Como siguiendo aquella reconocida reflexión del rock argentino que advierte que el futuro llegó hace rato, los autos voladores están cada vez más cerca de transitar por nuestra vida cotidiana. Es que la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos anunció que el modelo de tres ruedas Switchblade, producido por la empresa Samson Sky, cumple con los parámetros de seguridad necesarios para salir a los aires y a las calles.
De esta forma, tras 14 años de espera y de producción, se podrán concretar las pruebas oficiales antes de comercializar y de entregar este coche que será pionero en el país del norte: es el primero de estas características que recibe una habilitación oficial.
Entusiasmados, los más de 2000 compradores que reservaron un modelo aguardan en sus hogares. Una vez que las mencionadas evaluaciones lleguen a buen puerto, la empresa saldrá al mercado con este ejemplar que, en principio, costará 170 mil dólares. “Switchblade siempre estará disponible en tu garaje, lo que te permitirá dejar atrás tu antigua vida y buscar nuevas aventuras”, adelantan con optimismo desde Samson Sky.
Más allá de que se conocen algunas bondades y características generales de los coches que vuelan, el Switchblade cuenta con una singularidad: puede conducirse por las calles terrestres de la misma forma que por el espacio aéreo. Esta doble función de volar y de surcar rutas sin dudas es parte del valor agregado que buscaron durante tanto tiempo los directivos de Samson Sky a cargo de Sam Bousflied, su fundador.
Características y funciones
El funcionamiento del Switchblade es toda una novedad para el día a día en el que se trasladan las personas. Con un solo botón, el conductor o la conductora pueden pasar de un auto que circula por las calles de su ciudad a un ejemplar volador que atraviesa las nubes a más de 320 kilómetros por hora. ¿Las dimensiones? 1,8 metros de ancho y 1,5 metros de alto.
Para circular en los caminos terrestres el Switchblade cuenta con un motor de tres cilindros, frenos de disco en sus ruedas y un tablero interior en el que el usuario puede controlar diversos parámetros como la temperatura a través de un sistema inteligente. El tanque para la carga de combustible tiene una capacidad de 125 litros y se puede llenar con gasolina de automóvil de 91 octanos.
Este particular modelo puede pasar a su instancia de vuelo en sólo tres minutos una vez que quien conduce oprime el botón correspondiente. Las alas se abren y la cola se extiende para emprender un viaje por los aires a, al menos, 4.000 metros de altura.
En la información oficial que difunde Samson Sky se aprecian, además, los detalles y los objetivos buscados hace años. “Ir de su garaje a su destino en un solo vehículo. Volar como un avión magníficamente capaz. Conducir ágilmente a través de curvas sinuosas como un automóvil deportivo de alto rendimiento. Lo mejor de ambos mundos al alcance de tu mano”.
Cómo reservar un Switchblade
Aquellos interesados en reservar uno de estos coches voladores deben completar un formulario en el sitio de Samson Sky y transferir un depósito de 2 mil dólares. Esta suma será reembolsable si el cliente se echa atrás hasta 30 días después de que comience la producción oficial a gran escala.
La compra de un Switchblade puede incluir por 20 mil dólares adicionales el kit Samson Builder Assist, un programa de capacitación y de asistencia para aprovechar al máximo las ventajas de este ejemplar. Para poder conducir uno de estos coches hay que contar con licencia de conductor y también de piloto, un dato no menor que hay que tener en cuenta a la hora de ejecutar una reserva.
Por el momento el Switchblade estará disponible sólo en Estados Unidos y su uso será realmente efectivo una vez que el Gobierno de aquel país regule estos medios de transporte, algo que aún no sucedió ni sucederá al menos en la proximidad. Es que, por ejemplo, para trasladarse en el espacio aéreo habría que ir de una pista de aterrizaje a otra. De cualquier manera, esto no es un impedimento para la comercialización.
Sam Bousfield, director de Samson Sky, trabajó durante 25 años como arquitecto antes de entrar al mundo de la aeronáutica. Para comenzar el proyecto del Switchblade en 2008 -14 años atrás-, Bousfield invirtió 750 mil dólares y se dedicó de lleno a la idea. “Decidí desarrollar algo que fusionara a la perfección el transporte aéreo y el terrestre utilizando infraestructura existente”, describe, sobre lo que considera “el próximo paso hacia el futuro”.
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