Cada día que pasa el escenario cambia en algún lugar del mundo. Paralelamente se desarrollan proyectos diversos, se toman decisiones políticas, se lanzan nuevos productos o simplemente se conocen nuevas soluciones. La movilidad sustentable es un viaje que no tiene pasaje de regreso. Una vez entendido que el petróleo debe dejar de ser el que impulse los automóviles del mañana, ese viaje ha comenzado, aunque el destino parece poder alcanzarse a través de distintas rutas.
La electricidad fue lo más rápido de poner en marcha y así ocurrió. Primero en Japón, luego en Europa y los países más avanzados de Asia y ahora en EE.UU. también. Es la solución a la que se puede llegar más fácilmente, pero además genera un impacto mayor en los consumidores. El auto eléctrico es silencioso y se enchufa a un tomacorriente. Y ese es el mejor mensaje que se puede dar para calmar la ansiedad de un mundo sumamente preocupado por el calentamiento global y el cambio climático.
Pero no es la única ruta para llegar a un mundo carbono neutral. Y mientras la mayoría de los actores de la industria se embarcó en el buque que iría por ese camino, otros han visto que la electrificación traería otros problemas secundarios, como la necesidad de una matriz eléctrica capaz de abastecer a millones de hogares, industrias, comercios, organismos públicos y ahora también vehículos; el origen de esa energía; el reciclado de las baterías, y la eventual mano de obra desocupada que generarán en la industria automotriz y en las anexas.
Akio Toyoda ha sido uno de los primeros en decirlo, e incluso repetirlo hasta el cansancio. “El problema son los combustibles fósiles, no es el motor de combustión interna”, dijo el Presidente y CEO de Toyota Motor Corporation en el último año y medio en cada oportunidad que se le presenta.
Y fue consecuente con sus actos. Toyota entrará a la movilidad eléctrica, imposible no hacerlo si fueron los pioneros de los autos híbridos con el Prius. Así se pudo ver a fin de año pasado cuando presentó simultáneamente 30 vehículos de esa marca y de Lexus, anunciando los planes de lanzamiento de cada uno para los próximos años.
Pero antes de mostrar sus productos a batería, desarrolló el Toyota Mirai, la primera berlina de producción en serie que funciona con la tecnología de pila de hidrógeno y ya se comercializa en muchos países del mundo, y porque también está trabajando intensamente en desarrollar un motor combustión interna alimentado exclusivamente por hidrógeno. El mismísimo Akio Toyoda ha competido el año pasado en una carrera de 24 horas como uno de los pilotos de un Corolla H2, un auto impulsado por un motor de combustión interna de 3 cilindros, 1.6 litros de cilindrada y sobrealimentación a través de un turbocompresor.
En diciembre de 2021, cuando aún no se había definido si la Comisión Europea prohibiría los motores de combustión interna o solo los combustibles fósiles para 2035, Toyota presentó el Concept GR Yaris H2, un auto del mismo modelo que compite en el Campeonato Mundial de Rally pero con alimentación exclusivamente a hidrógeno gaseoso. Cuando en julio de este año se confirmó que los combustibles alternativos podrían ser admitidos más allá de 2035, llegó el alivio para Porsche, que desarrolla los e-fuels, y para Toyota, que podía continuar con su proyecto de combustión de hidrógeno.
Y hace tan solo una semana, en el Ypres Rally de Bélgica, novena fecha del campeonato 2022, el Toyota GR Yaris H2 se presentó en sociedad. Lo hizo como auto bandera o auto de apertura de algunos tramos especiales de la carrera, lo que implica recorrer el mismo trazado que minutos más tarde transitarán los corredores con sus autos de competición. Para esa tarea, Toyota solicitó los servicios del múltiple campeón mundial de Rally, el finlandés Juha Kankkunen, quién en 1993 ganó su último título ecuménico con la marca japonesa.
Pero la sorpresa fue muy grande cuando el segundo día de carrera, el GR Yaris H2 apareció con otro piloto al volante y con Kankkunen en el puesto del navegante. El piloto era el seudónimo “Morizo”, bajo el cual se escuda nada más ni nada menos que Akio Toyoda. Así, el máximo responsable de Toyota y el principal impulsor del programa de hidrógeno de la marca, se dio el gusto de comprobar personalmente el rendimiento de su vehículo y mostrarle al mundo que los motores de combustión interna pueden sobrevivir a la llegada de los eléctricos, más allá de 2035.
“La potencia es idéntica al modelo térmico, pero tenemos mucho más toque”, dijo Kankkunen. “Así que tenemos que cambiar de marcha con bastante frecuencia y más rápidamente que en la versión de gasolina. Creo que ya que la autonomía de los vehículos eléctricos sigue siendo un problema, el hidrógeno podría ser una alternativa interesante para los rallyes. Un auto totalmente eléctrico sería más complicado para la especialidad y además sería más pesado”, cerró el finlandés.
El motor 1.6 turbo que impulsó al GR Yaris H2 rindió 261 CV de potencia y requirió mínimos ajustes para adaptarse a la combustión de hidrógeno. Las sutiles modificaciones mecánicas se limitan a fortalecer el block, ya que el hidrógeno explota más violentamente que la gasolina, y también a cambiar los asientos de válvulas y el corregir el sistema de inyección por la misma mayor detonación del gas en el interior de la cámara de combustión.
Thiebauld Paquet, Director de Propulsión de Toyota Europe aseguró que este motor lograría eficiencias similares, aunque lo que más lo entusiasma es con esta tecnología, “aún puedes obtener esta sensación del deporte, donde puedes escuchar y sentir el automóvil”. Además, comentó que “en primera instancia, este es un concepto. La idea es utilizar los deportes para descubrir las dificultades y cómo podemos acelerar, cómo podemos llegar rápidamente a mejoras en la tecnología”.
Por su parte, Matt Harrison, CEO de Toyota Europe, dijo que con este tipo de propulsión, “Toyota puede ofrecer casi cero emisiones del tubo de escape sin electrificación, pero lo hace manteniendo las cosas que más les gustan a los fanáticos de los autos de carreras: la velocidad y el ruido. Para ellos esto es música para los oídos, especialmente para los de un fanático de los motores petroleros”.
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