La principal causa de muerte de jóvenes menores de 35 años en Argentina es el accidente de tránsito por exceso de velocidad. Pasan los años, se hacen campañas, se radariza el sistema cada vez con mayor equipamiento, y sin embargo sigue en el puesto número 1. Ya sea en rutas, autovías o autopistas, la imprudencia al volante es el flagelo de la seguridad vial nacional.
Un sondeo realizado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires, por el Observatorio de CECAITRA, la Cámara que nuclea a las empresas productoras de software vial, indagó respecto al conocimiento que tienen los ciudadanos de esas jurisdicciones respecto a la velocidad máxima. En ese sentido, el estudio señaló que 7 de cada 10 de los encuestados admitieron que “las faltas de tránsito se deben a que las penas hacia los infractores no se aplican o son muy bajas”, siendo que el 49,3% dijo estar “muy de acuerdo” y el 17,3% se mostró “algo de acuerdo”.
La primera pregunta fue muy interesante, porque dando por sentado que un exceso de velocidad se pena con una infracción de tránsito, se consultó a los encuestados si creían que, dependiendo del margen del exceso cometido, creían que correspondía solicitar no pagarlas. El 42,4% de las personas afirmaron que es posible solicitar no pagarlas si las mismas exceden hasta un 5% la velocidad permitida; en cambio el 34,8% dijo que siempre es obligatorio pagarlas, sin importar que el exceso fuera mínimo respecto a la máxima permitida. Solo 2 de cada 10 personas, el 20,8%, contestó correctamente que sólo es posible solicitar el no pago si el exceso de velocidad es de hasta el 10% de lo permitido en la vía donde se cometió la infracción.
“Es importante que se tome conciencia de que el sistema de radares no es recaudatorio sino preventivo. Cada aparato se instala con un estudio previo que indica que esa zona es un ´punto negro´, es decir, que allí se han producido un alto número de siniestros viales, o que es necesario bajar la velocidad para que no se produzcan. Se busca informar que ese lugar es peligroso. En este caso, el sondeo evidencia una falta de conocimiento por parte de los conductores de vehículos respecto de un derecho que les asiste a la hora de recibir la multa”, dijo el vocero del Observatorio Vial de CECAITRA, Facundo Jaime.
Pocas personas saben que el artículo 77 de la Ley Nacional de tránsito explica que se considera una falta grave la violación de los límites de velocidad máxima y mínima con un margen de tolerancia de hasta un diez por ciento (10%). Esto significa que ese es el porcentaje tolerado, lo cual permite que el infractor pueda solicitar que se le “perdone” la infracción.
Una segunda consulta a los encuestados preguntaba cuál creen que es la razón por la cual se siguen cometiendo faltas de tránsito, incluso a pesar de los radares y multas. Concretamente, se les preguntó si estaban de acuerdo con que “las faltas de tránsito se deben a que las penas hacia los infractores no se aplican o son muy bajas”.
Ahora fueron 7 de cada 10 los que afirmaron la idea: el 49,3% dijo estar “muy de acuerdo” y el 17,3% se mostró “algo de acuerdo”. Luego, 3 de cada 10, dijeron estar algo en desacuerdo (16,4%) o muy en desacuerdo (12,1%). El resto no eligió ninguna opción.
Si se analizan las edades de los encuestados se puede ver una diferencia: mientras que para el 72% de los menores de 29 años las faltas de tránsito se deben a que son penadas con multas muy bajas, el porcentaje disminuyó al 61% en los adultos de 50 a 64 años.
“La mayoría de los consultados sostiene que las penas deberían ser más duras. Pareciera que solo con una pena de alto valor económico, los conductores saldrían a la calle con mayor responsabilidad, y ese es un dato que debe alertarnos”, puntualizó Jaime.
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