Cupertino y Silicon Valley son sinónimos de lugares donde todo pasa por el desarrollo tecnológico. Están a pocos kilómetros de distancia, y entre ambos concentran a empresas como Apple, Facebook, Netflix o Tesla, y cientos más. No es casual que estén ahí. Están en California, el estado más vanguardista en tecnología de todo EE.UU.
Por algo es también en ese estado del Oeste norteamericano, en el que se han lanzado los primeros programas de conducción autónoma del país, donde ya operan servicios de taxis o de Delivery sin una persona que esté al volante del vehículo que se utiliza para trasladar personas u objetos.
No es sorpresa entonces que ahora se conozca la decisión del gobierno del estado de California, de adelantarse a todos en sancionar una ley por la cual no se podrán vender autos de motor de combustión interna a partir del año 2035, la misma fecha en la que comenzará a regir esa normativa también en los 27 países de la Unión Europea.
Llegar a esos objetivos es una aspiración real para la Junta de Recursos del Aire de California (CARB), y para conseguirlo se han trazado un plan que incrementará el parque de autos eléctricos gradualmente. Así, el plan que han llamado Advances Clean Cars II, prevé que a partir de 2026, California requerirá que el 35% de los vehículos nuevos sean parcial o totalmente eléctricos, lo que incluye por supuesto a todas las especificaciones de híbridos e incluso a los pila de combustible de hidrógeno, aunque en el caso de los híbridos, estos entrarán en el cupo de electrificación solo si tienen una autonomía eléctrica mínima de 70 millas (112 km). En una segunda etapa, ese porcentaje deberá llegar hasta el 68% en el año 2030.
Esta es una medida impulsada desde 2020 por el propio gobernador de California, Gavin Newsom, quién le pidió a la CARB un proyecto que contemplara el modo de reducir la contaminación de la atmósfera en los próximos años, y se alinea con el reciente anuncio del Presidente de EE.UU., Joe Biden, quién planteó como objetivo reducir la emisión de GEI en un 40% para 2030.
La industria automotriz norteamericana viene haciendo anuncios de electrificación desde hace un tiempo. Además de las eléctricas Tesla, Rivian y Lucid, Ford Motor Company, General Motors Company y el Stellantis Group, ya han presentado y ya comercializan diversos modelos 100% eléctricos en el mercado local.
Sin embargo, no todos están convencidos de una legislación tan dura con un plazo tan corto de tiempo. Toyota, la marca líder en ventas del mercado norteamericano, apenas está lanzando su primer modelo 100% eléctrico, el SUV llamado bZ4x. Jack Hollis, vicepresidente ejecutivo de ventas de Toyota North América, ha dicho que no cree que el mercado esté preparado.
“No creo que la infraestructura esté lista, e incluso si estuviera listo para comprar uno, y si pudiera permitírmelo, el precio todavía es demasiado alto. Se necesitaron 25 años para llegar a al 10% de cuota de mercado para los autos híbridos, y el consumidor de vehículos eléctricos aún no está a ese nivel. El consumidor no está reclamándolos como para tener una cuota del 30% o 40% para mañana”, dijo en unas declaraciones que bien podrían haber sido desmentidas o rechazadas por quienes impulsan estas medidas, pero al venir de un alto ejecutivo de la compañía más importante de la industria, quizás deban tomarse con mucha mayor atención.
Toyota lo ha manifestado públicamente, pero la realidad es que todas las marcas han pedido al gobierno federal que ayude a garantizar que haya una demanda y suministros adecuados, como los minerales críticos necesarios para fabricar vehículos eléctricos.
Esas voces han tenido buena recepción en el gobierno que lidera Biden, ya que recientemente ha anunciado un paquete de medidas que incluyen 369 mil millones de dólares destinados a programas climáticos y energéticos, y en créditos fiscales para compras de vehículos eléctricos nuevos y usados.
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