A todos les pasó alguna vez, encontrar una cantidad de líneas de texto minúsculas en el envase de algún producto o en un comercial de televisión, que tienen su extremo de ridiculez en los avisos radiales que una vez promocionado el producto que venden, tienen una larga lista de aclaraciones recitadas en alta velocidad a niveles casi incomprensibles. Es la famosa letra chica de los contratos, o los legales de los avisos publicitarios, y es la cobertura que los fabricantes tienen ante defectos o reclamos de los consumidores.
Seguramente los automóviles Tesla tienen algo similar, pero eso no les evita tener dolores de cabeza a sus abogados de la compañía de Elon Musk, porque después de muchas investigaciones de distintos organismos de control de seguridad vial e industriales de EE.UU. como país, y de California y Texas como Estados, ahora deberán lidiar con una demanda colectiva de usuarios, que se sienten estafados en su buena fe al comprobar que el sistema de asistencia a la conducción llamado Autopilot, no es un sistema de conducción autónoma como su nombre insinúa.
Ahora, Tesla fue demandada este miércoles en una propuesta de demanda colectiva que acusa a la compañía de automóviles eléctricos de engañar al público al anunciar falsamente sus funciones de piloto automático y conducción autónoma total.
El demandante que se ha conocido se llama Briggs Matsko, y los argumentos que ha presentado en un tribunal federal de San Francisco, son que Tesla quería generar entusiasmo sobre sus autos, atraer inversiones e impulsar las ventas, evitar una posible bancarrota y aumentar el precio de sus acciones en la bolsa, además de convertirse en un “jugador dominante” en el mundo de los vehículos eléctricos.
Esta cuestión no es nueva para Tesla. Han sido numerosos los cuestionamientos que se han hecho incluso de parte de autoridades de organizaciones como Euro NCAP, quiénes han repetido constantemente que los autos norteamericanos no tienen siquiera Nivel 3 de conducción autónoma, sino un Nivel 2+, que implica que todavía el auto ayuda al hombre y no el hombre al automóvil.
Parte de la acusación que llega ahora es incluso retroactiva porque señala que desde 2016, Tesla viene anunciando engañosamente que la tecnología está a punto de llegar o que está incluso activa en versión Beta, lo que no es cierto y por lo tanto, representa además de un fraude, un peligro para los usuarios, quiénes confían en un dispositivo que no es tal. “Tesla aún tiene que producir algo que se acerque remotamente a un automóvil totalmente autónomo”, dijo Matsko.
Legalmente, Tesla podría responder que siempre dijeron que el piloto automático de sus autos permite a los vehículos conducir, acelerar y frenar dentro de sus carriles, y que la conducción autónoma total permitiría a los vehículos obedecer señales de tránsito y cambiar de carril. Sin embargo, se han visto numerosas pruebas de video en las que los conductores van en sus autos sin tomar el volante y al llegar a una esquina, el vehículo frena y dobla autónomamente.
También Tesla ha dicho que esta tecnología “requiere una supervisión activa del conductor, que este debe estar totalmente atento y con las manos están en el volante”. Pero la realidad indica que eso no es así, y el sistema no actúa en alertar a la persona que va en el asiento del conductor ante claras muestras de no estar atento al tránsito. Es un “gris” polémico en el que la compañía de Musk podrá mostrarse cubierta, pero a la vez expuesta por numerosos casos de accidentes.
La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) ha abierto 38 investigaciones especiales de accidentes con automóviles Tesla desde el año 2016, en los que se cree que está involucrado el sistema Autopilot. En esos 38 siniestros viales, se reportaron 19 muertes.
Según el demandante, los conductores de Tesla que reciben actualizaciones de software “actúan efectivamente como ingenieros de pruebas no capacitados y han encontrado innumerables problemas”, entre los cuales están que los vehículos se desvían hacia otro automóvil que se aproxima o pasan las luces del semáforo en rojo.
Se especula que la sanción, de resultar favorable la demanda para los usuarios, podría incluir la suspensión de la licencia de Tesla en California y hasta exigir la restitución de dinero a los compradores.
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