En un mundo que busca la eficiencia en cada detalle como probablemente nunca antes había ocurrido, el automóvil como concepto está atravesando el más exigente de todos sus tiempos desde su nacimiento, 130 años atrás.
Esa búsqueda de la eficiencia no está referida solamente a su uso y amortización por ser un bien cada vez más costoso que requiere mayor esfuerzo para ser adquirido pero también para mantenerse en condiciones, sino también por el daño ambiental que causa. Por esa razón, aunque los países más desarrollados se hayan puesto como meta el año 2035 para intentar que todos los autos nuevos que se fabriquen sean cero emisiones, si se quiere llegar a 2050 con un planeta que haya evitado subir la temperatura global más de 1,5°C desde el período preindustrial, hay que dejar de contaminar lo antes posible.
Para hacerlo, cada esfuerzo que se pueda cristalizar en realidad hará su aporte, pero algunos tendrán más trascendencia y continuidad porque se podrán seguir aplicando en el futuro a largo plazo, mientras otros son simplemente paliativos del momento, que en una década y media podrían quedar a un costado de la industria.
Dentro del mundo del transporte pesado hay mucho trabajo dedicado a mermar las emisiones contaminantes de los grandes camiones que recorren el mundo entero, porque son probablemente mayores de lo que el común de las personas cree. Es ahí donde aparecen proyectos de ambos tipos, los de corto y los de largo plazo. Mezclar hidrógeno con gasoil para hacer que un motor diésel sea menos contaminante es un ejemplo de los primeros. Hoy se puede explorar y poner en práctica, permitiendo que el transporte de cargas por tierra reduzca su huella de CO2 en la atmósfera, pero si se termina prohibiendo el diésel en 2035, hacer esa inversión tal vez no tenga tantos interesados.
En cambio hay otras ideas muy interesantes que podrían sostenerse en el tiempo si terminan funcionando, incluso cuando los camiones se propulsen por motores eléctricos o de pila de combustible de hidrógeno, y ahí es donde se pueden lograr avances significativos permanentes.
La empresa española Eco Eolic Top System, ha creado un sistema al que denominan “Run&Save”, que utiliza la fuerza del aire, esa enorme masa contra la que choca inevitablemente un camión de cargas en su marcha, para ahorrar combustible. Cómo se ahorra combustible, es muy simple como principio del uso de las leyes de la física, aunque requiere de un complejo desarrollo tecnológico para que sea efectivo.
El sistema funciona con el mismo principio con el que vuelan los aviones, es decir, generar que el aire se encauce a través de un perfil alar, genere una fuerza ascendente determinada. La diferencia con el avión es que los camiones no deben dejar de estar apoyados sobre el asfalto, sino solo aliviar su carga de modo de consumir menos combustible para moverse.
Lo curioso de la idea es que mientras la aerodinámica intenta hacer más penetrantes las formas de los vehículos para que consuman menos energía en avanzar, este sistema creado por dos españoles emprendedores llamados Abdon Estefan y Mauricio Vargas, intentará usar esa resistencia para reducir el peso intentando que los vehículos tengan una leve tendencia a levitar.
El desarrollo tiene dos componentes principales. El dispositivo en sí mismo, que va instalado en la parte superior de los vehículos, y el software que lo administra como recurso físico, y que debe analizar el flujo del paso del aire por dentro del dispositivo mediante inteligencia artificial, para darle la resistencia suficiente en todo momento, de modo de mantener al camión apoyado en el camino para ser seguro, y reducir su peso sobre las ruedas para que el motor haga menos esfuerzo al moverlas.
La seguridad es esencial en el éxito de este dispositivo. Aliviar el peso puede generar menor control sobre la dirección y los frenos, e incluso en aceleración también. De modo que el balance entre la fuerza del aire y del “Run&Save” es clave para el éxito del proyecto.
Según sus creadores, la reducción en el consumo de combustible podría llegar hasta el 25% en condiciones óptimas, esto significa con el camión circulando entre 80 y 100 km/h. Más allá de esos valores, aseguran que el efecto de aliviar el peso del vehículo, comienza levemente ya a los 30 km/h.
El “Run&Save” ya está patentado en España y luego lo han hecho en otros países de Europa y Sudáfrica. Actualmente están en proceso de hacerlo en Canadá, donde la empresa tiene una segunda sede. Mientras se homologa para poder comenzar la producción y comercialización, Eco Eolic Top System adelanta que el costo podrá estar entre los 12.000 y los 15.000 euros, con un tiempo de demora de apenas un par de días en la instalación.
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