Desde hace dos años, la comercialización de neumáticos en Argentina está atravesando tiempos difíciles. Primero por la pandemia, después por la falta de insumos, ahora por el cupo y por un conflicto gremial que lleva más de 100 días sin resolverse y que ha pasado por paros completos o paros parciales y bloqueos en las fábricas.
En nuestro país existen tres fabricantes de neumáticos: Fate, Firestone/Bridgestone y Pirelli, y en los tres casos la situación es más o menos similar. Los usuarios no consiguen todas las medidas, aunque especialmente esto ocurre con las de menor circulación que son las de rodados grandes de automóviles como las de 18 a 20 pulgadas, y cuando se consigue, se pueden pagar precios exorbitantes y completamente fuera de lógica.
Las razones tienen directa relación esa situación y también con la falta de dólares para importarlas. Entonces, aunque la balanza de exportación e importación se compense como marcan las regulaciones actuales, los cupos máximos obligan a priorizar los rodados masivos en desmedro de los especiales.
Cuidar los neumáticos es vital más que nunca, aunque esto no debería ser una excepción porque los precios o la disponibilidad sea un problema coyuntural, sino porque es un elemento de seguridad de un automóvil.
“El problema de provisión de neumáticos es grave, hay un desabastecimiento brutal”, dice un propietario de una cadena de gomerías que tiene la representación de Fate, ante la consulta de Infobae.
“Fate está fabricando un promedio de 3.000 a 4.000 neumáticos diarios de los 15.000 que tiene capacidad para hacer debido al conflicto gremial. Pero ese es uno de los problemas. El otro es que no existen divisas para poder importar. Y ese desabastecimiento se refleja en los precios. En este momento en Argentina, una goma de camión que en dólares oficiales vale en el mundo 100 a 200 dólares, acá vale 1.000″, confirma la misma fuente.
Luis Delconte, propietario de las Gomerías Tito que vende Bridgestone y Firestone, confirma lo mismo al decir que “nuestro volumen de ventas promedio entre épocas de mayor y menor demanda estacional es de 1.000 neumáticos por mes. Hoy ese promedio bajó a 400. Este mes, a falta de dos días para terminar el mes, vendimos 97 neumáticos de 110 que nos mandó la fábrica. Hay una retención en el comprador porque el precio es una locura. Una cubierta que tiene un costo de fabricación de entre 18.000 y 24.000 pesos, se vende arriba de 60.000 pesos, y los aumentos están en el orden del 10% mensual”.
En cambio, para Roberto Mendez, CEO de Neumen Performance Center, cadena de comercios especializados que comercializa Pirelli, las cosas no parecen estar tan complicadas.
“Hay una falta de algunas medidas, es cierto, pero son neumáticos que representan un mínimo porcentaje del mercado. Nuestra marca tiene el 90% de las necesidades cubiertas en este momento”, asegura.
Pero para atender a la consulta que motiva esta nota, recalca que “hay tres elementos que influyen en la seguridad de un auto y deben estar en condiciones siempre. La suspensión, los frenos y los neumáticos, que particularmente es la única parte de un auto que está en contacto con el suelo. No hay que cuidar mejor los neumáticos porque haya un problema de precio o abastecimiento, sino porque un neumático mal cuidado, además de desgastarse más rápidamente, puede sufrir una rotura prematura y provocar un accidente”, señala el empresario.
Pero aun así, hay muchos usuarios que no tienen ese cuidado respecto a la forma correcta de tratar las cubiertas de sus vehículos, de modo que vale la pena repasar una vez más, qué precauciones se deben tomar siempre al respecto.
“La presión de inflado es vital para un neumático”, dice Mendez. “Tanto por exceso como por insuficiencia, el neumático se va a dañar si no está con las libras adecuadas al peso del automóvil y de los ocupantes o la carga. En todos los autos hay una etiqueta, frecuentemente pegada en el interior de las puertas sobre la carrocería, en la que se indica la presión recomendada según la cantidad de pasajeros o equipaje que lleven. La falta de presión es peor porque puede dañar las telas laterales, pero además porque genera mayor consumo de combustible del motor al tener que arrastrar el peso haciendo más fuerza. Un neumático con sobrepresión, además de incómodo por la rigidez que adquiere, pierde la zona de contacto con el piso y se convierte en más inseguro para la conducción”, agrega.
Pero no solo se trata de revisar la presión de inflado periódicamente. Para que un neumático funcione bien, es necesario tener correctamente alineados y balanceados cada uno de ellos.
Una cubierta mal alineada se gastará despareja, lo mismo ocurre con un desbalanceo, acortando la vida útil natural para la que se la fabricó. Y otra cosa que se debe hacer al menos cada 10.000 kilómetros es rotar los cuatro neumáticos.
“La rotación ya no es como antes, que se hacía en forma cruzada, pasando el neumático delantero derecho a la rueda trasera izquierda y viceversa lo mismo con las delantera izquierda y la trasera derecha. Hoy, con los neumáticos radiales y más aún con los modernos asimétricos, la rotación debe hacerse entre la delantera y la trasera pero del mismo lado y no cruzándolas”, agrega Luis Delconte.
Cómo saber cuándo es necesario reemplazar un neumático porque será peligroso seguir usándolo y probablemente no pase por una verificación técnica, es otro dato importante.
“Hay un indicador que se llama TWI (Tread Wear Indicator), y que es la referencia visual para saber si todavía se puede seguir usando un neumático”, dice Mendez. “Son una especie de tacos repartidos dentro de las ranuras de la banda de rodamiento. Al llegar al punto en que la superficie del neumático iguala la altura de esos testigos, quiere decir que el desgaste de la cubierta está en el límite mínimo de 1,6 milímetros de espesor, y debe reemplazarse”.
Finalmente, algo que parece obvio, pero a lo que muchos le restan importancia, es el estado de las partes de suspensión y dirección de un automóvil. Un extremo de dirección, un buje de parrilla de suspensión, o un amortiguador defectuoso o dañado, alterarán directamente el normal funcionamiento de un neumático. Si al circular por las calles, pasar un reductor de velocidad o doblar una esquina, se sienten ruidos que no son normales, llevar el auto a un control es lo primero que hay que hacer. Uno de esos elementos roto o una alteración de la alineación, generarán un desgaste prematuro de los neumáticos y la solución puede costar más cara aún que el costo de la cubierta en sí mismo.
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