Así como 1 milla es 1,6 kilómetros, y cada vez que se habla de un automóvil de origen inglés o norteamericano hay que estar haciendo la misma cuenta para comprender su velocidad máxima, hay otras medidas en el mundo motor que a veces confunden y no siempre se conoce la equivalencia que tienen con la que parece más familiar al conocimiento popular.
Una de ellas es la capacidad de un baúl o maletero de los automóviles. Desde hace ya muchos años, se especifica su tamaño de acuerdo a lo que sea capaz de contener, y se hace por esa razón en litros y no en dm3 como antiguamente ocurría.
Y hay una explicación para que así sea. Es que por su forma, la zona de carga trasera de los autos no es una caja de caras planas sino que tiene curvas, por lo tanto la manera de medirlo es colocando paralelepípedos de 1 litro de capacidad hasta ocupar todos los espacios libres. Así se sabe cuántos litros de capacidad tiene el baúl. Lo más curioso del tema de la capacidad de los baúles de autos, es que sea en litros o en dm3, la cifra es exactamente la misma, ya que un litro equivale a 1 dm3.
Algo similar ocurrió mucho tiempo con las medidas de potencia de los motores. Históricamente se medían en HP (horse power o caballos de fuerza), modo aplicado por los ingleses y alemanes, y luego en EE.UU. también, que fue enunciado por James Watt a finales del siglo XVIII, para determinar una equivalencia entre la fuerza que tenía un motor de vapor respecto a una referencia conocida, como era la fuerza de un caballo.
Pero en Francia creían que debían tener su propio método de medición y crearon el CV (cheval-vapeur o caballo de vapor), que no difiere demasiado del HP inglés, pero no es lo mismo porque aplica medidas decimales. Los CV se extendieron por todo Europa rápidamente y terminaron adoptado en la mayoría de los países para determinar la potencia.
La equivalencia es la siguiente: 1 HP es igual a 1,014 CV, que es prácticamente lo mismo pero cuando se multiplica por la cantidad de HP, termina notándose más claramente. Un motor de 170 HP es lo mismo que 172,346 CV.
Pero para que esto no se preste a confusión, porque no es como los litros con los dm3 que tienen una relación de 1 a 1, el modo de poder conocer la potencia de un motor es la medida del Sistema Internacional de Unidades, no es ni HP ni CV, sino que es el kW, donde la W representa los Watts o Vatios en español, y la letra K puesta adelante es el múltiplo de 1.000 para que sea más sencillo de representar, ya que 1 kW equivale a 1.000 Watts.
Para tener noción de lo que representa en comparación con las medidas que todos conocen de toda la vida, basta decir que 1 kW equivale a 1,36 CV o a 1,34 HP. Es decir que un motor de 170 CV es lo mismo que un motor de 125 kW, y un motor de 170 HP es equivalente a uno de 126 kW.
Aun así, siendo la medida oficial de unidades a nivel internacional, hasta hace poco tiempo era poco frecuente encontrar una declaración de potencia de un motor expresada en kW, porque la vieja usanza decía que se debían mencionar en HP en Inglaterra o EE.UU. y en CV en el resto de Europa. “Las personas no sabrían cuánta potencia tiene su motor si se la expresa en kW”, decían los defensores de las medidas tradicionales.
Pero llegaron los motores eléctricos a salvar el Sistema Internacional de Unidades y ahora sí, hablar de kW es mucho más común, y aunque muchas veces se haga la comparación entre paréntesis, la terminología y los valores empiezan a quedar en la memoria de los usuarios, porque los motores eléctricos se miden en kW irremediablemente.
Si hasta un tiempo atrás decir que un motor tenía una potencia brutal era decir que tenía 500 caballos, y ni siquiera se explicitaba que fueran de fuerza o de vapor, ahora esa misma referencia debe mencionarse como un motor eléctrico de 370 kW.
Y para asustarse con potencias asombrosas como la del Rimac Nevera, el auto eléctrico más poderoso entre los que producen actualmente, ya no hay que hablar de casi 2.000 CV, hay que acostumbrarse a decir que tiene 1.408 kW. Habrá que acostumbrarse.
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