Las subastas de autos históricos o especiales han recuperado el tiempo perdido en la pandemia y viven un gran momento. La idea de resguardar capital adquiriendo un vehículo que con el paso del tiempo tendrá mayor valor cada vez, parece estar en pleno auge, y por esa razón se han conocido casos en los que un automóvil ha sido subastado en una cifra récord cada vez con mayor frecuencia.
Pero cada tanto aparecen autos que no tienen su valor en el modelo o año al que pertenecen, sino en lo que representan. Este parece ser el caso de uno de los Aston Martin DB5 que se utilizaron en el rodaje de la película “No time to die” (Sin tiempo para morir), la última de James Bond, personificado por Daniel Craig en 2021.
Aston Martin fue la encargada de construir y modificar 8 réplicas del modelo DB5, adaptándolas al tipo de trabajo que se haría con cada una. Tres de esos autos fueron especialmente construidos con el “modo persecución”, lo que significa que entre sus cualidades estaban las de tener una matrícula digital giratoria, faros retráctiles con ametralladoras emergentes y bombas de utilería que disparan.
Lo que no se esperaba era que el precio al que se adjudicó la venta, a un comprador que estaba participando de la subasta a través de una línea telefónica, fuera tan alto como 3.2 millones de dólares.
La subasta se realizó a través de a casa Christie’s con la excusa de celebrar los 60 años de las películas de James Bond, y las ganancias beneficiarán a The Prince’s Trust en su trabajo con los jóvenes, al Fondo Benéfico del Príncipe de Gales en apoyo de organizaciones benéficas que ayudan a los miembros en servicio y ex miembros de las Agencias de Inteligencia del Reino Unido, y a otras tres organizaciones benéficas que apoyan a los miembros en servicio y ex miembros de las Fuerzas Especiales del Reino Unido.
El auto realmente es una pieza única, porque todos los elementos agregados por Aston Martin para que pudiera hacer las escenas de persecución de la película funcionan a la perfección, dándole al DB5, un encanto especial, que muy pocos pueden pagar para convertirse en dueños de esas reliquias de motor.
De hecho, el auto presenta además las huellas de la acción de la película, ya que el lateral derecho está claramente dañado y en esa condición se lo publicó para obtener incluso una mejor recaudación.
El lote de la subasta también tenía a la venta un Aston Martin V8 de 1981 que fue conducido por Daniel Craig en “No Time To Die”. El modelo icónico y el primer superdeportivo real de la industria inglesa, es similar al utilizado en la película de Bond de 1987, The Living Daylights. Ese auto fue donado por EON Productions, y obtuvo unos 6920.000 dólares de recaudación, que irán destinados a apoyar el trabajo de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.
Y un tercer Aston Martin fue vendido en la subasta. Se trata de uno de los 25 DBS Superleggera 007, creadas por la marca para celebrar la inclusión de Superleggera en la icónica franquicia de James Bond. El DBS presenta una placa con las firmas grabadas de la actriz Lashana Lynch, quien condujo el automóvil en la película, así como de los productores Michael G. Wilson y Barbara Broccoli. La edición DBS Superleggera 007 se vendió por u$s 442.900 y todas las ganancias se destinaron a la Fundación Real del Príncipe y la Princesa de Gales.
Así como las réplicas adquieren cada vez más valor por permitir que autos únicos o muy antiguos no tengan que estar expuestos a problemas y accidentes que le resten su carácter de auto original, en estos casos son buenas para permitir que, con algunas palancas extra y un poco de ingenio mecánico, ocupen el lugar real de un auto de fantasía.
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