El cambio de paradigma es inevitable. La movilidad del mundo ya no volverá a ser lo que era, a pesar de la resistencia de los “puristas”. No se puede olvidar lo aprendido y una vez descubiertas nuevas dinámicas, nuevas tecnologías, o conceptos innovadores, es imposible evitar aplicarse a proyectos futuros.
La moto ha sido siempre un medio de transporte personal, de dos ruedas, y sobre esa base se han mantenido siempre sus fabricantes. Pero por ser un modo de traslado que requiere equilibrio, la seguridad de su pasajero siempre ha sido su gran punto débil. Por las caídas y por la exposición a la que está el cuerpo de quién las tripula.
El concurso de diseño Red Dot Design Concept Award 2022, ha otorgado el mayor premio a un proyecto llamado XCELL, desarrollado por Shanghai X-Idea Industrial Design Company. Se trata de una moto propulsada por hidrógeno, pero que tiene su objetivo puesto, además de la sustentabilidad, en la seguridad de su conductor.
La moto XCELL tiene una forma de Z, que le permite ajustar el triángulo de conducción para que se adapte a las necesidades ergonómicas específicas de cada persona, tanto sea moviendo electrónicamente el manillar, los apoyapiés o el sillín. Pero además tiene preajustes para un uso deportivo, de ocio y de confort que se adapta mejor a los terrenos sus condiciones.
Pero si bien estas configuraciones están dirigidas a mejorar la conducción de la moto, y que por lo tanto sea más precisa y segura para su usuario, X-Idea también ha diseñado un sistema inteligente de seguridad activa basado en un dispositivo portátil que el conductor lleva mientras está al comando. Este sistema de ayudas a la conducción (ADAS) incluyen asistencia de visión nocturna, tecnología de proyección holográfica y predicción de curvas ciegas que permite que la máquina y su piloto “vean” de manera efectiva lo que ocurre al otro lado de una curva sin visibilidad.
En cuanto a su aspecto sustentable, esta moto funcionará con cartuchos de hidrógeno reemplazables, que le permiten una autonomía hipotética de 200 kilómetros pero una velocidad elevada de 200 km/h. Esto también requiere una estructura de cargas y estaciones de reemplazo que deben acompañar la fabricación de este tipo de vehículos, que no es el primero en buscar esa solución de propulsión.
Sin embargo ese no parece ser un problema, ya que otros fabricantes de scooters lo están desarrollando. En Taiwan, el precursor fue Gogoro, que ya tiene una red de 2.100 puntos de reemplazo de cartuchos funcionando, mientras que en Francia, también se está experimentando con un vehículo similar llamado Mob-Ion AM1, que se encuentra en fase de ensayos.
A nivel de los autos, esta tecnología también está en expansión. En el reciente Salón de París se ha presentado en sociedad un vehículo francés llamado Namx HUV, que recibe esa denominación por ser un Hydrogen Utility Vehicle, y también tiene un sistema de cartuchos que van instalados como segundo tanque de hidrógeno que permita una autonomía extendida. Estos cartuchos se retiran en menos 30 segundos, se colocan en una expendedora de hidrógeno de la propia marca, y se reemplazan por otro con su carga completa.
El Namx HUV tiene un motor eléctrico que funciona con sistema de pila de combustible de hidrógeno, ya que toda la instalación se puede llevar a bordo de un automóvil, ya que tiene las dimensiones apropiadas para que se vea afectado ni su peso ni su funcionalidad. En el caso de una moto o un scooter, quizás la mejor solución sería la inyección de hidrógeno para a un motor de combustión interna, aunque en el caso del XCELL, su propio nombre confirma que el camino elegido también ha sido el de las celdas para alimentar un motor eléctrico.
No hay fecha de posible puesta en producción ni menciones al respecto, de hecho, es un concepto muy futurista que no parece tener posibilidades de contar con un desarrollo inmediato, pero como siempre ocurre con las ideas que se convierten en prototipos, quizás sea el comienzo de un camino que en algunos años se vea en las calles.
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