Después de dos años de espera, de intrigas, de rumores y fotos espías, cuando por fin el pasado 13 de septiembre vio la luz la Ferrari Purosangue, no hubo nada que reprochar. Hasta los más escépticos tenían sus reparos, porque ese sería el primer SUV de una marca que no tiene nada que ver con el concepto que representa esa sigla: Sport Utility Vehicle.
El récord de encargues y el stock inicial agotado, solo confirman que fue una buena idea, pero que además fue bien plasmada en un auto que no decepcionó sino que, contrariamente, generó ilusión en los amantes de la marca. Y esa fue la clave. Hicieron un auto diferente, encuadrado en una categoría nueva para ellos, pero con un sello deportivo absoluto al que además se le adicionó el motor V12, y con él, la mística que hacía falta.
Pero en Ferrari todavía tienen un reto mucho más difícil, hacer el primer auto 100% eléctrico, nada menos. Los de Maranello no están solos, la misma problemática enfrentan otros fabricantes de superautos que saben que deberán caer algún día en las “garras de las baterías”. Bugatti es otro caso similar, aunque con matices diferentes.
No es lo mismo híbrido que eléctrico, claro está, pero para estas marcas, esa diferencia es mucho más profunda porque elimina completamente esa cualidad que los distinguía, la potencia acompañada de un sonido inconfundible. Entonces, el modo de entrar al mundo eléctrico no puede tener fisuras de ningún tipo. Un fracaso puede significar un paso atrás demasiado grande.
El CEO de Ferrari, Benedetto Vigna, tiene un trabajo muy duro. Le tocó entrar en Maranello en la época de la mayor transformación del automóvil como concepto en toda la historia.
“Cuando revelamos que el Purosangue tendría un V12 de aspiración natural, la tracción de los clientes fue muy fuerte. Es cierto que a algunas personas no les gustará el V12, porque es un ICE (motor de combustión interna en inglés), y la gente te dice que debería ser híbrido o eléctrico. Pero la percepción hasta ahora es muy buena”, dijo en una entrevista con Top Gear, a modo de defensa de la decisión de haber puesto un motor térmico en este particular modelo.
Pero al momento de hablar de lo que debería ser un auto eléctrico, Vigna dijo que “el Ferrari eléctrico de 2025 será único, un verdadero Ferrari. La belleza de nuestro trabajo está en combinar la tradición con la innovación. Estamos trabajando mucho para mantener el alma de la máquina”, agregando que “este fin de semana iba con un Ferrari y había otro auto, uno eléctrico. Podía competir conmigo en línea recta pero perdía impulso en las curvas.”
“Para nosotros, el cambio presenta la oportunidad de hacerlo mejor. Hoy ese cambio tiene el nombre de ‘electrificación’. Pero dentro de 10 años tendrá otro nombre. Hoy sabemos todo, porque todo está en Facebook o en Google. Pero cuando tenemos un evento que nos toma por sorpresa, algo que es anormal, una pandemia o una guerra, entonces estamos perdidos. Porque estamos perdiendo la capacidad de gestionar el cambio”, dice Vigna, mostrando que esa es la filosofía con la que Ferrari piensa su primer auto eléctrico.
En el caso de Bugatti, el problema es quizás más grande por dos motivos. El primero es que sus autos son mucho más exclusivos y únicos, una selección muy específica de autos basados en la cultura del motor térmico, pero a la vez, sus nuevos dueños son Rimac Automobili, la marca que fabrica el hypercar eléctrico más extremo de producción que hay hoy en el mercado.
Más allá de la electrificación total o parcial, lo que se plantean en Bugatti es un auto más masivo, o menos exclusivo, porque masivo un Bugatti difícilmente sea alguna vez. Pero a los miembros del directorio les preocupa que un vehículo de mayor volumen diluya la imagen de la marca, por lo que ya está decidido que no habrá un SUV al menos en los próximos 10 años.
“Siempre tuvimos una idea de lo que podría pasar con una segunda línea de modelos. Pero también pensábamos si estaba bien hacerlo. ‘¿vas a vender la marca? ¿Qué harás con este precioso logotipo? ¿Darás un paso tan brutal como este, vendiendo ese logo por algunos números?’”, le confesó el Director de Diseño, Achim Anscheidt, a Autocar hace pocos días.
“Si uno lo hace, siempre pienso que hay que equilibrar esto, no para olvidar las raíces de la empresa o crear algo más exclusivo. Si decides ir por un poco más de volumen, deberías ir más hacia algo más exclusivo del otro lado, por lo que este auto será el producto central que equilibra todo”, explicó.
El motor W16 de Bugatti ya ha recibido los honores de la despedida, el éxito de haber vendido los 40 Bolide y los 99 Mistral descapotables, se solapa con el final de la producción de los últimos Chiron. Tiene que venir la renovación y seguramente será con el V8 híbrido bituirbo recientemente anunciado, pero cuando llegue el momento de hacer el primer Bugatti eléctrico, será todo un reto. Y ese día, probablemente llegue más temprano que tarde.
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