La historia del Ford GT40 es probablemente una de las más apasionantes del mundo del automovilismo deportivo de todos los tiempos. Tanto fue así, que aquel auto que Henry Ford II encargó a Carroll Shelby y Ken Miles en 1964 para vencer a Ferrari en las 24hs de Le Mans, llegó al cine en 2019, con una excelente película llamada “Ford vs Ferrari, Contra lo imposible”.
El camino de desarrollo de aquel auto no fue simple. Fueron dos años durante los cuales el GT40 no conseguía tener los resultados esperados, en especial en confiabilidad, algo que para una carrera de 24 horas es clave.
El gran héroe de todo el grupo probablemente haya sido Ken Miles, no solo porque fue el piloto de pruebas, sino porque cuando finalmente en 1966 consiguieron ser los dominadores de la competencia francesa, debió conformarse con ser segundo de Bruce McLaren debido a un capricho del propio Henry Ford II.
El líder de la compañía pidió que sus dos autos llegaran a la par a la bandera a cuadros, Miles, que era el puntero y seguro ganador hizo caso, y terminó perdiendo porque las autoridades de la carrera consideraron que el auto de McLaren había recorrido más metros en el mismo tiempo, ya que había largado desde más atrás que Miles. Una injusticia absoluta, jamás reparada como debería haber ocurrido.
El destino quiso que Miles no tuviera revancha, porque en agosto de 1966, durante una sesión de pruebas en la pista de Riverside, uno de esos peligrosos test de desarrollo que solía hacer intentando mejorar el GT40, terminó en un accidente mortal. Su trabajo permitió que ese modelo ganara también las ediciones de 1967, 1968 y 1969 de las 24hs de Le Mans.
Como un homenaje a ese piloto que la historia olvidó, el argentino Miguel Angel Alisi le puso su nombre a una de las réplicas más exactas del Ford GT40 que se han construido hasta el momento. El proyecto comenzó a fines de 2019, y está basado en la nueva Ley 26938, que habilitó desde 2018, la fabricación de autos artesanales en Argentina. La idea de Alisi era hacer una réplica que permita que ese auto pueda circular por las calles, como solamente dos empresas las producen en todo el mundo. Una es CAV, en Sudáfrica, la otra es Superperformance, en California, EE.UU.
El modelo que Alisi decidió construir es el del año 1969, el último que ganó en Le Mans. El trabajo inicial fue muy lento y detallado, porque hubo que conseguir un auto original y escanearlo completamente para luego construir las matrices para la réplica. El casis es tubular, forrado completamente en chapa. Hacer el modelo demandó 6.480 horas que se consumieron en un año calendario completo, de mayo de 2020 a mayo de 2021.
“Una vez que terminamos de modelar el auto, se hicieron las matrices con todas las piezas en fibra con la precisión de la forma exacta del automóvil original. Pero más allá de eso, que es sumamente importante para que el auto tenga la calidad constructiva adecuada, nos propusimos una segunda meta que fue realizar el techo y los parantes en chapa, tal como era en el GT40 de aquel año. La mayoría de las réplicas están hechas completamente en fibra de vidrio, y nosotros queremos que el Miles GT sea lo más parecido al auto original que sea posible, y el auto era con techo y parantes de chapa y el resto de la carrocería de fibra. Así lo hemos hecho también”, cuenta Miguel Alisi, mientras recibe del taller de pintura, el primer auto completo pintado con los colores de Gulf y el número 6, tal como lucía el ganador de Le Mans 69.
“Actualmente estamos en el proceso de armado del primer auto, ya tenemos todos los componentes para hacerlo, de modo que esperamos poder hacer las primeras pruebas entre fines de noviembre y comienzos de diciembre, acá en el autódromo Oscar Cabalén de Alta Gracia”, señala el orgulloso constructor del Miles GT.
“El auto está terminado en un 90% y nos demoró unos 6 meses respecto a los tiempos que nos habíamos trazado, porque hacer un auto artesanal es realmente un proceso lento. Hubo piezas que hubo que hacerlas dos veces, o que se debieron modificar porque es la primera unidad que hacemos. Ahora ya tenemos más noción real de los tiempos que demanda cada cosa, y al tener todo matrizado, la producción va a ser de unos seis autos por año”, explica.
La empresa hizo dos acuerdos muy importantes para darle más entidad al Miles GT como una verdadera réplica del Ford GT40. “Hemos logrado un convenio con PPG para que nos provea la pintura para todos los vehículos, y también otro con Gulf, por el cual tenemos la licencia para entregar la versión con los colores de la marca, tal como lucían en el año 1969″, dice Alisi.
La empresa tiene hoy ya cortados todos los componentes para fabricar 24 chasis. Esto comenzará a suceder en la segunda quincena de enero de 2023, luego que el prototipo inicial sea llevado a Buenos Aires para hacer los tests obligatorios que habilitarán su fabricación y patentamiento.
Pero si el auto es una prolija réplica que permite que cualquier pieza sea removida y en su lugar encaje a la perfección la misma pieza original de un Ford GT40, el motor es otra verdadera joya mecánica.
El motor es lo único que no hace Alisi en su taller, el proveedor es Zschocke Motorsport y se trata del block más actualizado de la Familia Windsor denominado 5.0 High Output. Se reemplazaron todos sus componentes móviles menos el árbol de levas que es construido por Ford Racing en acero y es del tipo para botador a rodillo. Se instaló un cigueñal Scat de acero forjado con mayor volteo, lo que permite aumentar la cilindrada a 5.4 litros. Las bielas son de acero forjado con bulones ARP, los pistones forjados son Icon y los aros finos Total Seal.
La bomba de aceite es Ford Racing de alto caudal, que funciona con un Carter Milodon de 7,5 litros de capacidad y rompeolas móviles, especialmente diseñados para circuitos, lo que asegura eficiencia en la lubricación en todo momento.
Las tapas de cilindros construidas en aluminio son marca Flo-Tek, que reemplazan a las originales de fundición de hierro. Gracias a sus cámaras rediseñadas y sus asientos de válvulas de acero con ángulos múltiples, se pudo lograr un importante incremento de potencia. Los engranajes y cadena de distribución, volante de motor y conjunto de embrague son provistos por Ford Racing al igual que juntas y retenes. La potencia estimada, a confirmar en los próximos días con una prueba en banco de rodillos, será de unos 400 CV.
Falta muy poco para poder verlo en acción, escuchar ese ronco V8, y tal vez cerrar los ojos y transportarse en el tiempo, 55 años atrás, para revivir virtualmente una de las mayores historias de Le Mans.
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