Algunas veces, las tendencias se deben romper, aunque más no sea por romper y marcar la diferencia. Alemania es el país más avanzado en el mercado automotriz mundial, no solo en desarrollos tecnológicos sino también en variedad de oferta para los consumidores. E incluso en materia de movilidad sustentable, porque es en ese país que se reemplazó el Salón de Frankfurt por la IAA Mobility de Münich, donde ya no se muestran solamente automóviles sino todo tipo de formas de transporte de personas para el futuro.
Es en Alemania donde se trabaja más en hidrógeno en el continente europeo, y es el único país que ya tiene un objetivo concreto de e-fuels para intentar que reemplace al combustible derivado del petróleo pensando en darle una segunda vida a los motores térmicos actuales.
Y por supuesto, es uno de los principales países que está desarrollando rápidamente una gran cantidad de proyectos eléctricos, no solo autos, sino incluso fábricas de baterías y recicladoras de esos acumuladores de iones de litio para el futuro.
Pero Alemania tiene una cultura automovilística tan grande como la de Inglaterra e Italia, y tiene la pista que todas las marcas utilizan para someter a la mayor exigencia de performance: Nürburgring.
Hace 50 años nació la división de competición de una de las clásicas marcas germanas cuando apareció el primer BMW serie M. Por ser el primero se llamó M1, pero fue además, un vehículo deportivo como nunca más fabricó la marca de Baviera.
Cumplir medio siglo de aquella fecha, ameritaba lanzar un vehículo que marque un listón bien alto, probablemente tan significativo como aquel de 1972. Entonces, en BMW decidieron fabricar un vehículo que no fuera un superdeportivo que venciera como tal al M1, sino uno que juntara en su concepción, el espíritu M, la modernidad de los SUV y la nueva movilidad ecológica de tener al menos algo de hibridación.
Así nació el BMW XM, que fue develado al mundo este 28 de septiembre, y que por tener un motor V8 de 4,4 litros de cilindrada con doble turbo, es capaz de generar por sí solo una potencia alimentada por gasolina, de 489 CV. Pero como tenía que tener algo eléctrico, eligieron la opción del híbrido enchufable, entonces adosaron un motor eléctrico y una batería de 25.7 kWh que sube la potencia hasta los 653 CV en la versión convencional, y que llegará en una posterior que se denominará Label Red, hasta los 748 CV.
A nivel de eficiencia, el motor eléctrico permite que el XM alcance una distancia de entre 82 y 88 kilómetros sin encender el motor de combustión interna, y un plus está en que en el modo 100% eléctrico, es capaz de alcanzar los 140 km/h. Aunque, claro, en ese caso la autonomía no será tan buena.
Por tratarse del modelo de elite de la división M, el nivel de equipamiento es Premium desde la versión de acceso a los XM, que tienen variedad de materiales y equipamiento para los modelos de gama superior. La comercialización comenzará en el segundo trimestre de 2023, y su precio en la versión más accesible será de 150.000 euros.
Si, en un mundo de autos eléctricos y de intentos por bajar las emisiones contaminantes, un motor de 8 cilindros como este, no es quizás el mensaje más acorde a los tiempos que corren, pero nadie puede cuestionar a BMW por no estar comprometido con la ecología por un modelo homenaje a una historia que debe ser contada con lujo de detalles. La serie M tiene grandes logros deportivos y enormes prestaciones para los usuarios que disfrutan de un auto performante para su vida cotidiana. Habrá que ver qué será de la vida de los M en el futuro, pero hay que aceptar que quizás el XM haya sido el producto cumbre desde el cual se empiece a abandonar la combustión interna para siempre.
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