Con el plazo de 2035 como meta final, cuando los motores térmicos se prohíban para autos nuevos en Europa, pero con la norma Euro 7 que llegará mucho antes, en 2027, todos los fabricantes del mundo del automóvil están procurando encontrar modos de hacer más eficiente la combustión y menos contaminante esta tecnología, que es la que genera los mayores ingresos por ventas a las marcas.
Y dentro de los motores de combustión, los diésel son los más castigados, no por su tecnología, sino por el “Diéselgate”, aquel famoso escándalo provocado por las cifras adulteradas de contaminación que se descubrió en los autos Volkswagen en el año 2015. Desde entonces, las marcas han ido reduciendo y algunas eliminando de su portfolio los autos que funcionan con gasoil.
Laurent Geulin es un físico, químico, doctor en Ingeniería mecánica, matemático y programador francés. Lo que se dice una mente brillante. “Un innovador y no un descubridor”, según sus propias palabras. Y es el titular de una compañía llamada C.I.A. (Conception avec Intelligence Artificielle en francés).
Ha saltado a la fama repentinamente por haber creado un dispositivo que se llama CCC, acrónimo de Compact Carbon Catcher, que puede separar el carbono y el oxígeno en los gases de escape de un automóvil con motor diésel, y liberar únicamente este último. En otras palabras, es la forma de no soltar al ambiente la parte contaminante del dióxido de carbono de la combustión de un motor de gasolina.
Para Geulin, el CCC es un purificador de aire y lo explica sencillamente: “Nuestro trabajo se ha centrado en la posibilidad de romper la molécula de CO₂ resultante de la combustión en C + O₂, por lo que conseguimos fijar el carbono (C) en nuestro Compact Carbon Catcher y liberar el oxígeno (O₂). Por eso sacamos tanto oxígeno del purificador”, dice.
Las pruebas con las que explicó su sistema se hicieron con un Audi A6 3.0 TDI y las comprobaciones se hicieron tomando primero una muestra del aire en el lugar del ensayo, en la que consta que el aire está compuesto por 20.92 % de oxígeno, 0.0 % de CO2 y 0 ppm de Nox. Cuando se colocó el CCC en el escape del auto con el motor en ralentí, es decir regulando, la proporción del oxígeno varió a 20.88 % y la de CO2 se mantuvo en 0.0 %. Con el motor en 1.000 RPM, el oxígeno fue 20.86 % y el CO2 fue 0.1 %. En 2.000 RPM, el oxígeno fue 20.75 % y el CO2 0.1%.
Lo notable, más allá de la absorción del CO2, es que este dispositivo estaba liberando al ambiente, oxígeno puro en casi la misma proporción que hay en el aire naturalmente. Pero mejor aún fue cuando se hizo la contraprueba y se midió cuánto oxígeno se liberaba en el aire y cuánto CO2 al medir los gases de escape de ese mismo auto con el dispositivo desconectado.
En ralentí, el motor emitió 14.50 % de oxígeno y 5.2 % de CO2 y 180 ppm (partes por millón) de NOx o óxido de nitrógeno, la otra sustancia tan temida para la contaminación ambiental que provocan los motores térmicos actuales. A 1.000 RPM el gas de escape estaba compuesto por 14.98% de oxígeno, 4 % de CO2 y 177 ppm de NOx. Y a 2.000 RPM, cuando el motor diésel es más eficiente y menos contaminante, los valores en el escape eran 16.84 % de oxígeno, 3.8 % de CO2 y 186 ppm de NOx.
Todas estas pruebas se realizaron en un exterior, con el auto conectado por un tubo a la caja experimental de CCC y con otra salida de escape para medir cómo era la composición de los gases luego de pasar por el dispositivo. Pero la prueba más interesante se hizo al colocar el CCC en el auto y salir a recorrer una ciudad con el tránsito normal. Allí, según afirma Geulin, la proporción de oxígeno en el aire subió al 24% por esa separación que hicieron de la molécula de CO2, mientras que el aire de la ciudad seguía midiendo alrededor del 21%.
“Así que podemos aumentar el oxígeno en más del 10 % en comparación con el ambiente y en más del 150 % en comparación con las mediciones sin nuestro CCC”, dijo entusiasmado el creador del dispositivo a France Bleu.
Ahora solo resta que se interese algún fabricante para que decida invertir en esta tecnología. Para ello, este mes habrá una presentación de CIA ante Bosch, que ha mostrado interés en la idea. Después habrá otros retos que resolver como el tamaño del CCC y el modo de limpieza interior donde se separa y se atrapa el CO2, pero la idea parece interesante, y las mediciones fueron auditadas y certificadas oficialmente.
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