderna pensada solo para fabricar autos eléctricos de gran autonomía y una capacidad de alcanzar el Nivel 4 de conducción autónoma.
Para Mercedes el panorama no es muy distinto. Sus objetivos de superar Tesla no se pueden concretar aún. Entre enero y septiembre solo creció un 1,9% en el mercado eléctrico, según publica Bloomberg, y la misma fuente asegura que la marca de Stuttgart ocupa el 16to puesto en el ranking de productos exclusivamente a batería a nivel global. Sin ir muy lejos, fuera de Europa, Mercedes apeló a una reducción de precios de sus autos eléctricos en China debido a la baja demanda de los últimos meses. Y la baja de precios fue sustanciosa, porque en los modelos más caros, los de la línea EQS, llegaron hasta los 32.000 euros, que representan entre un 21 y un 25% del precio anterior.
El dato que generó esta decisión es que en lo que fue del año hasta octubre, Mercedes ha vendido 12.000 unidades de modelos eléctricos de toda su gama, mientras que la local NIO matriculó solamente en octubre 10.059 automóviles.
Las inversiones en desarrollo de productos, en tecnologías de movilidad eléctrica y en software para su puesta en funcionamiento, conviven con las que hay que seguir haciendo para dar continuidad a los modelos actuales, que son los que mantienen ingresos constantes y estables a las arcas de las compañías automotrices.
La apuesta debe ser muy bien evaluada y por eso algunos proyectos como los de conducción autónoma que tanto Volkswagen como Ford estaban haciendo en conjunto desde 2019, se han disuelto, para volcar esas gigantescas inversiones a la tecnología que el usuario pueda comprar y disfrutar hoy. Encontrar el equilibrio no es fácil con las variaciones de una economía tan inestable y una cadena de suministro todavía en crisis, y que podría extenderse por lo menos otros 12 meses.
Las grandes marcas tienen “espalda” para sostener esta pesada carga que se han puesto encima, pero aun así, el Director ejecutivo de una de los grupos más importantes de la industria debió dar un paso al costado siendo que su gran lema era dar el salto a la electrificación total en corto tiempo. Para todos, será cuestión de entender que los pasos no pueden ser más largos de lo que da el tranco.
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