Aunque parezca que ya no hay retos para ellos, siempre aparece una nueva idea. Desde lanzar un astronauta como Felix Baumgartner en caída libre para superar la barrera del sonido en 2012, hasta construir su propio equipo de Fórmula 1 y ganar con Sebastian Vettel los títulos de 2010 a 2013 y con Max Verstappen los de 2021 y 2022, pasando por carreras de aviones, y deportes de todo tipo. Cada proyecto o aventura que se cruza delante de Red Bull es un desafío que desea conquistar.
Entrar al mundo del automóvil no es tan simple y probablemente no sea tan buen negocio, aunque la nueva movilidad sustentable ha abierto un escenario mucho más grande y variado de proyectos. Cuando en 2020 se anunció la discontinuación de la sociedad de Aston Martin con Red Bull, el proyecto de hacer un hypercar en conjunto quedó en la nada, y el proyecto de Adrian Newey terminó en manos de los nuevos propietarios de la marca inglesa de autos deportivos y elegantes que se hizo famosa con las películas de James Bond.
Pero con los vehículos eléctricos nació un nuevo negocio de mayor escala en volumen gracias a un menor costo de adquisición. Los monopatines eléctricos son furor en Europa y buena parte del mundo, y aunque en su morfología tienen algunos estándares comunes entre todos, una compañía que construye autos de Fórmula 1 puede presentar una versión original, y eso han hecho. Así nació el RBS#01.
Lo primero que han hecho es construirlo casi en la totalidad de su chasis en fibra de carbono, el mismo material con el que se elaboran el chasis y la carrocería de los monoplazas de carrera. A ese chasis y manillar de materiales compuestos súper livianos y resistentes, le colocaron un motor eléctrico de 750 W de potencia nominal, capaz de ofrecer un torque de 80 Nm.
El RBS#01 alcanza una velocidad máxima de 45 km/h y tiene una autonomía de 60 kilómetros, nada mal para tener una batería de 760 kWh que lo hace subir de peso hasta unos incómodos 23 kilos.
Las dimensiones tampoco son estándares, ya que el objetivo de Red Bull con este monopatín es ofrecer algo completamente distinto en el segmento. Prueba de ello es que sus ruedas son de 11 pulgadas, realmente grandes en comparación con otros productos similares. Y parte de ese rodado exagerado está justificado en el tipo de neumáticos que calza, los cuales lucen un dibujo al que denominan semislicks, y que representa el formato de dibujo que muestran las gomas de piso intermedio de los Fórmula 1.
Tener neumáticos más grandes también tiene un beneficio de seguridad al momento de frenar. Ir a 45 km/h en un monopatín requiere poder controlarlo con relativa facilidad, de modo que le han incorporado frenos de disco hidráulicos con cuatro pistones por rueda, capaces de generar 1511 N de poder frenante. Aun así, al ser utilizados estos vehículos con cierta versatilidad que los expone a golpes contra cordones o bordes duros, Red Bull asegura que el RBS#01 puede soportar impactos de 3,5 G en la parte delantera y de 1,75 G laterales.
El equipamiento para su usuario incluye una pantalla LCD integrada en el manillar de fibra de carbono, con la información de carga de batería y velocidad. En su diseño se pueden apreciar varias formas curvas clásicas de los apéndices aerodinámicos de los autos de Fórmula 1, los cuales dejan ver la textura original de la fibra de carbono sin pintar con colores plenos como se suele ver.
El estribo está sobredimensionado en su ancho para permitir varios estilos de conducción como los que suelen aplicarse a estos vehículos unipersonales, donde los saltos y algunas acrobacias suelen ser modos bastante comunes de uso.
Red Bull afirma que su e-scooter “pura sangre”, y se puede reservar on-line con 600 dólares, para luego pagar en 24 cuotas de 225 dólares por mes, o comprar directamente, en cuyo caso el precio es de unos elevados 6.000 dólares.
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