Que los potentes autos deportivos norteamericanos algún día dejaran de hacer ruido para pasar a una nueva era eléctrica, seguramente era una noticia esperada, pero para mucho más adelante.
La primera pista la dio Ford, al lanzar el Mustang Mach-E, un auto eléctrico con nombre de uno de los clásicos vehículos que escribió muchas páginas en la historia de los muscle car.
Ahora es el turno de Dodge, y aunque para muchos sea una mala noticia, trae una buena antes, acaso como un regalo de despedida. El anuncio fue esta misma semana, y empezaba con la novedad del regreso del Dodge Durango Hellcat para el año modelo 2023, acompañado de siete lanzamientos de los modelos Challenger y Charger que serán todo un tributo a su largo recorrido para una generación que marcó el comienzo de la era Hellcat, caracterizada por ofrecer motores de más de 700 CV de potencia directamente de fábrica. Y es que ya se ha programado que saldrán de producción a fines de 2023.
La planta de Brampton en Ontario, Canadá, ha construido más de 3 millones desde que se lanzó el nuevo Charger en 2005. Y antes que esos potentes autos den paso a la nueva generación eléctrica en 2024, Tim Kuniskis, CEO de Dodge, dijo que quería hacer una gran despedida.
“Tres millones de autos, mil millones de caballos de fuerza y muchos clientes realmente felices que ayudaron a construir nuestra marca”, dijo Kuniskis, para asegurar que este fin del ciclo será todo un suceso. “Vamos a asegurarnos de hacerlo bien”, remarcó.
Cada Charger y Challenger que se fabrique en 2023 tendrá una placa debajo del capó con la leyenda de “última llamada”, acompañada del nombre y la silueta del vehículo. Y para quienes quieran comprar uno de los últimos modelos impulsados por el famoso motor HEMI V8, todos los modelos Charger y Challenger se asignarán a los concesionarios al mismo tiempo, con la idea de ayudar a los clientes a identificarlos y asegurarlos más fácilmente.
También estará reviviendo varios colores heredados para el Challenger y el Charger en 2023, el B5 Blue, Plum Crazy purple, Sublime green, y también el moderno Destroyer Grey. Además habrá una gestión oficial para facilitar a los compradores de Challenger que quieran convertir sus cupés en descapotables a través de una asociación con Drop Top Customs en Florida.
En este año de despedida, Dodge está construyendo siete modelos Challenger y Charger “influenciados por la herencia”. Cada uno “compartirá una conexión con un modelo icónico de Dodge del pasado, que se remonta a los albores de la era de los autos musculosos, en las décadas de 1960 y 1970″, anunció la marca.
El séptimo y último no se conocerá al mismo tiempo que los seis iniciales ya que será, efectivamente el último de su tipo. Por esa razón, se develará recién en noviembre en la feria Specialty Equipment Market Association en Las Vegas.
“El año 2023 será el último de los Chargers y Challenger con motor HEMI que construimos. Y cuando esa ventana se cierra, no se puede volver a abrir. La producción termina en diciembre del 23. Cuando los últimos HEMI Chargers y Challengers salgan de la línea en Brampton, será el final de una era”, dijo Tim Kuniskis.
No será el final de los motores de combustión interna sino de los poderosos e históricos V8. Desde 2023, los modelos propulsados con motorés térmicos utilizarán el Hurricane de seis cilindros en línea y 3.0 litros con doble turbocompresor. Si se llamarán también Charger o Challenger, o las versiones eléctricas recibirán otro nombre, es algo que todavía no se sabe, pero si así fuera, 2023 será el fin de la era de los HEMI sin duda alguna.
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