Los trucos en el cine han sido históricamente un tema de gran atracción para los espectadores, porque ver cómo se realizan algunas tomas permite comprender que se hayan representado ciertas situación con tanto realismo. En las películas que involucran escenas sobre automóviles, ese ha sido siempre un punto difícil de resolver. Lejos han quedado aquellas escenas con los actores sentados en un auto estático, simulando que conducían, mientras de fondo se pasaba una película con el movimiento que debía estar haciendo el automóvil.
El perfeccionamiento llegó montando los autos en bancos hidráulicos en estudios o en trailers muy bajos que dejaban las ruedas muy cerca de tocar el suelo, pero permitían que los actores pudieran hacer su trabajo sin tener que conducir. Y esa parece ser la clave, particularmente en tiempos en los que la seguridad vial es un tema recurrente y no sería buena publicidad un accidente o simplemente una imagen en la que se vea como una persona no va atenta al tránsito sino a otras ocupaciones. Todo es un debate y merece ser tenido en cuenta.
Netflix acaba de estrenar en el mes de julio, una de las películas en las que parece haber invertido uno de los mayores presupuestos de su historia. The Grey Man, un film de acción lleno persecuciones y explosiones, protagonizado por Ryan Gosling, Chris Evans y Ana de Armas, tiene también un protagonista mecánico y eléctrico: Audi.
La casa alemana puso cuatro modelos al servicio del guión, dos eléctricos y dos de combustión interna. Audi trabajó con los directores Joe y Anthony Russo en la selección de los autos, que fueron asignados a los personajes de modo tal que un Audi RS e-tron GT totalmente eléctrico es conducido por el protagonista, Sierra Six (Ryan Gosling) y un Audi Q4 Sportback e-tron, también EV, quedó al comando de la agente Dani Miranda (Ana de Armas). La misma detective aparece también en una escena de persecución sobre un Audi RS 7 Sportback, y finalmente el poderoso Audi R8 Coupé se ve en una secuencia con Avik San (Dhanush) al volante.
Lo curioso de las escenas es que, por el modo de ser rodadas, intentan reproducir menos velocidad e imprudencia en las calles, algo que suele ser el cliché de este tipo de películas, y en cambio reemplazarlas por situaciones en las que tenga más protagonismo la tecnología y el rendimiento de autos sofisticados al servicio de la acción.
Para mostrarlo se adaptaron todo tipo de soluciones que montan las cámaras en la carrocería, como suele ocurrir en estos filmes, pero se hizo un trabajo especial en el Audi Q4 Sportback e-tron, en el que se montó una cabina sobre el techo, en la que se puede conducir el auto del mismo modo que si se hiciera desde la butaca delantera izquierda, para permitir que los actores puedan hacer su trabajo en el habitáculo mientras el auto realmente está circulando por las calles.
Para eso, la producción de la película, en conjunto con Audi, quitó las conexiones de los pedales, volante y sistemas electrónicos y los replicó dentro de una jaula de seguridad en la que hay una butaca con sus cinturones de seguridad, tablero, mandos, pedales y volante, y hasta espejos retrovisores, para hacer que la conducción sea completamente real pero remota.
Esto permitió que todas las escenas que tuvieran que hacerse en el auto, fueran realmente en el auto y un hubiera que replicar el interior de un Q4 Sportback para filmarlas. Pero además, al dejar completamente limpio el interior, se pudieron hacer otras tomas de ángulos diferentes y con la luz adecuada, por ejemplo tapando las ventanas laterales, que no se hubieran podido realizar si el vehículo era manejado efectivamente desde el asiento del conductor.
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