En tiempos donde reducir la huella de carbono es la prioridad de los nuevos desarrollos de la industria automotriz a nivel global, la exploración de alternativas que permitan mejorar esas metas siempre son bienvenidas. Los autos eléctricos llevan la delantera por haber comenzado primero, pero especialmente por tener más rápido el resultado al que todos quieren llegar: no emitir gases de efecto invernadero.
Pero no es el único camino, ni tampoco es el camino más eficiente a pesar del discurso general que así lo asegura. Construir un auto de por sí es contaminante pero vale para todos los tipos de autos. Construir la batería, en cambio, representa el 45% de la huella que deja la fabricación de un auto eléctrico. Consumir electricidad proveniente de fuentes no renovables es el tercer problema a resolver para que realmente esta tecnología sea la más limpia entre las opciones que hay hoy en día.
Por esa razón el hidrógeno gana cada día más terreno frente a la movilidad 100% eléctrica, porque el hidrógeno está presente en la molécula de agua y se puede separar del oxígeno por medios sustentables, pero además, porque permite una batería más chica y una carga más rápida, reemplazando el procedimiento de conectar el auto a la red eléctrica, por la inyección a presión de hidrógeno a sus tanques.
En el Salón de París hubo varios proyectos de hidrógeno, pero uno resaltó del resto porque además de usar el sistema de pila de combustible, por el cual el hidrógeno se convierte en electricidad para dar energía a un motor eléctrico, cuenta con un sistema suplementario modular y extraíble que permite prescindir de las estaciones de carga de hidrógeno por lo menos por 800 km.
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El proyecto es francés, comenzó a gestarse hace 5 años y se llama NamX, acrónimo de New Automotive and Mobility eXploration. Pero no solo se trata de un escaparate tecnológico interesante, sino de un concepto que reúne también el diseño y la modernidad en medios de transporte. El automóvil presentado se denomina NamX HUV, y representa un nuevo segmento dentro de los famosos y populares SUV actuales, reemplazando la terminología de Sport por la Hydrogen. Por si faltaba algo, el diseño corre por cuenta del afamado estudio Pininfarina.
El NamX HUV tiene dos tanques de hidrógeno, pero solo el principal se carga en una “hidrogenera” que inyecte el gas a 700 atmósferas, del mismo modo que ocurre por ejemplo con el Toyota Mirai. El segundo depósito no es uno solo sino 6, y no son tanques sino cápsulas extraíbles, con lo que la capacidad total del vehículo es de 8 kilos de hidrógeno.
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Estas cápsulas, llamadas CapX, tienen su soporte tecnológico, que son estaciones en las que los usuarios podrán comprar una nueva, rentarla o intercambiar por una que se ha agotado. Las estaciones se llaman CapXtore, y tendrán dos diferentes tamaños, uno con capacidad para 82 cápsulas y otro más pequeño que podrá proveer de 28 cápsulas. El tiempo de demanda retirar una cápsula y colocar otra es tan breve como 30 segundos, lo que permite extender la autonomía.
En cuanto a las prestaciones, NamX ha declarado que el HUV tendrá dos opciones de potencia. La versión RWD, con 300 CV con tracción únicamente en las ruedas posteriores, con una velocidad máxima de 200 km/h una aceleración de 0 a 100 km/h de 6,5 segundos.
La otra versión, más extrema, es la llamada GTH, con una potencia de 550 CV y tracción integral, que alcanzará los 250 km/h y una aceleración hasta los 100 km/h de 4,5 segundos. La empresa ya toma pedidos a través de su sitio web y ha informado que comenzará la fabricación en el año 2025.
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